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Sin determinar aún impacto del derrame petrolero en la “zona muerta” del Golfo de México

28/06/2010

ANN ARBOR, Michigan.—Donald Scavia, el ecólogo acuático de la
Universidad de Michigan y sus colegas aseguró que la “zona muerta”
del Golfo de México será este año mayor al promedio, continuando una
tendencia de décadas que amenaza la salud de una industria pesquera de
656 millones de dólares.

El pronóstico para 2010, divulgado hoy en la Dirección Nacional de
Océano y Atmósfera (NOAA por su sigla en inglés), calcula una zona
muerta del Golfo de 16.635 a 20.200 kilómetros cuadrados, un área
aproximada equivalente a la del Lago Ontario.

No es claro cuál es el impacto, si es que lo hay, del derrame de
petróleo causado por la explosión de la plataforma de exploración
Deepwater Horizon sobre el tamaño de la zona muerta del Golfo este año
porque hay numerosos factores involucrados, señalaron los
investigadores.

“No estamos seguros de cómo se desarrollará esto. Pero un hecho es
claro: la combinación de la hipoxia del verano y la toxicidad del
petróleo impactan sobre la mortalidad, cría y reclutamiento podría
disminuir substancialmente las pesquerías comerciales y recreacionales
en el Golfo”, dijo Scavia, consejero especial de la Presidencia de la
UM para Sustentabilidad, Director del Instituto Graham de
Sustentabilidad, y profesor en la Escuela de Recursos Naturales y del
Medio Ambiente.

El drenaje agrícola que contiene fertilizantes y desechos del ganado,
alguno procedente de sitios tan lejanos como la Franja del Trigo, es
la fuente principal del nitrógeno y el fósforo que causan la zona
anual de hipoxia en el Golfo de México. Cada año al final de la
primavera y en el verano estos nutrientes fluyen en el Río Mississippi
y llegan hasta el Golfo donde nutren crecimientos explosivos de
algas. Cuando las algas mueren y se pudren, las bacterias que viven en
el fondo del mar descomponen la materia orgánica y, en el proceso,
consumen oxígeno.
El resultado es una región con carencia de oxígeno en el fondo del mar
y las aguas próximas al fondo: la zona muerta.

Este año la situación se complica por las incertidumbres relaciondas
con el derrame petrolero en el Golfo.

Si llega suficiente petróleo al área sujeta típicamente a la hipoxia
veniega, el tamaño de la zona muerta del Golfo podría aumentar por dos
razones: la descomposición del petróleo que hacen lo microbios y que
consume oxígeno, junto con el potencial del petróleo para reducir la
difusión del oxígeno del aire al agua, el proceso que normalmente
restablece los niveles de oxígeno en la columna de agua, dijo Scavia.
Por otro lado, la presencia del petróleo podría restringir el
crecimiento de las algas que causan la hipoxia, y esto ayudaría a
limitar el tamaño de la zona muerta del Golfo.

Las cinco zonas muertas del Golfo más grandes de las que se tiene
registro ocurrieron desde 2001. La mayor ocurrió en 2002 con una
extensión de casi 22.000 kilómetros cuadrados.

“El crecimiento de estas zonas muertas es una bomba de tiempo
ecológica”, dijo Scavia. “Sin esfuerzos locales, regionales y
nacionales resueltos para controlarlas estamos poniendo en riesgo las
pesquerías”.

Los pronósticos de hipoxia ayudan a los administradores costeros, las
autoridades políticas y el público a entender mejor qué causa las
zonas muertas.

Los modelos por computadora que generarn los pronósticos se han usado
para determinar las metas de reducción de nutrientes requeridas para
reducir el tamaño de la zona muerta del Golfo.

Esos modelos se apoyan en los cálculos hechos por el Servicio
Geológico de Estados Unidos (USGS por su sigla en inglés) del monto de
nitrógeno introducido en el Golfo desde los ríos Mississippi y
Atchafalaya.

La hipoxia es causa de preocupación particularmente porque amenaza
valiosas pesquerías comerciales y recreacionales en el Golfo. En 2008
el valor en muelle de las pesquerías comerciales fue de 659 millones
de dólares. Los 24 millones de excursiones de pesca emprendidos en
2008 por más de 3 millones de pescadores aficionados contribuyeron con
otros 1.000 millones de dólares a la economía del Golfo.

“Al igual que con los pronósticos meteorológicos esta predicción usa
múltiples modelos para predecir la gama del tamaño de zona muerta
esperada” dijo Robert Magnien. Director del Centro para Investigación
Costera Oceánica Patrocinada de la NOAA. “El sólido historial de estos
modelos afirma nuesra confianza en el vínculo entre el exceso de
nutrientes del Río Mississippi y la zona muerta”.

La carga de nutrientes en la primavera de 2010 transportada al norte
del Golfo de Mëxico es casi un 11 por ciento menor que el promedio de
los últimos 30 años, dijo Matt Larsen, director asociado del USGS para
aguas. “En mayo de 2010 se descargaron unas 118.000 toneladas de
nitrógeno, en la forma de nitratos, al norte del Golfo de México”,
dijo Larsen.

El equipo de investigación de la hipoxia en el Golfo tiene el apoyo
del Centro para Investigación Costera Oceánica Patrocinada e incluye a
científicos de la Universidad de Michigan, la Universidad estatal de
Louisiana y el Consorcio Marino de Universidades de Louisiana. El
tamaño oficial de la zona hipóxica del Golfo en 2010 se anunciará
después de una evaluación de observaciones, apoyada por NOAA,
encabezada por el Consorcio Marino de Universidades de Louisiana, del
24 de julio al 12 de agosto.

Contacto (español): Vivianne Schnitzer
Teléfono: 1-734-763-0368

Contacto (inglés): Jim Erickson
Teléfono: (734) 647-1842

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