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ANN ARBOR, Michigan.— Las latinas que participaron en un programa de prevención de la diabetes, adaptado a su cultura y lenguaje y dirigido por trabajadoras de la salud comunitarias, experimentaron una disminución significativa en los síntomas de depresión durante el embarazo y el período temprano del post parto, según un estudio de la Universidad de Michigan.
La depresión que continúa sin tratamiento puede afectar negativamente tanto a las madres como a los hijos. La investigación indica que, a veces, las mujeres de minorías, comparadas con sus contrapartes blancas, no buscan asistencia para lidiar con su depresión.
Si su madre u otras amigas están ausentes, las mujeres se sienten cada vez más aisladas y estresadas. Encuentran dificultades para mantener prácticas saludables durante y después del embarazo, dijo Edith Kieffer, autora principal del estudio y profesora asociada de asistencia social en la UM.
Unas 275 latinas, hispanohablantes y embarazadas, participaron en Healthy Mothers on the Move, una prueba clínica con base en Detroit diseñada para reducir los factores de riesgo para la obesidad y la diabetes tipo 2.
Las mujeres tuvieron un currículo de 14 sesiones conducido en español durante dos visitas hogareñas y nueve reuniones de grupo durante el embarazo, y dos visitas hogareñas y una reunión de grupo entre la segunda y la sexta semana después del parto. Tanto las reuniones de grupo como las visitas hogareñas ofrecieron información sobre una dieta saludable, el ejercicio regular y actividades prácticas. El grupo de control tuvo cuatro reuniones de grupo, tres de ellas durante el embarazo y una después del parto.
Todas las participantes recibieron el mismo contenido educativo en relación con el embarazo, el nacimiento y el período de post parto, el manejo del estrés y la identificación de las señales y síntomas de depresión, además de boletines mensuales con sugerencias para la salud y tarjetas recordatorias.
El porcentaje de mujeres en riesgo de depresión en la entrevista de seguimiento fue significativamente más bajo en el grupo que había tenido la intervención (19 por ciento) que en el grupo de control (33,7 por ciento). Las investigadoras encontraron que el efecto de la intervención sobre los síntomas depresivos fue más intenso durante el embarazo. A las seis semanas después del parto la intervención seguía siendo eficaz solo para el 82,8 por ciento de las participantes en el estudio que no hablaban inglés.
“El significado del apoyo social para un grupo de mujeres inmigrantes que tienden a estar socialmente aisladas no puede ignorarse”, escribieron las investigadoras.
El estudio señaló que, cuando se combina con actividades de promoción de la salud y el apoyo social de trabajadoras de salud comunitarias y sus pares “los resultados de este estudio indican que la promoción de estilos de vida saludables puede ser muy adecuada para ayudar en la prevención o la reducción de los síntomas depresivos entre las latinas durante el embarazo, teniendo en cuenta el estigma que a menudo existe en la comunidad latina hacia el tratamiento de la salud mental”.
Entre las autoras del estudio se cuentan Cleopatra Caldwell, Diana Welmerink, Kathleen Welch y Brandy Sinco de la UM; y J. Ricardo Guzmán del Centro Comunitario de Salud y Servicios Sociales, Inc.
El estudio se planificó y se llevó a cabo en colaboración con el Centro Comunitario de Salud y Servicios Sociales, un centro de salud aprobado por el gobierno federal, y otras organizaciones asociadas de Detroit, usando principios de investigación participatoria con base en la comunidad.
Las conclusiones se publican en la revista American Journal of Community Psychology
Enlace: http://link.springer.com/article/10.1007/s10464-012-9523-9