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“Instantáneas” de los ojos podrían dar avisos tempranos de la diabetes o de enfermedad diabética de los ojos, según informan investigadores de la U. M.

14/07/2008

La imagen de AF, inventada en la U. M., mide el estrés metabólico en la retina

ANN ARBOR, Michigan.— Un nuevo instrumento de examen de la visión, que ya ha demostrado que proporciona un aviso temprano de enfermedad de los ojos, podría dar a los médicos y a los pacientes un adelanto en el tratamiento de la diabetes y sus complicaciones de la visión, según indica un nuevo estudio.

El instrumento, inventado por dos científicos en el Centro Ocular Kellog de la Universidad de Michigan, captura imágenes del ojo para detectar el estrés metabólico y el daño de tejidos que ocurren antes de que sean evidentes los primeros síntomas de la enfermedad.

Para las personas con diabetes — que se les haya diagnosticado o no– el nuevo instrumento podría ofrecer ventajas significativas sobre el análisis de la glucosa en la sangre, que es ahora la “regla de oro” en la detección de la diabetes.

El instrumento toma una fotografía especializada del ojo, es no invasivo y requiere unos cinco minutos para la prueba en ambos ojos.

En la edición de julio de la revista Archives of Ophtalmology, Víctor . Elner y Howard R Petty informaron sobre el potencial del nuevo instrumento para la detección de la diabetes y la determinación de su gravedad. Si otras pruebas confirman los resultados, el nuevo instrumento podría usarse para el examen de las personas que corre el riesgo de diabetes pero a quienes todavía no se les ha diagnosticado la enfermedad.

“Nuestro objetivo en la ejecución de este estudio era determinar si podríamos detectar el metabolismo anormal en la retina de los pacientes que, de otra manera y sobre la base tan solo del exámen clínico, hubieran permanecido sin un diagnóstico”, dijo Elner, profesor en el Departamento de Oftalmología y Ciencias Visuales de la Escuela de Medicina de la U. M..

El estrés metabólico, y por lo tanto la enfermedad, puede detectarse midiendo la intensidad de la fluorescencia celular en el tejido de la retina. En un estudio anterior Petra y Elner informaron que los altos niveles de la auofluorescencia de flavoproteína (AF) actúan como un indicador confiable de la enfermedad ocular.

En su nuevo estudio Elner y Petty midieron los niveles de AF de 21 individuos que tenían diabetes y los compararon con los resultados de individuos sanos y en grupos de las mismas edades. Los científicos de Kellog encontraron que la actividad de AF era significativamente más alta para los individuos con diabetes, independientemente de la gravedad, comparados con los que no tenían la enfermedad. Los resultados no fueron afectados por la gravedad o la duración de la enfermedad y fueron elevados para los diabéticos en cada grupo de edad: de 30 a 39 años, de 40 a 49 años, y de 50 a 59 años.

Dada la creciente prevalencia de la diabetes, el instrumento AF ofrece el potencial de una ayuda para atender una preocupación principal de salud pública.

En Estados Unidos unos 24 millones de personas sufren diabetes y otros 57 millones de personas tienen niveles anormales de azúcar en la sangre que los califican como pre-diabéticos, según el informe más reciente de los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades. Además 4,1 millones de personas mayores de 40 años de edad sufren de retinopatía diabética, una complicación ocular relacionada con la diabetes que es la causa principal de ceguera entre los adultos en edad de trabajar.

Los investigadores habían que 12 de los individuos en el estudio tenían retinopatía diabética, una enfermedad que daña los vasos sanguíneos de los ojos. Lo individuos con retinopatía diabética en por lo menos uno de los ojos tenían una actividad significativamente mayor de AF que las personas con diabetes que no tenían ninguna enfermedad ocular visible.

“Las lecturas anormales indicaron que puede ser posible el uso de este método para determinar la gravedad de la enfermedad”, dijo Elner.

Petty, un biofísico y experto en imágenes, explica que se sabe que la hiperglicemia — o alto nivel de azúcar en la sangre– induce la muerte de las células en el tejido diabético poco después del comienzo de la enfermedad pero antes de que los síntomas puedan detectarse clínicamente.

“La actividad incrementada de AF es el indicador más temprano de que ha ocurrido muerte de células y que el tejido empieza a deteriorarse”, dijo Petty, profesor de Oftalmología y Ciencias Visuales, y de Microbiología e Inmunología en la Escuela de Medicina de la U. M.. “La AF funciona como un ‘biomarcador espectral’ que señala que el metabolismo se ha trastornado, y podemos usar los resultados para la detección y observación de la enfermedad”.

Petty también observó que a diferencia del control de la glucosa, la elevación de los niveles de AF reflejan el daño que está ocurriendo en el tejido. Este conocimiento, señalan, podría motivar a los pacientes para que intensifiquen sus esfuerzos en el manejo de la enfermedad.

Los investigadores de Michigan también indicaron que una AF elevada no siempre significa que un individuo tenga diabetes. “Teniendo en cuenta la prevalencia de la diabetes en nuestra población, a los individuos con AF anormalmente elevada se las recomendaría que se sometan a pruebas de tolerancia de la glucosa”, indicó Elner- “Si el análisis da un resultado negativo para diabetes, entonces buscaríamos otras causas de la disfunción del tejido ocular”.

Elner y Petty están de acuerdo en que el instrumento tiene un gran potencial como herramienta para la detección y manejo de la diabetes. “Es mucho el daño que ocurre antes que un médico pueda detectar la enfermedad”, señaló Elner. “El diagnóstico temprano nos permitirá reducir el daño a los órganos y prevenir muchas complicaciones que acompañan a esta enfermedad”.

Elner y Petty han presentado sus solicitudes de patentes y han formado una compañía, OcuSciences, Inc., para la comercialización del instrumento de imagen metabólica.

Referencia: “Rapid, Non-invasive Detection of Diabetes-induced Retinal Metabolic Stress,” Archives of Ophthalmology, Julio 2008, Vol. 126, No. 7, pp. 934-938.

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