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ANN ARBOR, Michigan—Los adolescentes urbanos cuyas familias proporcionan altos niveles de apoyo emocional son más propensos a evitar las borracheras y el uso de marihuana, según un nuevo estudio de la Universidad de Michigan.
Los investigadores examinaron la dinámica familiar y el apoyo de los parientes entre 850 estudiantes de escuela secundaria identificados como de alto riesgo para la deserción escolar, sobre la base de un promedio de calificaciones de 3.0 puntos o menos al término del octavo grado. Los datos se recolectaron en cuatro etapas cada doce meses por cuatro años.
Los estudiantes respondieron a declaraciones tales como “los miembros de la familia se critican unos a otros”, y “en nuestra familia hay peleas”, como asimismo “a mi padre/madre le gusta escuchar lo que yo pienso,” y “yo cuento con el apoyo moral de mi madre/padre.”
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Se les preguntó, además, sobre su consumo de alcohol y marihuana en los últimos treinta días y sobre las borracheras (el consumo de cinco o más tragos consecutivos) en las últimas dos semanas.
En términos generales los adolescentes con una fuerte presencia de sus padres y madres involucrados y con menos conflictos familiares mostraron un riesgo menor de abuso de alcohol y drogas a lo largo del tiempo, dijo David Córdova, profesor asistente de asistencia social de la UM y el autor principal del estudio.
Cuando las dinámicas familiares positivas escasean los adolescentes son más propensos a user la marihuana dentro de los próximos treinta días.
Sin embargo el estudio encontró que los adolescentes con niveles más altos de apoyo familiar y de buen funcionamiento familiar tienen un riesgo más alto del uso de alcohol dentro de los treinta días. Una explicación posible es que los padres y madres de estos jóvenes quizá no perciban como un problema el uso de alcohol hasta que evolucione en las borracheras. Los adolescentes de familias con mejor funcionamiento quizá participen más en encuentros familiares, incluidos los asados, donde los jóvenes pueden tener acceso a las bebidas alcohólicas.
Los otros autores del estudio son Justin Heinze, Ritesh Mistry, Hsing-Fang Hsieh, Sarah Stoddard y Marc Zimmerman de la UM, en tanto que Christopher Salas-Wright es de la Universidad de Texas.
Las conclusiones se publican en la revista Substance Use & Misuse.
David Cordova: