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Ha sido un tema que muchos padres negros de Estados Unidos han discutido con sus hijos en las últimas décadas: mantenerse a salvo de ser heridos o asesinados por las fuerzas policiales.
Pero en los últimos meses, la conversación se extiende ahora a los jóvenes negros asesinados en situaciones habituales por ciudadanos blancos, dijo Alford Young Jr., sociólogo de la Universidad de Michigan que ha realizado investigaciones sobre los afroamericanos. Young pone en contexto lo que debe ocurrir para eliminar estos encuentros mortales, señalando que cualquier cambio implicará a múltiples agentes y no se producirá de la noche a la mañana.
¿Por qué este momento es diferente para los niños y los padres negros?
Históricamente ha habido conversaciones en casa con los niños negros, en particular con los varones, sobre cómo manejarse en situaciones difíciles, ya sea con la policía, o en situaciones amenazantes o peligrosas. Ahora lo que preocupa es salir en público y cómo manejarse día con día, ya sea en la esquina de la calle, en los vecindarios y en las comunidades. Es casi como si no hubiera una conversación real que mantener, porque ¿cómo decirle a la gente que esté preparada para la violencia por el simple hecho de estar en un espacio público? Creo que hay un deseo para conversar. Hay una búsqueda para averiguar qué conversaciones se pueden mantener.
Algo de esto parece ser una idea racista o errónea por parte de algunas personas que no pertenecen a minorías acerca de que los hombres negros son peligrosos. ¿Qué podría cambiar esta percepción?
El cambio de percepción tiene dos tipos. Por un lado, se trata de hombres jóvenes en público que a veces fomentan imágenes de preocupación o ansiedad. Los hombres a veces son agresivos. Los hombres negros o los chicos jóvenes pueden ser expresivos y eso causa consternación o preocupación entre el gran público.
Pero que sean diferentes no es todo lo que está en juego. Hemos visto a hombres negros enfrentarse a amenazas o violencia por el mero hecho de estar en los vecindarios. No se trata del comportamiento agresivo u hostil. Se trata de ir a hacer ejercicio, mirar pájaros en un parque. Hacer cosas que no concuerdan en absoluto con la vieja noción de que “no se puede ser demasiado expresivo”. No puedes ser demasiado asertivo”.
Y así la percepción en gran parte está a manos de otras personas. Son las personas ajenas a las categorías de niños negros, hombres negros, personas negras las que tienen que hacer balance de cómo y por qué piensan de estas personas como lo hacen. ¿Qué es lo que limita la capacidad de reconocer la humanidad de estas personas? El público en general tiene que entender que hay trabajo que hacer por su parte. No se trata simplemente de esperar a que la gente se comporte de otra manera.
Antes mencionó cómo iniciar la conversación. ¿Cómo?
En mi opinión, las instituciones sociales son el lugar perfecto para entablar estas conversaciones. Tienen que producirse en las escuelas; me refiero desde la educación temprana hasta la educación superior. Si nuestro objetivo en las escuelas es formar a las personas para que sean funcionales en la sociedad, tienen que ser receptivas a todo tipo de personas en la sociedad. Esto significa aprender a relacionarse con personas diferentes a ellos.
Otras instituciones, como las iglesias, son lugares en los que la noción de comunidad ocupa un lugar dominante. ¿Qué tipo de comunidad estamos invitando a estas iglesias? Los pastores y los líderes eclesiásticos están perfectamente situados para convocar esas conversaciones, hacer que se produzcan, explorarlas.
Y el último lugar -y quizá el más desafiante- es el propio gobierno. Aparte de hablar sobre cuestiones de libertades y derechos individuales, ¿qué pasa con las responsabilidades de las comunidades de implicar a otras personas? ¿Están teniendo lugar esas conversaciones en el Congreso, en las legislaturas estatales? Gran parte de la conversación gira en torno a la protección del individuo. Parte de la conversación debe verse sobre cómo proteger y servir a comunidades sanas, lo que significa hablar de las obligaciones con otras personas.
Con la participación de múltiples agentes, ¿qué probabilidades hay de que se produzca un cambio, es decir, de que haya menos muertes causadas por gente blanca armada?
Creo que el hecho de que haya agentes críticos impulsando la conversación ahora significa que en las próximas décadas se producirá un cambio. No espero un cambio de la noche a la mañana. Nunca he esperado un cambio de la noche a la mañana en lo que se refiere a la raza, las relaciones raciales y la salud y el bienestar de los afroamericanos, pero con el tiempo se empieza a cambiar poco a poco.
Escrito por Jared Wadley de Michigan News, adaptado al español por Juan Ochoa de Michigan News.