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Él dice que, y ella dice que: Un estudio revela que los hombres y las mujeres tienen percepciones muy diferentes de la cohabitación

10/02/2011

ANN ARBOR, Michigan.— Más parejas viven juntas ahora que antes, pero las razones que los hombres dan para la cohabitación, y las preocupaciones que expresan sobre ella, difieren notablemente de las de las mujeres, según revela un nuevo estudio.

La investigaciónn que se publicará en la revista Journal of Family Issues, se sustenta en entrevistas personales en profundidad y sesiones de grupos de enfoque en las que participaron 192 personas con edades entre 25 y 30 años. La mitad de los participantes eran hombres, la mitad mujeres, y hubo números iguales de blancos, negros e hispanos.

Los asuntos discutidos incluyeron los aspectos positivos y negativos de la cohabitación, las razones por las cuales las parejas deciden vivir juntos en lugar de simplemente verse en citas o de casarse, las razones para no cohabitar, y los tipos de cambio que pueden ocurrir cuando un hombre y una mujer se mudan por primera vez para vivir juntos.

“Los hombres y las mujeres expresaron expectativas muy diferentes para la relación de cohabitación”, dijo Pamela Smock, una socióloga que dirige el Centro de Estudios de Población de la Universidad de Michigan, que es parte del Instituto de Investigación Social (ISR) de la UM . “Encontramos que las respuestas varían por género mucho más que lo variado por grupo étnico o racial, lo cual sugiere una sustancial brecha por géneros en cómo se percibe el papel de la cohabitación en el proceso de formación de una unión”.

Smock llevó a cabo el estudio con Penélope Huang, del Colegio Hastings de Leyes en la Universidad de California; Wendy Manning de la Universidad estatal Bowling Green, y Clara Bergstrom Lynch, de la Universidad estatal del Este de Connecticut. La investigación tuvo el apoyo de donaciones del Instituto Nacional Eunice Kennedy Shriver de Salud Infantil y Desarrollo Humano.

En términos generales emergieron tres razones clave para vivir juntos: que la persona quiere pasar más tiempo con su pareja; que se busca compartir la carga financiera de la vida, y que se desea poner a prueba la compatibilidad. Pero la forma en que los hombres y las mujeres hablaron acerca de estas tres razones amplias fue muy diferente.

Las mujeres mencionaron el “amor” como una razón para vivir juntos tres veces más a menudo que los hombres, en tanto que los hombres mencionaron el “sexo” como una razón para vivir juntos cuatro veces más que la referencia hecha por las mujeres.

Ambos, hombres y mujeres, ven la cohabitación como una situación temporal que sirve para medir la compatibilidad, pero emergieron grandes diferencias por género en las metas subyacentes de la cohabitación. Las mujeres la ven como un arreglo de transición antes del matrimonio en tanto que los hombres tienden a verla como una manera conveniente y con poco riesgo de determinar si la relación tiene un potencial de plazo más largo y usaron términos como “una vuelta de prueba” para describir el arreglo.

Pero las diferencias más grandes por género emergieron en las desventajas que se perciben en la cohabitación. Las mujeres creen que vivir juntos significa un compromiso menor y menos legitimidad que el matrimonio, en tanto que los hombres ven la mayor desventaja en el límite a su libertad.

A pesar de los desencuentros en motivos y expectativas, Smock señala que los adultos jóvenes, al parecer, ven la cohabitación como algo que puede esperarse en la vida.

“En última instancia el mensaje más claro fue que el vivir juntos, en gran medida, se toma como algo que ha de ocurrir. Como resultado es posible que continúe por un tiempo el aumento de la proporción de adultos jóvenes que cohabitan”, añadió.

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