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Unidades de Cuidados Intensivas Pediátricas pueden ser optimizadas transfiriendo sólo a los más gravemente enfermos o heridos desde el nivel II al nivel I

15/11/2006

ANN ARBOR, Mich.—La transferencia de niños gravemente enfermos o heridos de una Unidad de Cuidados Intensivos, UCI, de Nivel II a una unidad de alta especialización y tecnológicamente más avanzada, Nivel I, puede mejorar de manera importante las posibilidades de supervivencia del paciente, según investigadores del Hospital Pediátrico Mott de la Universidad de Michigan, U—M.

En un nuevo estudio, publicado en la edición de este mes de Pediatric Critical Care Medicine, descubrieron que niños con un alto riesgo de mortalidad fueron transferidos al Nivel I de la UCI, antes que los niños con menos riesgos de muerte, y más a menudo con un diagnóstico de falla respiratoria o septicemia, una infección grave. Los pacientes más gravemente enfermos también recibieron los cuidados más agresivos y la mayor cantidad de recursos.

Autora principal del estudio, Folafouwa O. Odetola, espera que con una “mayor comprensión de las características y resultados de las transferencias internas pediátricas de UCI, ayudarán a mejorar los servicios de salud para los niños que están gravemente enfermos y también establecer un criterio de las transferencias pediátricas de los Niveles II a los Niveles I en las UCI”.

“Los cuidados para niños gravemente enfermos y heridos podrían ser mejorados de manera importante si sólo los niños más severamente enfermos son transferidos desde los Niveles II a los Niveles I de las UCI Pediátricas”, dice Odetola, profesora asistente y miembro de la Unidad de Evaluación de Salud e Investigación Infantil, (en Inglés Child Health Evaluation and Research CHEAR), del Departamento de Pediatría General del Hospital de Niños Mott de la U—M.

“El estudio reveló que un tercio de los niños con un alto riesgo de mortalidad murió, incluso con los recursos intensivos del Nivel I de una UCI pediátrica. Esto es una prueba de que tenemos que ganar un mayor entendimiento para un proceso de toma de decisiones médicas en la transferencia de niños gravemente enfermos de un Nivel II a un Nivel I de una UCI Pediátrica”.

En la actualidad, no hay publicado un criterio para ayudar en la decisión de transferir a los niños gravemente enfermos o heridos de un Nivel II a un Nivel I de UCI. Según directivas publicadas por la Sociedad de Medicina de Cuidados Intensivos y la Sociedad Estadounidense de Pediatría, se espera de los Niveles II de las UCI de Pediatría , que estabilicen a los niños más gravemente enfermos y heridos y que después sean transferidos al Nivel I del la UCI.

La ICU de Nivel I en el Hospital Mott es conocida por su excelencia en el cuidado de niños con fallos respiratorios, especialmente los que necesitan apoyo de órganos artificiales. También tiene programas para el sostenimiento artificial de órganos con la oxigenación por membrana extracorpórea (ECMO), un sistema de sostenimiento de vida creado en la Universidad de Michigan para bebés, niños y adultos para oxigenar la sangre fuera del organismo y permitir que los pulmones subdesarrollados o enfermos descansen y se fortalezcan.

Durante el periodo del estudio (1 Enero, 1997 a 31 Dic. 2003), hubo 1,048 admisiones de transferencias en la UCI pediátrica del Hospital Mott. De estas, 168 fueron transferidas desde el nivel II de la misma UCI del hospital Mott, y fueron incluidas en el estudio.

De las 168 transferencias de pacientes, un 45 por ciento, 30 por ciento y un 25 por ciento fueron clasificados como bajo, moderado y alto riesgo de mortalidad respectivamente.

Fallo respiratorio fue el diagnóstico más común entre todos los grupos, y ocurrió en alrededor de la mitad del grupo de estudio, seguido de septicemia, una infección en el flujo sanguíneo, causada por bacteria, que ocurrió en un tercio de las admisiones de alto riesgo.

Alrededor de un 65 por ciento de estos pacientes fueron transferidos al Nivel I de la UCI para una evaluación de un especialista, transplantes de órganos, terapia ECMO y cuidados de trastornos pediátricos raros. Sólo una pequeña proporción de estos pacientes fue transferida porque uno de los padres solicitó cuidados en otro hospital.

Entre mayor la severidad de la enfermedad o las heridas, se utilizaron más recursos del hospital para los cuidados del paciente en la UCI del Nivel I. Los pacientes de alto riesgo tenían más posibilidades de necesitar una tecnología más avanzada de terapias de apoyo tales como ECMO y transfusiones de sangre. Sin embargo, los pacientes de bajo riesgo, tenían más posibilidades de ser sometidos a procedimientos quirúrgicos tales como gastrostomía, que crea una apertura en el estómago y ayuda al niño a ingerir alimentos y traqueotomía, que crea una apertura en el cuello y tráquea del niño para ayudarle a hacerle llegar y sacar aire de los pulmones.

Un 88 por ciento o 129 pacientes de los 168 pacientes sobrevivieron y fueron transferidos a la unidad pediátrica del hospital. Quince pacientes fueron transferidos de regreso al Nivel II de la UCI.

Mientras este estudio sirve como primer paso para establecer un criterio de transferencia para niños gravemente enfermos o heridos desde el Nivel II al Nivel I de las UCI en los Estados Unidos, Odetola advierte que se necesita más investigación en el futuro para entender las decisiones que se adoptan para las transferencias dentro de un mismo hospital.

Además de Odetola, otros autores del estudio de la misma universidad son Thomas P. Shanley, James G. Gurney, Ph.D., Sarah J. Clark, Ronald E. Dechert, Gary L. Freed, and Matthew M. Davis.
Referencia: Pediatric Critical Care Medicine, Vol. 7, No. 6, pp. 536—540.

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