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Nutrientes pueden prevenir pérdida de audición en zonas de guerra, salas de conciertos y lugares de trabajo, según nuevo estudio realizado con animales

28/03/2007

ANN ARBOR, Michigan— Soldados expuestos a los estruendos ensordecedores de batallas tienen pocas defensas contra la pérdida de audición y son a menudo reticentes a usar equipo de protección, como tapones para los oídos porque les disminuye la habilidad para reaccionar al peligro. ¿Pero que sucedería si una tableta nutritiva podría prevenir el daño auditivo?

En un nuevo estudio, difundido hoy, miércoles, investigadores de la Universidad de Michigan, UM, suministraron a conejillos de indias una combinación de altas dosis de vitaminas A, C, E y magnesio, una hora antes de la exposición al ruido y las continuaron durante cinco días las que fueron muy efectivas en la prevención de sordera permanente originada por ruido. Los animales fueron expuestos a ruidos tan intensos como el motor de un avión al despegar a una distancia cercana.

Pruebas clínicas con humanos de protección auditiva con tabletas nutritivas o una pastilla pueden empezar pronto, y si tienen éxito, el producto puede estar disponible en el mercado en unos dos años dice Josef M. Miller, el autor principal del estudio, publicado en la revista Free Radical Biology and Medicine. Miller es Profesor en el Departamento de Otorrinolaringología de la Escuela de Medicina de la UM y antiguo director del Instituto de Investigación Auditiva Kresge, de la misma universidad donde el estudio fue realizado.

“Estos agentes han sido utilizados por muchos años, pero no en el campo de perdida auditiva. Sabemos que (los antioxidantes) son seguros, lo que nos abre las puertas para las pruebas clínicas con la confianza de que no haremos ningún daño,” dice Miller.

La formula utilizada por los investigadores había sido demostrada en pruebas anteriores con animales, que demostraron que vitaminas antioxidantes eran efectivas en la prevención de sordera, además en estudios realizados con soldados israelíes se demostró que el consumo de magnesio, días antes de la exposición al ruido ofrecía una pequeña protección contra la sordera.

En el estudio de la UM, la pérdida auditiva inducida por ruido fue medida en cuatro grupos de conejillos de indias tratados con vitaminas antioxidantes A, C y E, otro grupo sólo con magnesio, un tercero con una combinación de vitaminas A, C, E y magnesio y el último con un placebo. Los tratamientos empezaron una hora antes de una exposición de cinco horas a 120 decibeles de niveles de ruido y continuó una vez al día durante cinco días.

El grupo tratado con los tratamientos de combinación de vitaminas A, E, C y magnesio tuvieron mucho menos pérdida de audición que el resto de los grupos.

“Vitaminas A, E, C y magnesio trabajaron conjuntamente para prevenir daño celular” explica Colleen G. Le Prell, autora principal del estudio e investigadora en el Centro Kresge de la UM. Según los investigadores, el pre— tratamiento probablemente redujo la formación de radicales libres que se forman tras la exposición al ruido. Los nutrientes suministrados después de la exposición al ruido destruyen estos radicales libres que continúan formándose después de la exposición al ruido.

En los últimos 10 años, los científicos han descubierto que la pérdida auditiva originada por ruido ocurre en parte porque mitocondria celular sale expulsando radicales libres en respuesta a sonidos intensos. “La formación de radicales libres aumenta inicialmente y continúa después de los días de la exposición al ruido”. Explica Le Prell.

Las vitaminas y el magnesio utilizados en el estudio son suplementos usados ampliamente, no son nuevos fármacos y por ellos no requieren pruebas de seguridad, como las exigidas para nuevos fármacos antes de iniciar una prueba clínica. Las dosis a utilizar en las pruebas clínicas con humanos son las consideradas seguras en los márgenes del Instituto de Medicina y directivas federales de nutrición.

“Finalmente nos imaginamos soldados que tengan una tableta nutritiva con las comidas que les ofrezca la protección adecuada diaria,” dice Miller. En la actualidad, soldados reciben tabletas similares para adaptarse a zonas calurosas u otras condiciones en áreas de guerra.

“Otras personas probablemente podrían beneficiarse consumiendo una tableta o una pastilla nutritiva antes de ir a trabajar en un medio ambiente ruidoso, o asistir a eventos ruidosos como las carreras de NASCAR conciertos de Rock, o incluso utilizar el iPod,” dice Le Prell.

Si es efectivo, los tratamientos pueden tener efectos de largo alcance. Alrededor de 30 millones de estadounidenses se exponen diariamente a niveles peligrosos de ruidos en el trabajo y en casa, según el Instituto Nacional de la Sordera y otros Desórdenes de la Comunicación. Cazar, utilizar cierto tipo de maquinarias y herramientas, asistir a conciertos o escuchar música expone comúnmente a la gente a niveles de ruidos peligrosos. Niveles de ruidos sobre los 85 decibeles dañan la audición. Alrededor de 28 millones de estadounidenses tienen cierto nivel de sordera. Para un tercio de ellos, el ruido es el origen a lo menos en parte a su pérdida de audición.

El estudio de la UM añade poder a los esfuerzos de investigación en numerosos centros científicos que apuntan a evaluar como esos nutrientes pueden ser utilizados para tratar numerosas enfermedades.

“Combinaciones similares han sido utilizadas para prevenir degeneración macular del ojo y muchos de estos agentes han sido utilizados con enfermedades como Alzheimer y Parkinson, derrames, y otras condiciones que incluyen degeneración de neuronas,” dice Le Prell. “Uno siempre tiene la esperanza, como científico puro, de encontrar lo que hay en común a través de los procesos de las otras enfermedades,” dice Miller.

Referencia: Free Radical Biology & Medicine, 2007 doi:10.1016/j.freeradbiomed.2007.02.008

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