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El tabaco continúa en disminución gradual entre los adolescentes de EE.UU, el tabaco sin humo amenaza con regresa

14/12/2009

ANN ARBOR, Michigan — El uso de tabaco entre adolescentes alcanzó su nivel máximo en torno a 1996 y 1997, seguida de una fuerte caída durante unos seis años y un descenso continuo más gradual desde entonces, según el último estudio sobre los jóvenes del país de Monitoring the Future.

“En los últimos dos años hemos visto la tasa de fumadores jóvenes disminuyendo muy gradualmente, a un ritmo mucho más lento que la reducción anterior”, dijo Lloyd Johnston, de la Universidad de Michigan e investigador principal del estudio Monitoring the Future. “La proporción de estudiantes que se enfrentan a riesgos vinculados a fumadores se ha estabilizado en los últimos años, así como la proporción de adolescentes que dicen que desaprueban de fumar”.

Durante los últimos 35 años el estudio Monitoring the Future ha realizado sondeos anuales de adolescentes en todo el país. El sondeo del año 2009 incluyó un total de 46,097 estudiantes de los grados escolares 8, 10 y 12 en 389 escuelas secundarias.

La investigación es llevada a cabo por un equipo de profesores de investigación en el Instituto de Investigación Social, (ISR, por sus siglas en Inglés) que además incluye a Johnston Patrick O’Malley, Jerald Bachman y John Schulenberg. El Instituto Nacional sobre Abuso de Drogas apoya este estudio iniciado por el investigador con una serie de becas competitivas de investigación.

“Si bien se han logrado grandes avances en la reducción del tabaquismo juvenil en este país, todavía hay mucho espacio para mejorar”, dijo Johnston. “Entre los estudiantes del último año de la Escuela Secundaria en la Clase de 2009, un 20 por ciento ha fumado en el mes más reciente y uno de cada nueve (11 por ciento) es un en la actualidad un fumador diario. Además, nuestros estudios de seguimiento han demostrado que un número de los fumadores moderados en la escuela secundaria se convertirán en fumadores empedernidos después de salir de la escuela secundaria. Dado lo que sabemos sobre las consecuencias de fumar, esto es todavía un nivel inaceptable”.

Para ilustrar el avance que se ha producido, entre estudiantes de 8 º grado (13 y 14 años ), la proporción de quienes indican haber fumado algún cigarrillo en los meses anteriores a la encuesta se han reducido en dos terceras partes (del 21 por ciento en 1996 , el año más alto, a un 7 por ciento en el 2009). Entre estudiantes de 10 º grado, el descenso en el mismo intervalo de 13 años es de más de la mitad (del 30 al 13 por ciento). Entre estudiantes de 12 º grado, cuya tasa de tabaquismo alcanzó su máximo reciente en 1997, ha habido una disminución de casi la mitad (del 37 por ciento en 1997 al 20 por ciento en 2009). El consumo diario de tabaco ha disminuido en proporciones aún mayores.

Una de las razones por las que fumar se ha reducido tan drásticamente es que la proporción de estudiantes que alguna vez trata de fumar se ha reducido considerablemente. Mientras que el 49 por ciento de estudiantes de 8 º grado había probado cigarrillos en 1996, “sólo” un 20 por ciento de los estudiantes de 8 º grado indicaron que habían probado alguna vez en el año 2009, que refleja un 60 por ciento de disminución en el inicio del tabaquismo en los últimos 13 años.

“Estas son mejoras sustanciales en la situación y tienen enormes consecuencias para la salud y longevidad de esta nueva generación de jóvenes estadounidenses”.

Sin embargo, el progreso ha continuado a un ritmo mucho más lento. En los últimos dos años, la prevalencia del tabaquismo en los 30 días anteriores a la encuesta se ha reducido a sólo 0,6, 0,9 y 1,5 puntos porcentuales entre los estudiantes de 8 º, 10 º y 12 º grado, respectivamente.

Este índice menor de mejora, además del hecho de que el alza en el riesgo percibido y la desaprobación del consumo de tabaco se han nivelado, deja a Johnston menos optimista sobre sus futuras ganancias.

“El progreso futuro, si ocurre, es probable que se deba a cambios en el entorno externo — cambios en la política, como impuestos cada vez más altos a los cigarrillos, continuar con las limitaciones de donde está permitido fumar, amplias campañas de prevención, y la creación de programas más asequibles para dejar de fumar”, dijo Johnston.

La percepción de disponibilidad de cigarrillos a compradores menores de edad , según lo medido por el porcentaje de alumnos que dicen que podría comprar cigarrillos “con bastante facilidad” o “muy facilmente” si querían, ha disminuido sustancialmente desde 1996 entre los estudiantes de 8 º y 10 º grado (no se hizo la pregunta a los 12 º grado).

Los estudiantes de 8 º grado mostraron la mayor reducción — de un 77 por ciento en 1996 a un 56 por ciento en el año 2007 —, donde se mantuvo aproximadamente en 2009. La disponibilidad percibida se niveló entre los estudiantes de 10 º grado en 2009, y se redujo de un 91 por ciento en 1996 a un 76 por ciento en el año 2009. Aunque la disponibilidad ha disminuido, los investigadores observan que la mayoría de estos estudiantes al comienzo y la mitad de la adolescencia todavía informan de que puede conseguir con facilidad los cigarrillos.

Una serie de actitudes hacia el tabaco y los fumadores han cambiado de manera importante durante el período de disminución de uso de cigarrillos. Estos cambios incluyen aumentos en la preferencia por salir a una cita con no fumadores/as, un desagrado cada vez mayor de ubicarse cerca de personas que fuman y pensar que ser fumador refleja falta de juicio, creer que fumar es un hábito sucio. Todas estas actitudes negativas acerca de fumar y fumadores/as llegó a los niveles más elevados en 2007, pero han mostrado pocos cambios desde entonces.

Una actitud muy extendida entre los jóvenes de hoy pueden ser de relevancia particular para aquellos que consideran fumar. En el año 2009, el 81 por ciento de 8 º grado, el 80 por ciento de 10 º grado, y 75 por ciento de los estudiantes de 12 º grado, dijo que “preferiría salir a una cita con personas que no fuman”.

Es claro que cualquier joven de hoy que se convierta en un fumador paga un precio social muy alto por esa elección haciéndose cada vez menos atractiva para la gran mayoría del sexo opuesto.

“Este hecho ofrece lo que creemos que puede ser un mensaje muy fuerte de prevención”, dijo Johnston.

Tabaco sin Humo

El uso de tabaco sin humo se evalúa en los tres grados escolares. Desde mediados de la década de 1990 a principios de la década del 2000, hubo una disminución sustancial en su uso, con una prevalencia mensual de la reducción de un tercio a la mitad, pero los descensos no han continuado.

De hecho, ha habido aumentos significativos ocurridos en los últimos tres a cuatro años en los grados 10 y 12 (aún con pocos cambios en 8 º grado). Si bien hasta el momento es modesto, estos cambios sugieren una trayectoria ascendente en el uso de tabaco . En treinta días de prevalencia de tabaco sin humo en 2009 su consumo es de 3,7 por ciento, 6,5 por ciento y 8,4 por ciento en los 8 º, 10 º y 12 º grado, respectivamente.

El riesgo percibido del uso regular parece haber desempeñado un papel importante en el consumo de tabaco sin humo, como fue el caso de los cigarrillos. En los tres grados escolares, el riesgo percibido aumentó de forma bastante estable desde 1995 hasta 2004, antes de nivelarse. En 2009, los tres grados escolares mostraron cierta disminución en el riesgo percibido (significativo en el 10 º grado), en consonancia con el aumento en el uso.

Kreteks and Bidis

Los kreteks son cigarrillos de Indonesia con aroma de clavo de olor y a principios de esta década, existía la preocupación de que podría hacerse populares entre la juventud estadounidense. Sin embargo, la prevalencia anual del consumo de kretek no era muy alta en el primer año de la medición (2001). Después , el uso se redujo en aproximadamente la mitad en los grados escolares 8 º y 10 º en 2005, antes de que el tema se eliminó en los cuestionarios de 8 º y cuestionarios de 10 º grado.

Entre los estudiantes de 12 º grado, la prevalencia anual se redujo de manera constante desde 2001 hasta 2004, antes de nivelarse en torno al 6-7 por ciento. En 2009 hubo una nueva caída, con lo que la prevalencia anual de kreteks llegó a un 5,5 por ciento – lo que refleja un descenso de casi la mitad del nivel de uso que se midió la primera vez en el año 2001. Los investigadores concluyen que el uso kretek fue una moda de duración breve que simplemente no tuvo éxito con los jóvenes ordinarios.

Los bidis son pequeños cigarrillos con sabor importados de la India, y nuevamente hubo preocupación inicial de que podría encontrar favor entre los jóvenes. Una pregunta sobre su uso fue añadida en el año 2000, y de nuevo su prevalencia anual fue bastante baja, un 3,9 por ciento, 6,4 por ciento y 9,2 por ciento para los grados escolares de 8 º, 10 º y 12 º , respectivamente. A Partir de entonces las tasas de utilización se redujeron de manera bastante pronunciada, con el resultado de que las tasas de prevalencia anual en el año 2005 fueron menos de 2 por ciento entre los estudiantes de 8 º y 10 º grado, y la pregunta fue eliminada para esos grados escolares. Entre los estudiantes del 12 º grado escolar , una reducción de más de la mitad se ha observado desde el año 2005. El uso en el año 2009 fue de un 1,5 por ciento – Una reducción de un 84 por ciento desde el año 2000, cuando alcanzó su nivel máximo. Una vez más, una amenaza parece haber sido contenida y está disminuyendo de manera constante.

Utilizando una nueva autoridad reguladora otorgada por Legislación Federal, la Autoridad para la Administración de Alimentos y Drogas prohibió la venta de cigarrillos con aroma en septiembre del año 2009, con la excepción de los cigarrillos mentolados. Por lo tanto, el uso de krekets y bidis, probablemente disminuirá aún más, dicen los investigadores.

“Uno de los propósitos del estudio Monitoring the Future” es evaluar nuevas amenazas potenciales a la población joven y afortunadamente en estos dos casos, las amenazas nunca se materializaron”, dijo Johnston.

“Dos de los últimos últimos desarrollos que aumentan la preocupación en esta área, es el uso de tabaco en forma de pequeños cigarros y también utilizando una hookah ó pipa de agua. Preguntas sobre estos comportamientos serán incluídos en el sondeo del año 2010”.

Monitoring the Future ha recibido fondos bajo una serie de dotaciones de investigación por concurso de iniciativas de investigadores del Instituto Nacional Sobre Abuso de Drogas, uno de los Institutos Nacionales de Salud. Además de Johnston, los investigadores principales son Patrick O’Malley, Jerald Bachman y John Schulenberg, todos profesores investigadores del Instituto para Investigación Social de la Universidad de Michigan. Las encuestas sobre muestras nacionalmente representativas de alumnos en los años superiores de la escuela secundaria se iniciaron en 1975, lo cual hace de la clase que se graduó en 2009 la trigésimo quinta de las clases encuestadas. Las encuestas de alumnos de octavo y décimo grado se agregaron al diseño en 1991, lo cual hace de las muestras nacionalmente representativas de 2009 las décimo novenas de tales clases encuestadas. El tamaño de la muestra en 2009 fue de 15.509 alumnos de octavo grado en 145 escuelas; 16.320 alumnos de décimo grado en 119 escuelas, y 14.268 alumnos del décimo segundo grado en 125 escuelas, para un total de 46.097 estudiantes en 389 escuelas secundarias. Las muestras se obtuvieron por separado a nivel de cada grado para que fueran representativas de estudiantes en ese grado en escuelas secundarias públicas y privadas en los 48 estados contiguos de EEUU. Las escuelas se seleccionan con una probabilidad proporcionada a su tamaño de clase calculado.

Nota

The findings summarized here will be published in the forthcoming volume: Johnston, L. D., O’Malley, P. M., Bachman, J. G., & Schulenberg, J. E. (2010). Monitoring the Future national results on adolescent drug use: Overview of key findings, 2009 (NIH Publication No. [yet to be assigned]). Bethesda, MD: National Institute on Drug Abuse.

The content presented here is solely the responsibility of the authors and does not necessarily represent the official views of the National Institute on Drug Abuse or the National Institutes of Health.

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