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Los adolescentes más cautelosos en el uso de drogas sintéticas

18/12/2013

ANN ARBOR, Michigan.— El uso de marihuana sintética entre los adolescentes del país disminuyó sustancialmente este año, y una proporción reciente de ellos percibe un peligro mayor  en el uso de las llamadas “sales de baño”.

Ambas drogas sintéticas se venden sin receta en muchos comercios como las estaciones de gasolina y los almacenes de abastecimiento diario, como asimismo por internet. Estas drogas son materia de gran preocupación por las consecuencias graves e impredecibles para la salud del usuario.

Éstas y otras conclusiones provienen del estudio Monitoring the Future de la Universidad de Michigan, financiado por el Instituto Nacional sobre Abuso de Drogas.

Desde 1991 cada año se ha encuestado a muestras nacionales de 40.000 a 50.000 estudiantes en tres grados (octavo, décimo y décimo segundo). Entre las conclusiones más importantes de la encuesta de este año entre los estudiantes de secundaria en EE.UU. se cuentan las siguientes:

Marihuana sintética. El uso de marihuana sintética ha disminuido sustancialmente en el último año, del 11,3 por ciento en 2012 al 7,9 por ciento en 2013 entre los alumnos de décimo segundo grado; del 8,8 por ciento al 7,4 por ciento entre los de décimo grado, y del 4,4 por ciento al 4 por ciento entre los alumnos de octavo grado (la reducción entre los estudiantes de décimo segundo grado es estadísticamente muy significativa, y también son significativas las disminuciones para los tres grados combinados). La marihuana sintética, que se vende como K-2, Spice, etc., ha sido causa de preocupación creciente debido a sus efectos adversos y las altas tasas de uso, documentadas por primera vez en este estudio en 2011. En 2012 la marihuana sintética fue la segunda droga ilícita más usada entre los alumnos de décimo y décimo segundo grado, después de la marihuana, y la tercera más usada entre los estudiantes de octavo grado, después de la marihuana y los inhalantes.

La marihuana sintética se hace rociando cannabinoides (los elementos químicos que se encuentran en cannabis) producidos sintéticamente en hierbas y otros materiales de planta. Habitualmente se vende en el mostrador o por internet. En 2011 la Administración de Control de Drogas (DEA) prohibió un número de compuestos químicos específicos que se usan comúnmente para hacer la marihuana sintética, pero continuamente aparecen variaciones químicas nuevas que eluden las regulaciones. Una mayoría de los adolescentes que usan la marihuana sintética también consume la marihuana regular.

Sales de baño. Las llamadas “sales de baño” se cuentan entre las drogas sintéticas de aparición más reciente en el mercado. Se han incluido preguntas sobre el uso de estas poderosas y peligrosas drogas estimulantes desde la encuesta de 2012. Ese año las tasas de prevalencia (el porcentaje de encuestados que indicó que había usado esos compuestos en algún momento durante los últimos doce meses) fueron del 0,8 por ciento, el 0,6 por ciento y el 1,3 por ciento para los grados octavo, décimo y décimo segundo respectivamente. Este año las tasas han estado muy bajas en el 1 por ciento, el 0,9 por ciento y el 0,9 por ciento respectivamente.

En los tres grados las proporciones de estudiantes que dicen que el uso de sales de baño involucra un gran riesgo para el usuario ha subido notablemente. Los investigadores indican que esto, muy probablemente, ayuda a explicar por qué el uso de estas drogas ha permanecido en niveles tan bajos. En un año solo el porcentaje de alumnos que indicó que el uso ocasional implica un gran peligro ha subido en 13, 17 y 25 puntos porcentuales en los grados octavo, décimo y décimo segundo, respectivamente. Este es un incremento muy grande en esta opinión, y que típicamente no se aprecia en un período tan corto, añadieron los investigadores. a diferencia de la marihuana sintética, que experimentó un aumento sustancial de popularidad, después que entró en escena el uso de sales de baño ha permanecido limitado, lo cual sugiere que se han recibido los mensajes acerca de sus peligros.

Al igual que la marihuana sintética, las sales de baño se venden frecuentemente en comercios de conveniencia bajo diferentes nombres de marca. Están vinculadas a numerosos efectos secundarios graves, incluida paranoia, pensamientos suicidas, comportamiento violento, alucinaciones y aumento del ritmo cardiaco. Las consultas con centros de control de envenenamiento acerca de las sales de baño han saltado de alrededor de 300 en 2010 a más de 6.000 en 2011. Desde entonces el número de consultas ha bajado a 2.700 en 2012 y sigue disminuyendo rápidamente, muy probablemente debido a la amplia difusión de información sobre los peligros de las sales de baño como, asimismo, porque la DEA ha proscrito ciertos compuestos químicos que se usan para fabricarlas.

Cualquier droga ilegal. El índice de uso de cualquier droga ilegal tiende a responder mayormente al uso de la marihuana que es, de lejos la más prevaleciente de las muchas drogas ilegales usadas. En 2013 las proporciones de estudiantes que dieron cuenta del uso de alguna droga ilegal en los doce meses anteriores fueron del 15 por ciento, 32 por ciento y 40 por ciento en los grados octavo, décimo y décimo segundo respectivamente, más altas que un año antes por 1,5, 1,6 y 0,6 puntos porcentuales para los mismos grados (sólo el cambio en el octavo grado es estadisticamente significativo). Para los tres grados combinados la tasa ha subido en 1,3 puntos porcentuales, lo cual es también un incremento estadísticamente significativo. Los porcentajes de estudiantes que dieron cuenta de algún uso de droga ilegal en algún momento de sus vidas son del 20 por ciento, 39 por ciento y 50 por ciento. En otras palabras, la mitad de los estudiantes en los gados superiores de las escuelas secundarias de Estados Unidos ha usado alguna droga ilegal para cuando llegan a la graduación y cuatro de cada diez la ha usado en el año pasado.

“Debe notarse, sin embargo, que la mitad de los alumnos en el último año de la secundaria no ha probado una droga ilegal para cuando llegan a la graduación”, dijo Lloyd Johnston, el investigador principal del estudio.

Marihuana. En general el uso de marihuana entre los adolescentes ha ido aumentando en años recientes después de una década o más de disminución bastante sostenida. En 2013 el uso entre los alumnos de octavo y décimo grados subió aún más, aunque no lo suficiente como para alcanzar una relevancia estadística. La prevalencia anual (esto es el porcentaje que ha usado una o más veces marihuana en los doce meses anteriores) ha subido del 11,4 por ciento al 12,7 por ciento entre los alumnos de octavo grado, y del 28 por ciento al 29,8 por ciento entre los de décimo grado, en tanto que entre los estudiantes en décimo segundo grado se ha mantenido en el 36,4 por ciento.

“Pero lo más notable es el hecho de que la proporción de adolescentes que ven como peligroso el uso de la marihuana ha disminuido mucho en los tres grados”, apuntó Johnson. “El riesgo percibido, es decir el riesgo para el usuario que los adolescentes vinculan con una droga, ha sido un indicador principal del uso, tanto de la marihuana como de otras drogas, y ha continuado disminuyendo agudamente en 2013 entre los adolescentes. Esto podría señalar futuros aumentos del uso en el futuro”.

De 2005 a 2013 el porcentaje de estudiantes que ve un peligro grande en el uso regular de marihuana ha bajado entre los alumnos de octavo grado del 76 por ciento al 61 por ciento; entre los de décimo grado del 66 por ciento al 47 por ciento, y entre los de décimo segundo grado del 58 por ciento al 40 por ciento, incluidas disminuciones significativas sobre un año en los tres grados este año. La disponibilidad de marihuana de la que dan cuenta los estudiantes, después de haber disminuido por algunos años, se ha mantenido estable por unos cinco o seis años.

Un dato interesante de este año se relaciona con el número sustancial de Estados que han aprobado leyes para el uso médico de la marihuana. De los alumnos de décimo segundo grado que dicen que han usado marihuana en los doce meses antes de la encuesta y que residen en Estados que han aprobado tales leyes al fin del año previo a la encuesta, un tercio (el 34 por ciento) dice que una de sus fuentes de marihuana es la receta de marihuana médica de otra persona. Y el 6 por ciento dice que lo obtiene de su propia receta. Así, al parecer, las leyes estatales sobre el uso médico de la marihuana proporcionan una vía adicional de acceso a la droga por parte de los adolescentes. Estas conclusiones se sustentan en los informes de los alumnos de décimo segundo grado encuestados en los sondeos de 2012 y 2013 combinados.

El uso diario de marihuana, que también ha estado aumentando en años recientes para los tres grados, sigue esencialmente estable en niveles relativamente altos entre 2012 y 2013. Los incrementos previos fueron sustanciales, un aumento de un 25 por ciento a 50 por ciento, comparado con los niveles bajos alcanzados entre 2006 y 2008 para los tres grados. Actualmente uno de cada quince alumnos en el último año de la secundaria (el 6,5 por ciento) usa marihuana cada día o casi cada día. Los porcentajes comparables entre los alumnos de octavo y décimo grado son del 1,1 por ciento y el 4 por ciento, respectivamente.

ENGLISH VERSION

American teens more cautious about using synthetic drugs

ANN ARBOR—The use of synthetic marijuana by the nation’s teens dropped substantially this year, and a sharply increasing proportion of them see great risk in using so-called “bath salts.”

Both of these drugs are synthetics sold over the counter in many outlets such as gas stations and convenience stores, as well as on the Internet. They have been the subject of great concern because of their serious and unpredictable consequences for the user’s health. These and other findings come from the University of Michigan’s Monitoring the Future study, which is funded by the National Institute of Drug Abuse.

National samples of 40,000 to 50,000 students in three grades (8, 10 and 12) have been surveyed every year since 1991. Among the most important findings from this year’s survey of U.S. secondary school students are the following:

Synthetic Marijuana. The use of synthetic marijuana in the past year has dropped sharply—from 11.3 percent in 2012 to 7.9 percent in 2013 among 12th graders, from 8.8 percent to 7.4 percent among 10th graders, and from 4.4 percent to 4.0 percent among 8th graders (the drop among 12th graders is highly statistically significant, and the drop for the three grades combined is also significant). Synthetic marijuana (sold as K-2, Spice, etc.) has been of increasing concern because of its adverse effects and high rates of use (first documented by this study in 2011). In 2012, synthetic marijuana was the second-most widely used illicit drug among 10th and 12th graders (after marijuana), and the third-most widely used among 8th graders (after marijuana and inhalants).

Synthetic marijuana is made by spraying synthetically produced cannabinoids (chemical elements found in cannabis) on herbs or other plant materials. It is usually sold over-the-counter or on the Internet. In 2011, the Drug Enforcement Administration scheduled (banned) a number of specific chemicals commonly used to make it, but new chemical variations which skirt the regulations continue to appear. A majority of teen users of synthetic marijuana also use regular marijuana.

Bath salts. So-called “bath salts” are among the latest designer drugs to enter the scene. Questions on the use of these powerful and dangerous stimulant drugs have been included since the 2012 survey; that year the annual prevalence rates (the percent who reported any use in the prior 12 months) were 0.8 percent, 0.6 percent and 1.3 percent for grades 8, 10 and 12, respectively. This year, the rates have remained very low at 1 percent, 0.9 percent and 0.9 percent.

In all three grades the proportions of students who say the use of bath salts involves great risk to the user have increased sharply. The investigators say that this very likely helps to explain why the use of these drugs has remained at such low levels. In a single year, the percent indicating that occasional use carries great risk of harm has risen by 13, 17 and 25 percentage points in grades 8, 10 and 12, respectively. This is a very steep rise in this belief, typically not seen over such a short period of time, say the investigators. Unlike synthetic marijuana, which experienced a substantial rise in popularity after entering the scene, use of bath salts has remained quite contained, suggesting that the messages about its dangers have been received.

Like synthetic marijuana, bath salts are frequently sold over the counter under various brand names. They are linked to a number of serious side effects, including paranoia, suicidal thoughts, violent behavior, hallucinations and increased heart rate. Calls to poison control centers about bath salts reportedly jumped from around 300 in 2010 to more than 6,000 in 2011. Since then, the number of calls has fallen to 2,700 in 2012 and continues to decline sharply, quite likely due to widespread publicity about the dangers of bath salts as well as the DEA’s scheduling of certain chemicals used to make them.

Any Illicit Drug. The index of any illicit drug use tends to be driven by marijuana, which is by far the most prevalent of the many illicitly used drugs. In 2013, the proportions of students indicating any use of an illicit drug in the prior 12 months are 15 percent, 32 percent, and 40 percent in grades 8, 10 and 12, respectively—higher than a year ago by 1.5, 1.6 and 0.6 percentage points for the same grades (only the change at 8th grade is statistically significant). For the three grades combined, the rate is up by 1.3 percentage points, also a statistically significant increase. The percentages indicating any use in their lifetime are 20 percent, 39 percent and 50 percent. In other words, half of America’s high school seniors have tried an illicit drug by the time they graduate and four in 10 have used it in just the past year.

“But it should also be noted that fully half of today’s seniors have not tried an illicit drug by the end of high school,” said Lloyd Johnston, the principal investigator of the study.

Marijuana. In general, the use of marijuana among teens has been drifting higher in recent years following a decade or more of fairly steady decline. In 2013, use among 8th and 10th graders has drifted up further, though not enough to reach statistical significance. Annual prevalence (the percent using once or more in the prior 12 months) has risen from 11.4 percent to 12.7 percent among 8th graders and from 28.0 percent to 29.8 percent among 10th graders, while among 12th graders, use has held steady at 36.4 percent.

“But more noteworthy is the fact that the proportion of adolescents seeing marijuana use as risky declined again sharply in all three grades,” Johnston said. “Perceived risk—namely the risk to the user that teenagers associate with a drug—has been a lead indicator of use, both for marijuana and other drugs, and it has continued its sharp decline in 2013 among teens. This could foretell further increases in use in the future.”

From 2005 to 2013, the percent seeing great risk from being a regular marijuana user has fallen among 8th graders from 74 percent to 61percent, among 10th graders from 66 percent to 47 percent and among 12th graders from 58 percent to 40 percent—including significant one-year declines in all three grades this year. Reported availability of marijuana, after falling for some years, leveled out about five or six years ago.

One interesting finding this year relates to the substantial number of states that have passed medical marijuana laws. Of the 12th graders who say that they have used marijuana in the 12 months prior to the survey and who reside in states that passed such laws by the end of the year prior to the survey, a third (34 percent) say that one of their sources of marijuana is another person’s medical marijuana prescription. And 6 percent say they get it from their own prescription. It thus appears that state medical marijuana laws provide an additional avenue of accessibility to the drug for teens. These findings are based on self-reports from 12th graders surveyed in the 2012 and 2013 surveys combined.

Daily use of marijuana, which also has been rising in recent years for all three grades, remains essentially flat at relatively high levels between 2012 and 2013. The prior increases were substantial—up by a quarter to one-half compared to the low points reached between 2006 and 2008 for the three grades. Today, one in every 15 high school seniors (6.5 percent) is a daily or near-daily marijuana user. The comparable percentages among 8th and 10th graders are 1.1 percent and 4.0 percent, respectively.

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