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Problemas cognitivos en mujeres con cáncer de mama

07/12/2012

7 Diciembre 2012

Problemas cognitivos en mujeres con cáncer de mama pueden estar presentes antes de iniciar la quimioterapia

 

SAN ANTONIO, Texas.— Las mujeres sometidas a quimioterapia que experimentas problemas cognitivos, a los cuales comúnmente se describen como “cerebro en quimio”, mostraron alteraciones en sus respuestas neurocognitivas antes de que empezara el tratamiento, según datos presentados en el Simposio 2012 San Antonio de Cáncer de Mama CTRC-AACR, del 4 al 8 de diciembre.

 

Bernardine Cimprich, profesora asociada emérita en la Escuela de Enfermería de la Universidad de Michigan y sus colegas encontraron que los problemas neurocognitivos y la fatiga, previos al tratamiento, eran contribuyentes clave en los efectos cognitivos que a menudo se atribuyen a la quimioterapia.

 

“Por mucho tiempo las mujeres en tratamiento para el cáncer de mama han dado cuenta de problemas cognitivos como dificultades para pensar con claridad, para recordar cosas y para llevar a cabo sus tareas y otras responsabilidades, lo cual hemos atribuido a la quimoterapia o el ‘cerebro en quimio’”, dijo Cimprich, investigadora en el Centro Integral del Cáncer de la Universidad de Michigan. “La investigación ha mostrado que esos problemas sí ocurren en algunas mujeres durante la quimioterapia, pero todavía no entendemos cuáles son las causas subyacentes”.

 

Cimprich y sus colegas razonaron que la demanda mental y el estrés de un diagnóstico de cáncer de mamas podrían desempeñar un papel en esos problemas cognitivos tempranos. Los investigadores probaron las respuestas neurocognitivas usando la imagen funcional por resonancia magnética (fMRI) en 28 mujeres que recibieron quimoterapia, 38 que recibieron radioterapia y 32 mujeres sanas en el grupo de control. Antes del tratamiento y un mes después del tratamiento las participantes realizaron una tarea verbal de memoria en funcionamiento con niveles variados de demanda para el control cognitivo durante el escaneo con fMRI. Asimismo informaron sobre la fatiga.

 

Las mujeres sometidas a quimioterapia dieron cuenta de un nivel significativamente más alto de fatiga y se desempeñaron con menos acierto en las pruebas cognitivas antes del tratamiento y un mes después del tratamiento. Además con el paso del tiempo dieron cuenta de mayor fatiga relacionada con un desempeño más deficiente en las pruebas y más problemas cognitivos.

 

Las imágenes cerebrales durante el tratamiento mostraron una reducción de funciones en las regiones necesarias para el desempeño de la tarea en ambos grupos de pacientes comparadas con las mujeres en el grupo de control, y se observaron más problemas en las mujeres que aguardaban la quimioterapia. Las mujeres que tuvieron menos éxito en involucrar a las regiones cerebrales necesarias para la tarea antes del tratamiento fueron las que tuvieron mayores probabilidades de sufrir más fatiga con el paso del tiempo, fuera cual fuera el grupo en tratamiento.

 

“Nuestras conclusiones iniciales mostraron que el nivel de preocupación interfirió con la capacidad de las mujeres para realizar una tarea”, dijo Cimprich. “El nivel de preocupación tuvo un papel clave en los problemas cognitivos con estas mujeres antes del tratamiento, y esta preocupación estaba relacionada con la fatiga”.

 

Los puntajes en las pruebas cognitivas de las mujeres sometidas al tratamiento de radiación se ubicaron entre los de las mujeres sometidas a quimioterapia y los de las mujeres sanas.

 

“Las mujeres que encargan la decisión de someterse a la quimioterapia deberían saber que los problemas cognitivos, si ocurren, no siempre surgen de la quimioterapia”, indicó Cimprich. “Las mujeres no deberían rechazar las recomendaciones para una quimioterapia que puede salvarles la vida por temor al ‘cerebro en quimio’”.

 

Cimprich recomendó  intervenciones ya existentes para combatir el estrés después de un diagnóstico de cáncer de mama, incluida la meditación centrada, el apoyo psicológico, intervenciones de comportamiento cognitivo y el ejercicio.

 

“Es posible disminuir la preocupación y la fatiga, y mantener una fuerte función cerebral durante el curso del tratamiento con el uso de esas intervenciones”, dijo Cimprich.

 

La investigación la financiaron los Institutos Nacionales de Salud.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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