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¿Pueden obtenerse de los bosques más beneficios sociales y mayor biodiversidad?

24/03/2011

ANN ARBOR, Michigan.— Cuando se permite que quienes viven en el lugar hagan las
reglas para el manejo de los bosques cercanos crecen las posibilidades de que los bosques proporcionen mayores beneficios económicos para los hogares y que contengan una mayor biodiversidad, según la conclusión de dos investigadores de la Universidad de Michigan y uno de sus colegas, en un análisis de las prácticas forestales en los países tropicales en desarrollo del este de África y el sur de Asia.

Lauren Pesha y Arun Agrawal, de la Universidad de Michigan, y Ashwini Chhatre, de la Universidad de Illinois, usaron los datos acerca de más de 80 áreas de bosques en seis países tropicales para analizar la forma en que la participación de la población local afecta los beneficios sociales y ambientales de los bosques.

Los beneficios sociales incluyen el acceso a los productos forestales del cual dependen los hogares para su subsistencia tales como la leña para el fuego, pasturas para el ganado y madera para las viviendas. El principal beneficio ambiental es una mayor biodiversidad en las forestas tropicales. Los resultados del estudio realizado por el equipo se publican el 25 de marzo en la revista Science.

“Hay discrepancias sustanciales entre los científicos acerca de si es posible alcanzar beneficios tanto económicos como ambientales de los bosques, pero se ha hecho poco trabajo para comprender las condiciones que puedan conducir a ello”, dijo Persha, autora principal del artículo e investigadora de post doctorado en la Escuela de Recursos Naturales y Ambiente (SNRE por su sigla en inglés) de la UM. “Nuestro estudio es uno de los pocos que ha podido hacer este tipo de análisis de manera sistemática y cubriendo un gran número de casos en varios países”.

Persha y sus colegas analizaron los patrones de conservación de la biodiversidad y el sustento de los hogares en los bosques en 84 sitios de estudio. Se usó la riqueza de las especies de árboles como indicador de la biodiversidad forestal.

El porcentaje de hogares que dependen significativamente de los bosques para su subsistencia se usó como un indicador de las contribuciones de la foresta a la vida humana. Se definió un sistema forestal sostenible como aquél en el cual tanto la riqueza de variedad de árboles como las contribuciones para el sustento de la vida humana están por encima del promedio.

En la determinación de los factores que ayudan a explicar esos resultados el análisis mostró que los bosques tienen muchas más probabilidades de ser sostenibles cuando los usuarios locales tienen un derecho, reconocido formalmente, a participar en la conformación de las reglas forestales, en tanto que los bosques que no son sostenibles son más probables en los sitios donde los usuarios no tienen ese derecho.

“Es una lección para los gobiernos acerca de cómo se conforman políticas que gestionen y regulen sus forestas”, dijo Agrawal, profesor y decano asociado de investigación en la SNRE.

Los autores señalan que sus conclusiones son particularmente relevantes para las pequeñas áreas de bosques en las regiones con elevada densidad de población humana, las cuales presentan problemas especiales en el logro de forestas sostenibles.

Cientos de millones de personas en los trópicos dependen de los bosques. En años recientes los gobiernos de casi dos tercios del mundo en desarrollo han tratado de involucrar los hogares y las organizaciones rurales en el manejo de las forestas. A menudo la meta es el mejoramiento de los resultados sociales y ambientales mediante incentivos para que los residentes locales gestionen los bosques de forma sostenible.

Esas reformas han duplicado en los últimos quince años el área de tierras forestales que están bajo la gestión de las comunidades locales. Pero los expertos no se ponen de acuerdo acerca de si permitir que la población local participe en la conformación de las reglas forestales mejora los bosques o los deja en peor situación, y la mayoría de los estudios no examina los efectos de esta práctica.

“Las divergencias de opinión han persistido durante décadas porque las pruebas necesarias para resolverlas, simplemente, no existían”, dijo Agrawal. “El estudio actual es un paso importante hacia el mejoramiento de las pruebas y el análisis en este asunto”.

El análisis de la UM empleó un conjunto global de datos sociales, ambientales y de gestión acerca de los bosques en las regiones tropicales. El conjunto de datos lo recolectaron varios investigadores asociados con el programa de investigación de Recursos e Instituciones de Forestación. (IFRI por su sigla en inglés)

El IFRI lo inició Elinor Ostrom, ganadora del Premio Nobel de Economía, en 2009, y actualmente tiene su sede en la SNRE bajo la coordinación de Agrawal. Persha es una investigadora clave en el programa.

El estudio es uno de los primeros productos de investigación de un nuevo Instituto Anual de Ciencias Sociales promovido por la Oficina de la Vicepresidencia de la UM para Investigación y la Escuela Rackham de Estudios de Grado. El proyecto recibió fondos de la Fundación Ford, la Fundación MacArthur y la Fundación Nacional de Ciencias.

Contacto (español): Vivianne Schnitzer
Teléfono: 1–734–763–0368

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