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Burbujas de alta tecnología en la lucha contra tumores

20/07/2006

ANN ARBOR, Michigan—Investigadores de la Universidad de Michigan esperan poder utilizar diminutas Burbujas de gas, simulando un corcho, para bloquear el flujo de oxígeno hacia tumores o para suministrar drogas, según anunció, hoy, miércoles, esa universidad.

El proceso de bloquear el flujo sanguíneo a un tumor es llamado embolización, y la utilización de burbujas de gas, es una nueva técnica, llamada terapia de embolia (en Inglés, embolotherapy). Lo que hace tan prometedora a la nueva técnica, es que permite a los médicos controlar exactamente el lugar en el que las burbujas se forman, por lo que el bloqueo del flujo sanguíneo a los tejidos vecinos, es mínimo, dijo Joseph Bull, profesor adjunto de Ingeniería Biomédica de la Universidad de Michigan. La investigación de Bull y su colaborador, Brian Fowlkes, un profesor asociado del Departamento de Radiología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Michigan, se basa en los temas fundamentales de vaporización y transporte, que deben ser entendidos para aplicar este desarrollo técnico a la práctica clínica.

En la terapia de embolia tradicional, el llamado corcho que utilizan los médicos para bloquear el flujo sanguíneo, —— el emboli – es sólido y por ejemplo puede ser algún tipo de gel. Una de las dificultades mayores de este procedimiento es restringir el emboli al tumor para minimizar la destrucción del tejido cercano, sin realizar procedimientos extremadamente invasivos, dice Bull. El emboli debe ser suministrado a través de un catéter colocado en el cuerpo, al lado del tumor.

Además, las burbujas de gas, permiten una entrega muy precisa, porque su formación puede ser controlada y dirigida desde el exterior con un ultrasonido enfocado y de alta intensidad.

Este proyecto de técnica es un proceso de dos etapas, explica Bull. Primero, una corriente de perfluorocarbono calentado a altas temperaturas y encapsulado en gotas líquidas se introduce en el organismo a través de una inyección en las venas. Las gotas son lo suficientemente pequeñas, que no se alojan en los vasos. Los doctores pueden ver las gotas con ultrasonido estándar, y una vez que han llegado a su destino, los científicos las impactan con un ultrasonido de alta intensidad. El ultrasonido actúa como un alfiler reventando un globo de agua. Después de que la cáscara revienta, el perfluorocarbono se expande como una burbuja de gas que es aproximadamente 125 veces más grande en volumen que la gotita original.

“Si la burbuja se mantuviera en forma de esfera, su diámetro sería mucho más grande que el de los vasos”, dice Bull. “De manera que se deforma como una salchicha larga que se aloja en los vasos como un corcho. Dos o tres dosis de estas burbujas van a bloquear la mayor parte del flujo de sangre”. Sin flujo sanguíneo, el tumor muere.
El hecho de que la burbuja es muy grande es importantísimo elegir el vaso adecuado, para no dañarlo.

“La flexibilidad del vaso juega un rol muy importante el lugar en que se realice”, dice Bull. Ese es el tema de un estudio sobre terapia de embolia de gas que aparecerá publicado en la edición de agosto de la publicación Journal of Biomechanical Engineering.

La técnica puede ser muy valiosa a la hora de tratar ciertos cánceres, tales como el cáncer renal y el carcinoma hepatocelular (la forma más común de cáncer al hígado, que causa alrededor de 1, 250,000 de muertes al año). La cirrosis al hígado hace difícil tratarlo con el método convencional de extraer el tumor y tejido adjunto, porque ya hay mucho daño en todo el hígado. Este tipo de cáncer tiene una alta tasa de mortalidad.

Las burbujas pueden ser eventualmente utilizadas para el transporte de drogas, se inyecta una pequeña dosis del fármaco en la gota.

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