El cierre de comercios, escuelas e iglesias será conflictivo ya que la
desconfianza hacia el gobierno y las preocupaciones económicas pueden
disuadir a muchos del cumplimiento de las recomendaciones ANN ARBOR, Michigan.— El virus H1N1 está propagando los padecimientos
en todo el país, pero los investigadores de la Universidad de Michigan
dicen que será conflictiva la aplicación y mantenimiento de las medidas para limitar la infección.
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cualquier pandemia. Los resultados del estudio se publican hoy en la revista American Journal of Bioethics. “Las autoridades de la salud pública deben considerar las muchas objeciones expresadas por los miembros de nuestra comunidad acerca de la clausura de comercios y negocios, escuelas y otros sitios de congregación durante una pandemia”, dijo la coautora del estudio Susan D. Goold, directora del Programa de Bioética de la UM y profesora en el Departamento de Medicina Interna. “Era de esperarse que expresaran preocupaciones acerca de las condiciones financieras,
pero también manifestaron preocupaciones acerca de la factibilidad de mantener a los niños y los adolescentes aislados, y la necesidad de congregaciones espirituales durante una crisis”. Junto con Goold, los otros autores del estudio son Nancy M Baum, candidata a doctorado en la Escuela de Salud Pública de la UM, y Peter D. Jacobson, profesor de Ley y Política de Salud en el Departamento de Gestión y Política de Salud de la Escuela de Salud Pública en la Universidad de Michigan, y director del Centro para Ley, Ética y Salud. Jacobson fue el investigador principal del estudio. Baum dijo que los participantes en todos los grupos de opinión compartieron las preocupaciones de índole económica acerca del cierre prolongado de comercios o las clases, o de una cuarentena. “Varios padres y madres consideraron que el quedarse en casa sin ir a trabajar para cuidar a los niños durante las clausuras de las escuelas o los jardines de infantes es un lujo que no todas las familias pueden darse”, dijo Baum. “A otros les preocupa la posibilidad de perder su empleo si deben quedarse en casa porque están enfermos o porque los niños deben quedarse en la casa. Este tipo de
presiones económicas puede conducir a situaciones riesgosas como que los niños se queden en casa sin atención de adultos”. A muchos participantes les preocupó la posible clausura obligatoria de las congregaciones u organizaciones religiosas durante una pandemia, señaló Baum. “Las personas usan los servicios religiosos para manejar el estrés durante tiempos difíciles, y para algunas comunidades es también una manera importante de compartir la información”, dijo Baum. Los participantes en los cuatro grupos de opinión hablaron de su falta de confianza en la manera en que las autoridades gubernamentales podrían aplicar las medidas para el distanciamiento social, añadió Baum. Los participantes se mostraron escépticos acerca de que los políticos hagan las cosas bien, en lugar de lo que sea políticamente expeditivo, y expresaron dudas de que los políticos
comuniquen al público la información veraz y acertada. Lo que se necesita, señaló Baum, es un esfuerzo intenso para que el público se involucre en la planificación para una pandemia. Los responsables políticos quizá deban considerar la incorporación de mecanismos que brinden apoyo financiero en sus planes de respuesta a la pandemia para aliviar las preocupaciones económicas. “Las cosas que estamos considerando para pedirle a la gente que hagan son muy difíciles”, dijo Jacobson. “Si el público no está involucrado, o siente que no se les trata de manera equitativa, es menos probable que la gente cumpla”. Contacto (español):
Vivianne Schnitzer, vsh@umich.edu
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