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Generaciones en dificultades: Aumentan las bancarrotas entre las personas de más edad

23/07/2008

ANN ARBOR, Michigan—Las tasas de bancarrota personales han disminuido
entre los jóvenes al tiempo que aumentan entre las personas de más edad en
Estados Unidos, según un amplio estudio realizado por investigadoras de la
Universidad de Michigan, la Universidad de Ohio y la Escuela de Leyes de
Harvard.

“Los resultados que surgen de estos datos es que el riesgo aumenta con la
edad”, encontró el estudio. “La edad promedio de las solicitudes de
bancarrota ha aumentado, y la tasa de bancarrota entre las personas mayores
de 65 años de edad más que duplicado desde 1991”.

Teresa Sullivan, Provost de la U.M., Deborah Thorne Profesora de la
Universidad de Ohio, y la profesora Elizabeth Warren de la Escuela de Leyes
de Harvard determinaron que los individuos mayores de 55 años representan el
22 por ciento de todas las bancarrotas personales en 2007 comparado con sólo
el ocho por ciento en 1991.
El estudio lo publica el Instituto de Política Pública de la AARP (American
Association of Retired Persons, por sus siglas en Inglés, un grupo que aboga
por las personas mayores y los jubilados), la cual proporcionó parte de la
financiación para la investigación, y se publicará en la edición de enero de
2009 de la revista Harvard Law and Policy Review.

Los costos del cuidado de la salud son la razón principal de muchas de estas
bancarrotas, dijo Sullivan, quien señaló que la combinación de los costos
muy altos del cuidado médico de una enfermedad grave que afectan a un
paciente antes de que reciba el subsidio de Medicare y la incapacidad para
trabajar durante y después de una enfermedad grave fueron los factores
principales que contribuyeron a las crisis financieras entre los mayores de
55 años.

Pero aún entre las personas con edades entre 75 y 84 años que reciben
pensión, Seguro Social y los beneficios de Medicare, las tasas subieron
sustancialmente: de apenas el 1,8 por ciento de todas las solicitudes en
1991 al cinco por ciento en 2007.
La mayoría de las personas en Estados Unidos tiene dos activos principales:
sus casas y sus planes de retiro, y la toma de préstamos garantizados por
estos activos puede presentar nuevos riesgos cuando caen los valores de las
casas y de las cotizaciones en los mercados de acciones, dijo Sullivan,
profesora de sociología en la U. M. . Asimismo, en algunos casos los adultos
mayores tratan de ayudar a sus hijos y a sus nietos toman demasiados
préstamos y así se ponen en riesgo.
“Aún aquellas personas que hicieron todo de manera correcta y que tomaron
hipotecas con tasa de interés fija han visto la depreciación de sus casas”,
dijo Sullivan,.

Durante los 16 años cubiertos por el estudio, la edad media de la población
de Estados Unidos subió levemente de 33,1 a 36,1 años. Pero la edad media de
los individuos que solicitaron la bancarrota subió mucho más rápidamente: de
36,5 en 1991 a 40,6 en 2001 y a 43 años en 2007.

Las reformas mayores efectuadas en 2005 en los códigos de bancarrota
estadounidenses trabajaron en 2007 el número total de solicitudes a los
niveles de 2001. Las personas menores de 34 años representaron el 46 por
ciento de los casos de bancarrota en 1991 y apenas el 26 por ciento en 2007.

La enorme generación nacida entre 1946 y 1964—la generación Baby Boom—solicito bancarrotas a un ritmo dos veces más alto que cualquier otro grupo
de edad en 1991, engrosando el incremento en el número de solicitudes de
bancarrota entre 1991 y 2001. Pero hacia 2007 este grupo había pasado al
segundo lugar, detrás de la llamada generación X., los nacidos entre 1965 y
1981.
Los “baby boomers” representaron el 12,4 por ciento de las solicitudes en
1991 y apenas el 5,4 por ciento en 2007 detrás de la generación X con el 6,2
por ciento. Los de la generación “del milenio” es decir los nacidos desde
1982, representaron el 1,7 por ciento de los casos presentados en 2007.

Las tasas más bajas de solicitud de bancarrota entre las generaciones más
jóvenes pueden señalar que tienen una situación financiera más sólida,
argumentaron las investigadoras, pero también puede significar que están
simplemente haciendo arreglos nuevos, que extienden y refinanciar sus deudas
a plazos más largos.
Pero en lo que se refiere a las personas ancianas, concluyeron las
investigadoras, “la edad avanzada está asociada cada vez más con
dificultades financieras y la búsqueda de protección de los acreedores
mediante los tribunales de bancarrotas”.

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