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Este verano, estudiantes de todo Michigan se sumergieron en el mundo de investigación en U-M

07/08/2015

ANN ARBOR– Sabemos que los niveles de dióxido de carbono están aumentando. Pero ¿Cómo afectará esto a nuestro clima?

Esa es la pregunta que Héctor Ochoa, 25, un estudiante en Henry Ford College, se hizo al comenzar un proyecto de investigación en la Universidad de Michigan este verano.

Trabajando con la investigadora Sierra Petersen del programa de ciencias de la tierra y el medio ambiente, Ochoa pasó las últimas 10 semanas corrigiendo una complicada fórmula para determinar exactamente el efecto del incremento del CO2 en el calentamiento de la Tierra.

“Los científicos han tratado de resolver esto por un buen tiempo ya que han notado el aumento de los niveles y aunque los métodos que han usado son bastante buenos tenían algunas fallas,” dijo Ochoa al presentar los resultados de su investigación -con la fórmula corregida- esta semana.

“Esto es literalmente la nueva frontera para esta investigación. Soy muy afortunado de tener la oportunidad de participar en ella y ser uno de los primeros en saber cómo nuestro clima va a ser afectado por el incremento del CO2,” dijo.

Ochoa fue uno de cerca de 100 participantes en el programa de verano de oportunidades de investigación para estudiantes de licenciatura (UROP por sus siglas en inglés).

Héctor Ochoa presenta los resultados la investigación que realizó durante las 10 semanas intensivas del programa UROP.

Participando este verano estaban el programa de ciencias biomédicas y de la vida, el programa de becas INTEL Semiconductor Research Corporation, el programa de beca de investigación para colegios comunitarios de Michigan, la academia de Michigan STEM, y el programa de beca del Instituto de Energía de U-M.

Las investigaciones abarcaron una gran diversidad de temas, incluyendo cómo los inmigrantes son representados en los medios de comunicación, el comportamiento de los conductores en carros autónomos, la influencia de la educación de los padres en estudiantes universitarios de primera generación, y las diferencias culturales del amor.

“La integración de la educación universitaria y la investigación es un sello distintivo de la educación de la Universidad de Michigan y crítico para la formación de futuros investigadores, responsables políticos, maestros, líderes empresariales e innovadores, así como los futuros ciudadanos y electores,” dijo la directora del programa Sandra Gregerman.

Catalina Ormsby, directora asociada de UROP, dijo que en el programa de Michigan Community Colleges participaron 42 estudiantes representando a 16 colegios comunitarios. Ese programa que comenzó en el 2007 y ha crecido significativamente gracias a donaciones.

Nice Outfit en Detroit permite al público reunirse en un espacio para construir comunidad. Foto cortesía de Charlene Uresy.

“La idea es que los estudiantes tengan una experiencia en el campus y trabajen con miembros de nuestra facultad en investigación, pero también darles una idea de lo que la Universidad de Michigan puede ofrecerles. Nosotros los conectamos con profesores, administradores, con otros estudiantes y es importante que aprendan del proceso de transferencia porque los queremos aquí,” dijo Ormsby.

“Queremos que tengan la experiencia de la vida en el campus. Eso hace una gran diferencia cuando los estudiantes se transfieren, están preparados. Se sienten más cómodos, han creado redes sociales, y probablemente ya tienen un mentor en su área de investigación.”

Hanna Jeffers, de Grand Rapids Community College, dijo que vendrá a Universidad de Michigan para completar sus estudios en arquitectura.

Este verano, Jeffers trabajó con la profesora Anya Sirota y su práctica de diseño experimental Akoaki para participar en un proyecto temporal de intervención urbana.

Trabajando mano a mano con el artista de Detroit Olyamai Dabls diseñaron Nice Outfit, una instalación que combinó diseño arquitectónico, arte y colaboración comunitaria en el Parque Harmonie en Detroit. La instalación sirvió para atraer gente de distintas partes de la ciudad y también a visitantes.

“Normalmente la arquitectura es vista como una estructura formidable de un arquitecto. Pero trabajando con un artista nos permitió reconocer una versión alternativa, su impacto en percepción pública, identidad colectiva e interacción de la comunidad,” dijo.

“Me gustaba la arquitectura porque soy buena en matemáticas y me gusta dibujar,” añadió. “Involucrarme en este proyecto me hizo entender realmente que hay mucho más que el diseño del edificio y las murallas. También se trata del programa, de las personas que ocupan el edificio y cómo servirlas mejor.”

Para conocer más del programa visite: http://www.lsa.umich.edu/urop/

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