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Más de un cuarto de los pacientes ancianos carece de capacidad para tomar decisiones ante la muerte, según un estudio de la UM

31/03/2010

Primer estudio en gran escala muestra que las personas que han documentado sus instrucciones por adelantado reciben la atención que quieren, según una investigación que publica la revista New England Journal of Medicine

ANN ARBOR, Michiban.— Más de uno de cada cuatro ancianos en Estados unidos carece de la capacidad para adoptar sus propias decisiones sobre el cuidado médico al término de la vida, según un estudio de 3.746 personas que publica hoy, miércoles, la revista New England Journal of Medicine.

Las personas que habían preparado instrucciones por adelantado, incluidos sus documentos de voluntad o poderes de abogado para el cuidado de la salud, recibieron la atención que querían la mayor parte del tiempo, dijo la autora principal María Silveira, científica médico en el Sistema de Cuidado de la Salud de la Oficina de Asuntos para Veteranos (VA, por sus Siglas en Inglés) en Ann Arbor, y profesora asistente en la Universidad de Michigan.

“Antes de nuestro estudio nadie sabía cuántos adultos de edad avanzada podrían necesitar que otros adopten decisiones médicas complejas en su nombre al término de la vida”, señaló Silveira. “Nuestra investigación muestra que un número sustancial de ancianos necesita que alguna otra persona tome las decisiones acerca de si debe proporcionarse tratamiento agresivo, limitado o de simple confort al final de la vida”.

“Este estudio muestra la necesidad de prepararse una misma y la familia para las decisiones, a menudo emocionales y difíciles, que puedan requerirse al término de la vida. También indica que el tiempo que se pase en la elaboración de un documento de voluntad y la asignación de poderes de abogado duraderos para el cuidado de la salud puede ser valioso”.

Las instrucciones anticipadas habitualmente documentan los deseos del paciente acerca del tratamiento para la prolongación de la vida en un llamado testamento vivo, como asimismo la elección de una persona que hará las decisiones a su nombre identificada en un poder de abogado duradero para el cuidado de la salud. Las instrucciones anticipadas tienen validez legal en los 50 estados y pueden completarse de manera gratuita sin la ayuda de un abogado. (Silveira recomienda http://www.caringinfo.org/PlanningAhead.htm)

Aún así “hay muchos mitos y malentendidos acerca de las instrucciones anticipadas”, añadió Silveira. Por ejemplo muchas personas no entienden que las instrucciones anticipadas se usan solamente cuando los pacientes no pueden tomar decisiones sobre el cuidado médico por sí mismos, y que pueden ser revocadas por el paciente en cualquier momento, por escrito o verbalmente. Las instrucciones anticipadas a menudo se confunden con los testamentos y con los poderes de abogado duraderos, que no tienen impacto sobre las decisiones acerca del cuidado médico.

Entre las personas estudiadas el 61 por ciento tenía instrucciones anticipadas. De éstas, más del 90 por ciento pedía un cuidado limitado o de confort al término de la vida. Entre quienes necesitaban que se hicieran decisiones porque no podían hacerlas por sí mismos, el 83 por ciento de los que habían pedido cuidado limitado y el 97 de los que habían pedido cuidado de confort recibieron la atención que estaba de acorde con sus deseos, señaló Silveira.

Los sujetos del estudio fueron ancianos estadounidenses que vivían en su casa o en instalaciones en todo Estados Unidos y que murieron entre 2000 y 2006, y que habían participado en el Estudio de Salud y Retiro, un estudio nacional longitudinal conducido en el Instituto de Investigación Social de la Universidad de Michigan y financiado por el Instituto Nacional del Envejecimiento.

“Las personas que tenían un testamento vivo o un poder de abogado duradero para el cuidado de la salud tuvieron menos probabilidades de morir en un hospital o de recibir tratamientos agresivos… Pero eso es lo que deseó la mayoría de ellos”, dijo.

Una conclusión interesante indica la importancia de que se tenga tanto un testamento vivo como una persona designada como subrogada para la toma de las decisiones. El estudio mostró que entre el puñado de personas que indicaron una preferencia por el cuidado agresivo, la mitad no lo recibió. “En vista de esto algunos podrían llegar a la conclusión de que las instrucciones anticipadas se usan para negar el cuidado médico deseado, pero nuestro estudio mostró que una preferencia por el cuidado agresivo tenía una fuerte vinculación con la obtención de tal cuidado, en comparación con las personas que no indicaron una preferencia por obtenerlo. Se trata, simplemente de que al final de la vida el tratamiento agresivo a menudo no es una opción, en tanto que el cuidado limitado y el confort son siempre opciones”, anotó Silveira.

Los coautores del estudio son Kennedy M. Langa, profesor de Medicina en la Universidad de Michigan y en VA de Ann Arbor, y Scott Y.H. Kim, profesor asociado de Psiquiatría e investigador en el Programa de Bioética y Centro para Ciencias de Conducta y Decisión en la Medicina de la Universidad de Michigan.

Silveira dijo que muchos pacientes esperan que sus médicos inicien la conversación acerca del cuidado al final de la vida y las instrucciones anticipadas, y que los médicos deberían apoyar esos intentos por hacerlo. El esfuerzo reciente para otorgar los reembolsos de Medicare para las consultas sobre el final de la vida es un buen comienzo, en opinión de la investigadora.

“El sistema de atención de la salud debe asegurar que los proveedores tengan el tiempo, el espacio y los reembolsos para conducir las conversaciones complejas y prolongadas que son necesarias en la planificación apropiada del final de la vida. La mayoría de los pacientes ancianos lo quiere y lo espera”, señaló Silveira.

Contacto (español): Frances Medina
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Contacto (inglés): Mary Masson

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