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Las borracheras extremas: ¿cuán frecuentes son entre los estudiantes de la secundaria?

24/09/2013

ANN ARBOR, Michigan.— Las personas que tienen discapacidades son mucho más propensas a usar alcohol y drogas como maneras de soportar su condición.

Un nuevo estudio, encabezado por investigadores de la Universidad de Michigan, encontró que los latinos con discapacidades físicas dependen en gran medida de los vínculos culturales con la familia y las amistades para evitar el abuso de sustancias.

A diferencia de estudios anteriores que sólo observaron los factores negativos, las conclusiones de este estudio indican que la identificación como latino y la relación con los valores culturales latinos pueden moldear los factores de riesgo y protección intrapersonales, dijo David Córdova, profesor de Trabajo Social.

“La comprensión de los procesos intrapersonales es esencial para mejorar la salud y a salud mental de esta población”, dijo Córdova, el autor principal del estudio.

Los investigadores usaron datos de cinco organizaciones comunitarias que dan servicio en Los Ángeles a latinos y a personas con discapacidades y que dieron cuenta del uso de alcohol y droga dentro del último año. Los participantes tenían edades entre los 18 y los 35 años.

Para identificar los factores de riesgo intrapersonales los participantes describieron y fotografiaron sus experiancias como latino con una discapacidad en relación con el uso de sutancias. Cuatro temas emergieron en las reflexiones de los participantes: la experiencia del dolor y la tristeza, el intento de escapar y olvidar la discapacidad; el sentimiento de inferioridad frente a otros; y el deseo de que pudieran salvarse.

De esta manera , en general, si los latinos se sienten discriminados o excluidos socialmente, las experiencias de ser discapacitado se tornan más pronunciadas, dijo Córdova.

Algunos participantes compartieron fotografías que representan experiencias apuntadas a superar las percepciones negativas y las experiencias de vida con discapacidad, reduciendo de esa manera el riesgo del uso de alcohol y drogas. Estos incidentes incluyen los esfuerzos de las personas para aprender a adaptarse y a desempeñar tareas independientemente. Algunos participantes querían mejorar la comunicación y la cohesión familiar pero eran renuentes a hacerlo porque el compartir abiertamente las preocupaciones acerca de asuntos difíciles podría poner una carga sobre las otras personas.

Córdova notó que no hay una intervención familiar efectiva para el uso de alcohol y drogas entre los latinos con discapacidades. Como resultado algunos participantes expresaron que sentían que los proveedores de servicios de salud mental no les entendían.

Los autores del estudio incluyen a Rubén Parra Cardona y Adrian Blow, profesores asociados en la Universidad estatal de Michigan; Deborah Johnson, profesora en la Universidad estatal de Michigan; Guillermo Prado, profesor en la Universidad de Miami; y Hiram Fitzgerald, profesor y decano asociado de Comunicación y Enlace Universitario en la Universidad estatal de Michigan.

Las conclusiones de este estudio se publican en la revista Journal of Social Work Practice in Addictions.

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