También aumenta el consumo de las grasas buenas, según estudio de la Universidad de Michigan
Ann Arbor, Mich — En un nuevo estudio del Sistema de Salud de la Universidad de Michigan, las mujeres que participaron en él, duplicaron el consumo de frutas y verduras y aumentaron drásticamente el consumo de grasas “buenas” cuando fueron asesorados por dietista con una lista de directrices sobre la cantidad y selección de alimentos que deben comer diariamente.
En el estudio, de seis meses dividieron a las 69 mujeres participantes en dos grupos. En un grupo las dietistas registradas utilizaron una “lista de reemplazo” de alimentos comunes en la dieta mediterránea para elaborar un plan para cada participante. El nuevo plan mantuvo el nivel de calorías y grasas que consumían las participantes al iniciar el estudio.
En la lista, se incluyeron las porciones sugeridas, o los reemplazos de varias categorías de alimentos, como las verduras de color verde oscuro, como la espinaca, u otros alimentos con grasas monoinsaturadas, somo el aceite de oliva. Los dietistas también proporcionaron asesoramiento telefónico para ayudar a los participantes a hacer cambios en la dieta y también en sesiones personales al iniciar el estudio y tres meses más tarde.
Las mujeres en el grupo de comparación continuaron con su dieta habitual y no recibieron ningún asesoramiento dietético, aunque se les ofreció asesoramiento nutricional al finalizar el estudio. Si la ingesta de alguna vitamina o mineral era inferior a dos tercios de los niveles recomendados, se les ofreció una lista de alimentos ricos en ese nutriente. También se les ofreció la “Guía de acción para una alimentación sana” del l Instituto Nacional del Cáncer.
Los investigadores encontraron que el grupo que siguió el plan con la lista de reemplazos alcanzó los objetivos de la dieta mediterránea dentro de tres meses, y mantentuvieron el cambio durante los seis meses de duración del estudio. Sin embargo, el grupo de comparación que no utilizó la lista de reemplazos y no recibió asesoramiento nutricional, hizo pocos cambios en la dieta.
“Esto nos revela que utilizar la lista de reemplazo fue útil para ayudar a las mujeres a hacer grandes cambios en su dieta, sin variar el consumo de calorías o el total de grasas” , dice Zora Djuric, profesora de investigación de Medicina de la Familia en la Escuela de Medicina de la Universidad de Michigan. El estudio se publica en el número de diciembre de la revista American Dietetic Association.
Djuric, que es miembro del Centro Integral de Cáncer, también preside unn estudio llamado Dieta Saludable para la Prevención del Cáncer de Colon, en la que ella y sus colegas evalúan si una dieta mediterránea puede tener efectos de prevención en personas con mayor riesgo de cáncer de colon.
La dieta incluida en el estudio también puede ser practicada en la prevención de muchos tipos de cáncer, como el cáncer de mama, dice Djuric. Más información sobre el estudio actual, y cómo participar en él, se puede encontrar en el sitio de internet de Engage, dedicado a las pruebas clínicas de la Universidad de Michigan.
La dieta mediterránea se ha asociado con beneficios para la salud como la reducción de riesgos de enfermedades cardiovasculares y el cáncer, dice Djuric. Estudios recientes también han sugerido que esa dieta puede aumentar la longevidad, pero estos datos son solo estudios basados en las observaciones de población que sigue un modelo tradicional de dieta mediterránea.
La nueva investigación es la primera en la que se idea un método para alcanzar los mayores nutrientes de la Dieta Mediterranea utilizando ingredientes estdounidenses y así mujeres de EEUU pudieron seguir esta dieta.
Modelos alimenticios en Grecia y otros países mediterráneos han sido tradicionalmente altos en grasas monoinsaturadas, en comparación con las grasas saturadas y las grasas poliinsaturadas, más comunes en los Estados Unidos. La dieta mediterránea es también rica en frutas y verduras.
En este nuevo estudio, se incluyen los siguientes cambios o reemplazos:
- 8-10 porciones (o reemplazar) diarias de alta en ácidos grasos monoinsaturados (AGM), tales como el aceite de oliva o aceite de avellana, aguacate y nueces de macadamia
- Límitar las grasas bajas en AGM, tales como aceite de maíz, margarina, tahini, piñones y semillas de sésamo.
- Uno o más raciones diarias de verduras de color verde oscuro, tales como el brócoli, los guisantes y las espinacas
- Al menos una porción al día de ajos, cebollas y puerros
- Una cucharada o más por día de hierbas verdes, como albahaca, cilantro, menta y salvia
- Una o más raciones diarias de verduras de color rojo, como el tomate, salsa de tomate.
- Una o más porciones al día de verduras amarillas o naranjas, como zanahorias, pimientos rojos y calabazas
- Una o más porciones al día de otras verduras, como alcachofas, pepinos, judías verdes y guisantes .
- Una o más porciones al día de frutas ricas en vitamina C, como naranjas, mangos y fresas
- Uno o más porciones al día de otras frutas, como manzanas, plátanos y uvas
Autores: Además de Djuric, los autores del estudio fueron: Ananda Sen, Ph.D., profesora asociada del Departamento de Medicina familiar de la UM; Glee van Loon dietista, de la UM y del Karmanos Cancer Institute, Katherine Radakovich, Nora M. DiLaura, y Lance K. Heilbrun,
Financiamiento: Instituto de la Investigación del Cáncer, Becas de apoyo de los Institutos Nacionales de la Salud y el Laboratorio de Química del Michigan Diabetes Research and Training Center and the General Clinical Research Center de la UM.
Referencia: Journal of the American Dietetic Association, diciembre de 2008, Vol. 108 Número 12, “Design of a Mediterranean Exchange List Diet Implemented by Telephone Counseling.”
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