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18 enero 2013
ANN ARBOR, Michigan.— En las próximas décadas las olas de calor y la degradación de la calidad del aire y del agua debidas al cambio climático serán cada vez más frecuentes e intensas amenazando la salud pública. Las tormentas con lluvias y las inundaciones dañinas serán más comunes, y se exacerbarán los riesgos ya existentes para los Grandes Lagos.
Éstas son algunas de las conclusiones contenidas en el capítulo sobre el medio oeste en el borrador de un informe divulgado la semana pasada por el Gobierno Federal que encara los impactos claves del cambio climático en cada región del país y analiza sus efectos probables sobre la salud humana, el agua, la energía, el transporte, la agricultura, los bosques, los ecosistemas y la biodiversidad.
http://ncadac.globalchange.gov/ .
Un resumen de los documentos de aporte técnico del informe está disponible en http://www.glisa.umich.edu.
Los investigadores de la Universidad de Michigan fueron los principales autores de capítulos en el informe de más de 1.100 páginas titulado Evaluación Climática nacional, escrito por un equipo de más de 240 científicos.
El ecólogo acuático de la Universidad de Michigan, Donald Scavia, fue un autor principal del capítulo sobre el medio Oeste. Rosina Bierbaum, de la Escuela de Recursos Naturales y el Ambiente y la Escuela de Salud Pública, fue autora principal en el capítulo sobre adaptación al cambio climático. Dan Brown, de la Escuela de Recursos naturales y Ambiente, fue autor principal en el capítulo sobre cambios en el uso de la tierra y la cubierta de la tierra.
Además Bierbaum y Marie O’Neill, de la Escuela de Salud Pública, fueron miembros del comité asesor, de 60 personas, que supervisó el desarrollo del borrador del informe, que es el tercer informe federal de evaluación climática desde 2000. El informe enfatiza que el cambio climático ya afecta a los estadounidenses, que se espera la intensificación de sus impactos en las próximas décadas, y que los cambios son resultado, principalmente, de la actividad humana.
“Se espera que los impactos del cambio climático en el Medio Oeste sean tan diversos como el paisaje mismo. Los impactos ya se sienten en los bosques, en la agricultura, en los Grandes Lagos y en nuestros centros urbanos”, señaló Donald Scavia, director del Instituto Grahamn de Sostenibilidad y asesor especial de la presidencia de la UM en asuntos de sostenibilidad.
En el Medio Oeste las ocurrencias de precipitaciones pluviales extremas e inundaciones se han hecho más comunes a lo largo del último siglo, y se espera que las tendencias continúen causando erosión, un deterioro de la calidad del agua, e impactos negativos sobre el transporte, la agricultura, la salud humana y la infraestructura, según el informe.
El cambio climático probablemente empeorará una serie de problemas ya existentes en los Grandes Lagos incluidos los cambios en la extensión y distribución de especies de peces que son importantes desde el punto de vista comercial y de recreación, los aumentos de las especies invasoras, la disminución de la salud de las playas y el crecimiento de más algas dañinas. Sin embargo la disminución de la cubierta de hielo en los Grandes lagos podría ampliar la temporada de navegación comercial.
En la agricultura las estaciones de cultivo más largas y el aumento de los niveles de dióxido de carbono probablemente incrementarán los rendimientos de algunas cosechas en el medio oeste en las próximas décadas, según el informe, pero estas ganancias contrastarán de manera creciente con la ocurrencia cada vez más frecuente de las olas de calor, las sequías y las inundaciones. En el largo plazo se espera que los efectos combinados que se vinculan con el cambio climático disminuyan la productividad agropecuaria en el Medio Oeste.
Se espera asimismo que la composición de los bosques de la región cambie a medida que las temperaturas empujen hacia el norte el hábitat de muchas especies de árboles. Se proyecta que numerosas especies de árboles típicos como el abedul paperífero (Betula papyrifera), el álamo temblón (Populus tremula), el abeto balsámico (Abies balsamea) y la picea negra (Picea mariana) pasen de Estados Unidos a Canadá.
La tasa de calentamiento en el Medio Oeste se ha acelerado en las últimas décadas según el informe. Entre 1900 y 2010 la temperatura promedio del aire en el Medio Oeste aumentó en más de 0,6 grado Celsius (1 grado Fahrenheit). Sin embargo entre 1950 y 2010 la temperatura promedio aumentó dos veces más rápido y entre 1980 y 2010 el aumento fue tres veces más rápido.
El calentamiento ha sido más rápido durante la noche y durante el invierno. Las tendencias son coherentes con los efectos proyectados de las concentraciones mayores de los gases que atrapan el calor y causan el efecto invernadero, como el dióxido de carbono liberado en la atmósfera por el uso de combustibles fósiles.
Las proyecciones de los incrementos regionales de temperaturas promedio a mediados del siglo, en relación con las temperaturas promedio entre 1979 y 2000, son de aproximadamente 2,1 grados Celsius (3,8 Fahrenheit) para un escenario con reducciones sustanciales de las emisiones, y de 2,8 grados Celsius (4,9 Fahrenheit) para un escenario como el actual con altas emisiones. Las proyecciones para fines de siglo en el Medio Oeste son de 3,1 grados Celsius (5,6 Fahrenheit) para el escenario con bajas emisiones, y de 4,7 grados Celsius (8,5 Fahrenheit) para el escenario con emisiones altas, según el informe.
El borrador del informe Evaluación Climática Nacional está disponible en