Otros métodos incluye una pieza llamada neti—pot, que se parece a una tetera en miniatura. Con esta pieza el agua se vuelca, en lugar de ser propulsada, adentro de la nariz. Algunas personas usan jeringas o bolas de goma como las que se emplean para succionar la mucosidad de la nariz de un bebé. Todos estos métodos pueden funcionar, dice Pynnonen. “Para la mayoría de los pacientes el beneficio de la irrigación nasal es que tiene un efecto excelente en el tratamiento de los síntomas que de otra forma no reciben un buen tratamiento con medicinas”, señala. “La irrigación nasal puede considerarse como un primer tratamiento para los síntomas comunes de problemas nasales y de los senos. A menudo es más eficaz que los medicamentos”. Para las personas que sufren alergias moderadas, dice Pynnonen, las irrigaciones nasales por sí solas pueden ser suficientes en el control de los síntomas. Otras quizá requieran el uso de medicamentos además de la irrigación nasal. Pynnonen encabezó recientemente un estudio en el cual su equipo determinó que la irrigación nasal es muy eficaz para el control de los síntomas de sinusitis, y aún más eficaz que las gotas salinas. “Los pacientes que usaron la irrigación nasal”, dice, “experimentaron tanta mejoría como la que algunos pacientes con sinusitis crónica obtienen el la cirugía de sinos”. La irrigación nasal puede usarse en los niños, dice, con cantidades más pequeñas para la solución. En tanto el niño tenga edad suficiente como para pueda cooperar en el tratamiento, indica Pynnonen, no hay peligros en probar la irrigación nasal. Contacto (español): Vivianne Schnitzer
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Teléfono: (734) 647-1154