ANN ARBOR, Michigan—Dos equipos de investigadores de la Universidad de Michigan han identificado a las células responsables de la neurofibromatosis tipo 1, una condición incurable que desfigura y es uno de los trastornos hereditarios más comunes.
“Ahora sabemos a cuáles células tenemos que apuntar. Y eso es un gran paso hacia nuevas terapias”, dijo Sean Morrison, director del Centro de Biología de Células Madre en la UM y quien estuvo al frente de uno de los equipos de investigación. El otro equipo lo encabezó Yuan Zhu de la Escuela de Medicina de la UM.
La neurofibromatosis de tipo 1, o NF1, es una condición del sistema nervioso periférico que aflige a una de cada 3.500 personas en Estados Unidos. Los síntomas, normalmente, empiezan a aparecer hacia los 10 años de edad. Aunque en su mayoría los casos son moderados, la enfermedad puede conducir a la desfiguración, trastornos del aprendizaje, ceguera, anormalidades del esqueleto, pérdida de miembros y, ocasionalmente tumores malignos letales.
La NF1 hace que crezcan tumores benignos en torno a los nervios; en 3 a 5 por ciento de los casos los tumores luego se tornan malignos. Los tumores más comunes de la NF1 se llaman neurofigromas: comienzan en las células del recubrimiento de mielina, una membrana que envuelve las fibras nerviosas periféricas.
Los investigadores por mucho tiempo quisieron saber cuál de los tipos de células del cuerpo causaba la formación de los neurofibromas: ¿son las células Schwann que forman la envoltura de mielina, o las culpables verdaderas son las células madre que dan origen a las células Schwann durante el desarrollo del feto? La respuesta tiene consecuencias para el desarrollo de terapias con medicamentos.
Los dos estudios de la UM demuestran que la culpa la tienen las células Schwann y no las células madre. Ambos informes se publicarán el 5 de febrero en la revista Cancer Cell.
“La atención se ha centrado cada vez más en el vínculo entre las células madre y el cáncer”, dijo Morrison, investigador del Instituto de Ciencias de la Vida de la UM y del Instituto Médico Howard Hughes. “Lo que aquí decimos es que no siempre la causa está en las células madre. Las células maduras, aún en el sistema nervioso, pueden dar origen a estos cánceres”.
En 1990 dos equipos—uno de ellos encabezado por el ex geneticista de la UM Francis Collins—descubrieron que la NF1 la causa un gen enorme en el cromosoma 17. La NF1 es el trastorno neurológico más común causado por un solo gen.
El gen de la NF1 produce una proteína grande y compleja llamada neurofibromina, la cual actúa como un freno molecular que impide que las células del sistema nervioso se multipliquen en demasía. Una mutación del gen NF1 puede soltar ese freno y pone en marcha una división descontrolada de células que resulta en tumores.
A lo largo de los años el laboratorio de Morrison ha desarrollado instrumentos especializados que permiten que los investigadores le sigan la pista y estudien las células madre de la cresta neural que son las que generan el sistema nervioso periférico, la vasta red de nervios que se extienden desde el cerebro y la médula espinal. Las células madre de la cresta neural habitualmente desaparecen antes del nacimiento una vez que han completado su misión.
En este estudio los científicos Nancy Joseph y Jack Mosher, del laboratorio de Morrison, procuraron determinar si la eliminación del gen NF1 puede hacer, de alguna forma, que las células madre de la cresta neural persistan más allá del nacimiento y formen neurofibromas en ratones.
Los investigadores estudiaron siete modelos con ratones que tenían diferentes mutaciones del gen NF1 y otros genes que se sabe que contribuyen a la formación de neurofibromas y sus contrapartes cancerosas, los tumores malignos de la envoltura de los nervios periféricos.
Los investigadores llegaron a la conclusión de que son las células Schwann y no las células madre de la cresta neural las que proliferan formando los tumores.
“La sorpresa fue que no vimos que las células madre de la cresta neural persistieran después del nacimiento en las regiones donde se formaron los tumores aun cuando se había eliminado el gen NF1”, dijo Joseph. “Esto apunta contra un origen en las células madre”.
En otro artículo los investigadores del laboratorio de Zhu demostraron que un tipo específico de células Schwann, llamadas células Schwann amielínicas, es la causa probable de los neurofibromas potencialmente cancerosos.
“Una de las dificultades de la NF1 es la dificultad para predecir cuándo crecerán los tumores y cuáles tumores se tornarán malignos”, dijo Zhu, profesor de medicina y genética molecular en la Escuela de Medicina de la UM. “Uno no quiere usar terapias muy agresivas porque algunos de esos tumores jamás crecerán”.
“Con este entendimiento de cómo se inicia la enfermedad podemos desarrollar estrategias para prevenir la formación de tumores”, añadió.
Joseph y Mosher fueron los autores principales en el artículo del laboratorio Morrison en Cancer Cell. Las fuentes de financiación incluyeron los Institutos Nacionales de Salud, el Instituto Médico Howard Hughes, la Fundación de Tumores Infantiles y la Fundación Nacional de Ciencias de Suiza.
Huarui Zheng y Lou Chang fueron los autores principales en el artículo del laboratorio Zhu. Su estudio tuvo el respaldo de donaciones de la Sociedad Estadounidense del Cáncer, el Departamento de Defensa de EEUU, el Centro Oncológico Integral de la UM y el Programa de Académicos en Ciencias Biológicas de la UM.
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