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¿Demasiadas baratijas en la oficina? La imagen profesional puede sufrir

17/09/2007

ANN ARBOR, Michigan.— Fotografías familiares, muestras artísticas de los hijos y colecciones privadas ayudan a personalizar el espacio de trabajo en la oficina, pero demasiadas pinceladas propias reflejan negativamente en la imagen profesional de un empleado, según investigadores de la Escuela de Negocios Ross de la Universidad de Michigan,UM.

¿Cuántos objetos personales son demasiados? Según los expertos, alrededor de un 22 por ciento del total. Es decir, si más de uno entre cinco objetos que adornan la oficina o el cubículo del empleado son de de naturaleza personal, el resto de los empleados pueden percibir al trabajador como poco profesional.

Pero los autores del estudio advierten que esto es más que nada un fenómeno estadounidense.

“La aversión general de borrar límites de lo personal/profesional en el contexto laboral refleja más las practicas de negocios estadounidenses que las de otras sociedades industrializadas,” dice Jeffrey Sánchez— Burks, profesor asistente de administración y organizaciones en la Escuela Ross de Negocios. “Se espera de los estadounidenses poner de lado lo personal y concentrarse casi exclusivamente en asuntos específicos del trabajo al entrar a la oficina”.

Sánchez— Burks y sus colegas Susan Ashford y Emily Heaphy de la Escuela de Negocios Ross realizaron dos estudios separados con gerentes y reclutadores corporativos para evaluar si las impresiones de profesionalismo se ven influidas por el grado en que las personas reducen referencias sobre su vida personal mientras están en el trabajo. También evaluaron si esta minimización es más característica en administradores estadounidenses que en de otros países.

En el primer estudio, se entregó a 95 administradores descripciones de trabajadores que los reflejaban como profesionales o poco profesionales. Después se pidió a los administradores construir la oficina de cada trabajador colocando etiquetas engomadas de docenas de objetos que típicamente se encuentran en los lugares de trabajo en imágenes de colores. Estos incluyeron objetos que eran relacionados con el trabajo como (grapadora, carpeta de archivo, calculadora, etc.), objetos personales (fotografías familiares, pósters de artistas de cine, equipos deportivo, etc.) y objetos neutrales (plantas, relojes, pinturas de paisaje, etc.).

Los investigadores descubrieron que la imagen de alguien que es profesional frente a la de alguien que no es profesional se refleja en la proporción de objetos referentes a su vida personal no relacionados con el trabajo. La edad y el sexo de la persona no tienen un efecto importante, aunque los participantes en el estudio esperaban que las mujeres, en general, más que los hombres, redujeran el número de objetos personales.

“Los resultados del estudio sugieren que el concepto de profesionalismo en términos de minimizar los referentes personales es una característica que llega con la experiencia de vivir en los Estados Unidos, más que una característica cultural universal sobre el significado de ser profesional,” dice Sánchez— Burks. “En la medida de que las referencias personales se vinculan más con las mujeres, que con hombres, puede ser que la gente espera que la identidad sexual femenina es algo que debe ser atenuado en el trabajo”.

En el Segundo estudio, Sánchez— Burks y sus colegas preguntó a reclutadores de empleos corporativos de distintas industrias para evaluar materiales de candidatos estadounidenses y brasileños. Estos materiales incluían composiciones escritas por los sobre lo que dirían en reuniones con clientes para establecer una buena comunicación. Algunas de esas composiciones hicieron una referencia relativamente insignificante a la vida fuera del trabajo del cliente, como comentar la fotografía familiar en el escritorio.

Los investigadores descubrieron que los reclutadores evalúan más favorablemente a los candidatos estadounidenses cuando no hacían referencias a la vida personal de los clientes. Sin embargo, las evaluaciones de los candidatos brasileños no se vieron demasiado afectadas aún mencionando a menudo temas personales.

“Referencias personales mínimas al lugar de trabajo— incluso para establecer más comunicación — pueden tener una influencia negativa en la evaluación personal en una compañía estadounidense y en el éxito del proceso de reclutamiento,” dice Sánchez— Burks. “Sin embargo, comportamientos relevantes a la “regla de minimización” es relevante para estadounidenses, pero no necesariamente para personas que claramente son de otra cultura.

” Estos descubrimientos contribuyen a elaborar en las impresiones sobre profesionalismo y sobre una perspectiva de psicología cultural de comportamiento organizacional revelando un criterio culturalmente vinculante utilizado para formar una impresión importante y determinante en otros. Nuestros estudios también ofrecen más conocimientos sobre la manera en que diferencias culturales utilizados para impresiones positivas y negativas sobre otros puede contribuir a malentendidos y a oportunidades perdidas para organizaciones a reclutar al mejor talento”.

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