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Casi la mitad de los adultos de más edad tienen necesidades en el cuidado de su salud

ANN ARBOR, Michigan—Casi la mitad de los adultos mayores, esto es unos dieciocho millones de personas, en Estados Unidos tienen dificultades en su desempeño cotidiano o recibe ayuda para esas actividades, según un nuevo estudio.

Los investigadores de la Universidad de Michigan y del Instituto Urbano analizaron los datos de una muestra nacional de adultos mayores obtenida de los archivos de registro en Medicare. En total se incluyeron 8.245 personas en el Estudio Nacional 2011 de Tendencias de Salud y envejecimiento. El análisis se publicó en la edición actual (septiembre de 2014) de la revista Milbank Memorial Quarteerly.

“Aunque el 51 por ciento de los participantes informó que no había experimentado dificultades en el mes anterior, el 29 por ciento indicó que había recibido ayuda en el cuidado de sí mismos o de sus hogares, o para movilizarse”, dijo la investigadora de la UM, Vicki Freedman, co autora del informe con Brenda Spillman del Instituto Urbano. “Y otro 20 por ciento dijo que había tenido dificultades para desempeñar estas actividades por cuenta propia”.

Entre quienes recibieron ayuda, uno de cada cuatro vivía en un contexto de cuidado de apoyo (el 15 por ciento) o una casa para ancianos (el 10 por ciento).

La discapacidad grave es más común entre las personas con ingresos bajos, según encontraron las autoras. Un número desproporcionado de personas con ingresos bajos recibió asistencia con tres o más actividades de cuidado personal o movilización, en contextos aparte de las casas de ancianos.

Casi todos los adultos mayores tenían, al menos, una persona en los contactos para el cuidado informal potencial, esto es un miembro de la familia y del hogar, o una amistad cercana, y el tamaño promedio de la red de cuidado potencial era de cuatro personas.

Los adultos que vivían en sus comunidades dijeron que recibían un promedio de 164 horas mensuales de atención de algún ayudante informal, esto es más de cinco horas diarias en promedio. Los adultos mayores que vivían en situaciones de cuidado de apoyo dieron cuenta de casi 50 horas de cuidado informal por mes.

Alrededor del 70 por ciento de quienes recibieron ayuda la recibió de familiares, amigos u otras personas no remuneradas, en tanto el 30 por ciento recibía cuidado pagado.

Según Freedman y Spillman las necesidades no atendidas, especialmente entre quienes recibían cuidado pagado, fueron sustanciales.

“Entre los 18 millones de personas que tenían dificultades o recibían ayuda, el 30 por ciento había tenido una consecuencia adversa en el último mes relacionada con necesidades no atendidas”, apuntó Spillman. “Entre quienes residían en sus comunidades y tenían una persona a la cual pagaban por el cuidado, la cifra llegó a casi el 60 por ciento”.

Dadas estas necesidades de cuidado sustanciales, especialmente entre quienes tienen menos recursos económicos, las investigadoras llegaron a la conclusión de que los programas que mejoren y sustenten los servicios de cuidado a largo plazo, y que reducan las necesidades no atendidas, podrían beneficiar tanto a los adultos mayores como a quienes cuidan de ellos.

La investigación la financiaron el Departamento de Salud y Servicios Humanos y el Instituto Nacional del Envejecimiento.

Por una copia del informe visite Milbank Quarterly en www.milbank.org.

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