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Los estilos de compra masculino y femenino están en nuestros genes

02/12/2009

ANN ARBOR, Michigan.— Cuando los hombres y las mujeres van al Kmart o el WalMart las diferencias de sexo en las estrategias de compra se iluminan como los grandes letreros de liquidación especial, y podemos encontrar la explicación en la evolución.

Daniel Kruger, docente investigador en la Escuela de Saludo Pública de la Universidad de Michigan, dice que es perfectamente natural que tantos hombres no puedan distinguir una media verde de una marrón, o que una cantidad igual de mujeres no puedan decir si la zapatería está al norte o al oeste de la escalera mecánica.

Desde una perspectiva de evolución todo se remonta a las destrezas que las mujeres usan para la recolección de plantas alimenticias y las destrezas que los hombres usan para cazar por carne. El contraste emerge debido a las diferentes estrategias para la caza y la recolección usadas durante la evolución humana. Las estrategias específicas de sexo pueden verse también en el moderno ambiente de los consumidores, según un nuevo estudio de Kruger, “Psicología evolucionada en la búsqueda de alimentos que subyace en las diferencias de sexo en las experiencias y comportamientos de compra en los comercios”, que se publicará en diciembre en la revista Journal of Social, Evolutionary and Cultural Psychology. El estudio examina las compras en el mercado de la psicología evolutiva para comprender por qué son tantas las mujeres que disfrutan un día revisando y eligiendo entre estanterías de ropas con sus amigas mientras que la mayoría de los hombres trata de irse del centro comercial lo más rápido posible.

“Tenemos pruebas de que el tipo de destrezas, habilidades y comportamientos que son importantes para la casa y la recolección en las sociedades que viven actualmente de la caza y la recolección emergen de forma previsible en nuestro ambiente de consumo moderno”, dijo Kruger, quien decidió conducir el estudio después de un viaje de vacaciones invernales con amistades en Europa. Después que exploraron pequeñas aldeas adormecidas y llegaron a Praga los primeros que las mujeres quisieron hacer fue ir de compras, señaló Kruger, y los hombres no podían entenderlo.

“Pero eso no es tan irracional si uno considera una estrategia de recolección”, añadió Kruger. “En cualquier momento que se llega a una nueva área uno quiere revisar el paisaje para determinar dónde están las áreas con comida”.

Kruger dijo que la recolección de plantas y hongos, comestibles tradicionalmente la realizan las mujeres. En términos modernos imagínese que llena una canasta seleccionando un artículo por vez, añadió. En las sociedades recolectoras las mujeres retornan a las mismas áreas que antes proveyeron cosechas exitosas, y habitualmente permanecen cerca del hogar y usan para guiarse puntos de referencia. La recolección es una actividad cotidiana, que a menudo se lleva a cabo en grupos y puede incluir a los niños chicos si es necesario. Mientras hacen la recolección las mujeres deben ser muy atentas a la elección del color, la textura y el aroma apropiados para asegurarse de la calidad y buena condición de la comida. Asimismo deben espaciar en el tiempo las cosechas, y saber cuándo una cierta área agotada se regenerará y volverá a rendir una cosecha.

En términos modernos, por ejemplo, es probable que las mujeres sepan cuando un tipo específico de artículo saldrá a la venta mucho más que los hombres. Las mujeres también pasan mucho más tiempo eligiendo la tela, el color y la textura perfecta.

Por su parte los hombres a menudo tienen un artículo específico en mente y quieren ir a la tienda, conseguirlo, y mandarse mudar. Es crucial traer la carne a la casa tan pronto como sea posible, dijo Kruger.

Cuando se sale a cazar es peligroso llevar niños chicos, y llevarlos probablemente impedirá la tarea.

Por supuesto estas conductas no están determinadas genéticamente y no se aplicará toda las personas, pero ahí temas amplios que son coherentes, indicó Kruger.

Entonces ¿por qué esto es importante?

El valor está en entenderse los unos a los otros”, dijo Kruger. “Tanto su propia estrategia de compras como la estrategia de compras del sexo complementario. Ayuda a desmistificar las conductas. A los hombres siempre nos desconcierta la forma en que las mujeres van de compras”. Y es posible que las mujeres tengan dificultades para comprender la aversión de los hombres a ir de compras, añadió.

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