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Muchas maratones de televisión viendo ‘The Walking Dead’ podrían transformarte en un zombi

28/08/2017

ANN ARBOR– Viendo maratones de televisión podrá ayudarte a mantenerte al tanto de tus series de televisión favoritas como “The Walking Dead” o “Juego de Tronos”, pero podrían transformarte en un ‘zombi’ si no tienes cuidado.

De acuerdo a una nueva investigación de la Universidad de Michigan y la Escuela de Lovaina de Investigaciones sobre la Comunicación de Masas (Bélgica) encontró que una mayor frecuencia de maratones televisivas conducen a una peor calidad de sueño, más fatiga y aumento de insomnio, mientras que ver televisión normalmente no tiene esos efectos.

Las maratones televisivas, indica Jan Van den Bulck, profesor de estudios de comunicación en la U-M,  son frecuentes en adultos jóvenes y pueden ser perjudiciales para su sueño.

Las maratones televisivas, en las que se ve una cantidad excesiva del mismo programa de TV en una sola sesión, han ido en aumento ya que más hogares estadounidenses utilizan servicios de streaming y grabadoras de vídeo digitales.

Los investigadores encuestaron a 423 adultos entre las edades de 18 a 25 en febrero de 2016. Se les preguntó sobre la calidad de sueño, fatiga e insomnio, así como la frecuencia en que veían maratones televisivas en TV, computador o computador portátil en el último mes.

La mayor parte de la muestra (81%) informaron que habían visto maratones televisivas. De ese grupo, casi el 40% lo hizo una vez durante el mes anterior al estudio, mientras que el 28% dijo haberlo hecho un par de veces. Alrededor del 7% había visto maratones casi todos los días durante el mes anterior. Los hombres lo hicieron con menos frecuencia que las mujeres, pero sus sesiones casi duplicaron las de las mujeres.

Los encuestados indicaron que dormían, en promedio, 7 horas y 37 minutos. Aquellos que vieron maratones televisivas reportaron más fatiga y mala calidad del sueño en comparación con aquellos que no lo hicieron.

Liese Exelmans, una investigadora de la Escuela de Lovaina y autora principal del estudio, dijo que puede que la gente duerma la cantidad adecuada de tiempo (de siete a nueve horas para los adultos), pero la calidad no siempre es buena.

“Estos estudiantes tienen horarios flexibles durante el día”, dijo. “Lo más probable es que estén compensando la pérdida de sueño durmiendo tarde.”

El estudio mostró que el aumento de la excitación cognitiva antes de dormir (es decir, estar alerta mental) es el mecanismo que explica los efectos en la calidad del sueño.

“Los programas de televisión maratónicos tienen tramas que mantienen al espectador atado a la pantalla”, dijo Exelmans. “Creemos que (los que ven estos programas) están muy involucrados en el contenido y pueden seguir pensando en éste cuando quieren dormir.”

Una aceleración del ritmo cardíaco, o un latido irregular, y estar mentalmente alerta puede crear un estado de alerta o agitación cuando una persona trata de conciliar el sueño. Esto puede conducir a una mala calidad del sueño después de una maratón televisiva.

“Esto prolonga el inicio del sueño o, en otras palabras, requiere un período más largo para ‘enfriar’ antes de ir a dormir, por lo tanto afecta al sueño en general”, dijo Exelmans.

Los investigadores señalan que el consumo excesivo de televisión con frecuencia sucede involuntariamente. La gente se absorbe en sus espectáculos, ven “un episodio más” y dejan de ir a la cama de manera oportuna.

“Puede ser que no tengamos la intención de ver mucho, pero terminamos haciéndolo de todos modos,” dijo Exelmans.

La insuficiencia del sueño se ha conectado con consecuencias para la salud física y mental, incluida la reducción de la función de memoria y capacidad de aprendizaje, la obesidad, la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares.

“Básicamente,el sueño es el combustible que su cuerpo necesita para mantener funcionando correctamente”, dijo Exelmans. “Es muy importante documentar los factores de riesgo de la falta de sueño. Nuestra investigación sugiere que la visión compulsiva de televisión podría ser uno de estos factores de riesgo.”

Los resultados aparecen en la revista Journal of Clinical Sleep Medicine.

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