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UM investiga el dolor en pacientes con cáncer de mama

08/10/2013

ANN ARBOR, Michigan.— A muchas mujeres el cáncer de mama les deja más que una cicatriz. Casi una de cada cuatro mujeres experimentan dolor de moderado a grave por muchos años después que termina el tratamiento. En muchos casos es un tipo de dolor difícil de tratar y para el cual hay pocas o ninguna opción eficaz.

“El dolor afecta a muchas supervivientes del cáncer de mama y puede ser un efecto a largo plazo del tratamiento. Procuramos entender quién es más propensa al dolor y cómo podemos tratarlo para mejorar la calidad de vida de estas pacientes”, dijo N. Lynn Henry, profesora asistente de medicina interna en la Escuela de Medicina de la Universidad de Michigan y especialista en cáncer de mama en el Centro Integral del Cáncer de la UM.

Henry dirige varias pruebas clínicas relacionadas con el dolor en cáncer de mama. Una observará  si el antidepresivo duloxetina, o Cymbalta, es más eficaz que un placebo en el manejo del dolor. En otro estudio las participantes se someterán a una toma de imagen por resonancia magnética (MRI) de su cerebro como asimismo a una prueba especial en la cual se aplica presión sobre la yema del dedo. Esto ayudará a que los investigadores entiendan las diferencias en la sensibilidad de las personas al dolor, observando qué partes del cerebro están más activas cuando las personas experimentan el dolor.

Otros estudios han investigado si las mujeres que se someten a diferentes tipos de tratamiento son más propensas a sufrir dolores. Por ejemplo, un estudio encontró que las mujeres que tienen quimioterapia tienen más probabilidades de experimentar dolor por el uso de inhibidores de aromatasa, un tratamiento anti hormonal.

“Sabemos que el daño nervioso periférico es común en la quimioterapia y puede causar adormecimientos, escozores y dolor. Pero quizá la quimioterapia afecta los nervios en el cerebro y la columna vertebral, no sólo los nervios periféricos en las manos y los pies”, dijo Henry.

Un estudio anterior, encabezada por Ellen Lavoie Smith  mostró que la duloxetina puede ayudar en el tratamiento de los dolores en las manos y los pies que resultan de la neuropatía periférica causada por la quimioterapia.

Varios aspectos del tratamiento del cáncer pueden causar dolores:

El dolor puede ocurrir en el área donde la mujer tuvo la cirugía, incluido debajo de los brazos donde se extirparon los nódulos linfáticos.

Las mujeres a las cuales se les ha extirpado nódulos linfáticos también tienen un riesgo de hinchazón en el brazo, una condición llamada limfodema que cuede causar dolor crónico.

Algunas pacientes experimentan durante la quimioterapia dolor en las articulaciones, dolores generalizados, o un escozor doloroso llamado neuropatía periférica. Esto puede prolongarse aún después que haya terminado el tratamiento.

Otro tipo de medicamentos, llamados inhibidores de aromatasa, también causa, frecuentemente, dolores en las articulaciones y los músculos.

Pero también es algo que va más allá del dolor. Dado que pocos son los tratamientos eficaces muchas mujeres simplemente viven con el dolor. Y eso hace que algunas sean renuentes a continuar con terapias que pueden reducir su riesgo de recurrencia del cáncer. Un estudio que Henry publicó en 2012 encontró que casi una de cada cuatro mujeres dejó de tomar los inhibidores de aromatasa debido a los dolores en las articulaciones y músculos.

“Algunas mujeres llevan bien sus tratamientos pero otras tienen muchas dificultades con el dolor y se sienten muy mal”, dijo Henry. “Tenemos que hallar mejores formas de pronosticar quién corre riesgo de sufrir dolores y luego prevenirlo”.

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