ANN ARBOR, Michigan—A diferencia de los bosques, la pesca y otros recursos que pueden ser renovados con relativa rapidez a través de los procesos naturales, los depósitos minerales se forman tan lentamente que son clasificados como no renovables. ¿Puede cuantificarse hasta qué extremo no son renovales?
Para un mineral, el cobre, investigadores de la Universidad de Michigan y de Syracuse han hecho precisamente eso. Sus resultados, que se publican en la edición de marzo de la revista Geology, muestran que los seres humanos utilizan 18.000 veces más cobre del que cada año la tierra es capaz de producir en nuevos yacimientos.
Anteriormente, los cálculos de los recursos minerales del mundo se basaban en dos criterios básicos: los geológicos y los económicos, explica Stephen Kesler, profesor de ciencias geológicas de la UM y coautor de la investigación. Los cálculos geológicos reúnen información sobre los yacimientos de minerales de zonas bien exploradas y las extrapola con las regiones menos exploradas. Los cálculos económicos evalúan cuánto de un recurso mineral ya se ha encontrado, asume que es una muestra representativa y, a continuación, utiliza métodos estadísticos para calcular la proporción del total de las reservas de la tierra que representa la muestra.
Pero para la mayoría de los recursos minerales, estos métodos proporcionan cálculos de profundidades de sólo alrededor de un kilómetro (0,6 millas), haciendo caso omiso de gran parte de la corteza dura de la tierra de 50 kilómetros, que podría contener depósitos importantes.
“La nueva dimensión de nuestro trabajo es que hemos estimado lo que hay en toda la corteza de los 50 kilómetros, porque realmente ese es el último recurso; no es sólo lo que está en la parte superior”, dice Kesler. Él y su colaborador Bruce Wilkinson de la Universidad de Syracuse han logrado esto mediante el desarrollo de un modelo que simula la migración de los depósitos a través de la corteza terrestre a través del tiempo.
Para comprobar la exactitud de su modelo, que comparó la exactitud de sus estimaciones para la parte superior de 1 KM de la corteza terrestre con un cálculo realizado por un sondeo geológico de EE.UU. de la misma zona que representa a cientos de personas—año de estudios geológicos. Los cálculos coincidían “lo que nos hizo sentir que el modelo funciona”, explica Kesler.
Con este modelo, Kesler y Wilkinson pudieron sacar una gran cantidad de información. Por ejemplo, se determinó que la Tierra ha formado más de 125. 000 depósitos de cobre a través del tiempo para poder producir los 574 depósitos conocidos que están actualmente localizados en la misma o muy cerca de la superficie. De estos 125.000 depósitos originales más de dos tercios han sido erosionados y se han reciclado por procesos geológicos.
Los investigadores también calcularon en cuánto tiempo se agotará la cantidad de cobre en depósitos sobre 3,3 kilómetros de la corteza terrestre, considerada como el límite probable del futuro de la explotación minera. La respuesta es sólo 5.500 años, que para geólogos es un periodo alarmantemente corto.
En el futuro, Kesler y Wilkinson utilizarán el modelo para calcular los depósitos de oro y petróleo en el mundo.
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