ANN ARBOR, Michigan.— Mediante la medición de las partículas cargadas en el campo magnético del planeta Mercurio, un sensor de la Universidad de Michigan permitió las primeras observaciones acerca de la superficie y la composición atmosférica del mundo más cercano al Sol.

“Sabemos ahora más acerca de que está hecho Mercurio”, dijo Thomas Zurbuchen, profesor de los departamentos de Ciencias Atmosféricas, Oceánicas y del Espacio e Ingeniería Aeroespacial. “¡Increíble, encontramos mucho más que lo que esperábamos!”

Zurbuchen es el jefe de proyecto del Espectrómetro de Plasma para Imagen Rápida (FIPS por su sigla en inglés), un sensor del tamaño de una lata de soda que está a bordo de la nave espacial Messenger, que efectuó en enero la primera de las tres pasadas programadas cerca de Mercurio. Un artículo sobre los resultados de FIPS en esta pasada se publica en la edición del 4 de julio de la revista Science.

Desde que la nave espacial Mariner 10 descubrió en 1975 el campo magnético de Mercurio, los científicos han especulado acerca de cómo interactúan este campo magnético y el viento solar con la superficie y la exosfera, o atmósfera fina, del planeta.

El FIPS detectó silicona, sodio, azufre y aún iones de agua en torno a Mercurio. Los Iones son átomos o moléculas que han perdido electrones y por lo tanto tienen una carga eléctrica.

Debido a las cantidades de estas moléculas que los científicos detectaron en el ambiente espacial de Mercurio, suponen que fueron levantados de la superficie o la exosfera por el viento solar. El viento solar es un torrente de partículas cargadas que emana del Sol. Esta corriente envuelve a Mercurio que está dos tercios más cerca del Sol que la Tierra, y hace que las partículas de la superficie y la atmósfera de Mercurio se dispersen en el espacio. El FIPS midió esas partículas dispersas.

“Es como si hubiésemos hecho un análisis forense de Mercurio”, dijo Zurbuchen. “Esta pasada obtuvo la primera mirada que jamás hayamos tenido de la composición de la superficie.”La magnetosfera de Mercurio está llena de muchas especies irónicas, tanto atómicas como moleculares, y en una variedad de estados de carga”, indicó Zurbuchen. “Lo que en cierto sentido es una nébula de plasma de Mercurio es mucho más rica en complejidad y conformación que el torus de plasma de Io en el sistema de Júpiter”.
Io es una luna volcánicamente activa de Júpiter que se considera a menudo uno de los ambientes más interesantes el espacio, dijo

Zurbuchen. Las imágenes y otras medidas tomadas por el Messenger sugieren que la composición de la superficie de Mercurio estuvo determinada, al menos en parte, por procesos volcánicos.
El FIPS fue construido en la Universidad de Michigan por más de 10 ingenieros y técnicos de la U. M. con ayuda de más de 50 estudiantes.

El artículo tiene el título de “MESSENGER Observations of the Composition of Mercury’s Ionized Exosphere and Plasma Environment” (Observaciones del Messenger de la composición de la exosfera ionizada y el ambiente de plasma de Mercurio).

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