Los expertos dicen que las familias deben involucrarse en las escuelas de sus hijos para que mejoren las opciones nutritivas escolares
ANN ARBOR, Michigan—Cuando se trata de combatir los problemas de salud generalizados entre los niños como la obesidad y las caries, las escuelas pueden ayudar a las familias ofreciendo comidas nutritivas y opciones en las bebidas. En el ámbito nacional sólo el 33 por ciento de los padres y madres dan una “A” a las escuelas de sus hijos porque ofrecen opciones de comidas saludables. Mientras tanto, el 12 por ciento da una “D” o una “F” a las escuelas de sus hijos.
Esto es lo que muestra una Encuesta de la Salud Infantil del Hospital C.S. Mott de Niños, de la Universidad de Michigan llevada a cabo en mayo de 2009. La encuesta midió las respuestas de las familias acerca de las opciones de comidas para sus hijos en las escuelas públicas a las que concurren unos 67 millones de alumnos.
“Las familias asignan a las escuelas primarias calificaciones mucho mejores que a las secundarias cuando se trata de opciones de comida saludables”, dijo Matthew Davis, director de la encuesta. “Sólo una de cada cinco familias da una “A” a las escuelas secundarias de sus hijos en lo que se refiere a comidas sanas, y casi una de cada cinco da a las escuelas secundarias calificaciones de réprobos”.
En septiembre el Congreso volverá a ocuparse de la Ley de Reautorización de Nutrición Infantil y WIC (el programa de cupones de alimentos), que proveerá fondos para los programas de comidas escolares en los próximos cinco años. La ley provee apoyo federal para desayunos y almuerzos escolares para los alumnos que vienen de familias con bajos ingresos.
Teniendo en cuenta la preocupación generalizada del público acerca de la obesidad infantil el congreso podría elevar las normas nutritivas de sus programas cuando reautorice la legislación.
En última instancia el menú escolar se determina localmente. Por esto es que los investigadores creen que las familias deben involucrarse en las escuelas de sus hijos acerca de este asunto para que mejoren las comidas nutritivas y las opciones de bebidas en esas escuelas.
La Encuesta de la Salud Infantil del Hospital C.S. Mott de Niños, también encontró que las familias que calificaron la obesidad infantil como un gran problema para los niños en sus comunidades dieron a las escuelas calificaciones peores por la elección de comidas que las familias que no consideraron la obesidad infantil como un gran problema en sus comunidades.
Las calificaciones que las familias dieron a las escuelas públicas en cuanto a la elección de comidas sanas no difirieron por ingreso hogareño, región del país o grupo racial/étnico.
Este informe presenta las conclusiones de una encuesta representativa de hogares conducida exclusivamente por Knowledge Networks, Inc., para el Hospital C.S. Mott de Niños mediante un método usado en muchos estudios ya publicados.
La encuesta se administró en mayo de 2009 a un grupo de familias elegidas al azar, mayores de 18 años de edad sobre la base de un panel anterior de Knowledge Networks que se asemeja mucho a la población de estados Unidos. La muestra se sopesó para que reflejara las cifras de la población tomadas de la Oficina del Censo. La tasa de respuestas completas a la encuesta fue del 59 por ciento de los miembros del panel contactados para que participaran. El margen de error de la muestra es de más o menos 1 a 6 puntos porcentuales.
El comer comidas sanas en la escuela puede ser fácil para algunos niños y niñas y más difícil para otros. Éstas son algunas sugerencias de Davis:
- Procure evitar las comidas envasadas (en bolsas, envolturas o cajas). Aún si la etiqueta indica “bajo contenido de grasa”, las comidas empaquetadas (chips, galletitas, postres, etc.) habitualmente contienen más sal y grasas que lo saludable para los niños.
- Busque comidas frescas, como sándwiches recién preparados (con pan de trigo integral, queso de bajo contenido grasoso, si están disponibles), frutas y verduras frescas, sopas (no de lata, que son demasiado saladas), huevos duros y ensaladas.
- Para beber prefiera el agua. Si quiere beber algo diferente, busque jugos que contienen un 100 por ciento de frutas, jugos de verduras, y leche con bajo contenido de grasa o sin grasa. No elija bebidas gaseosas: tienen demasiadas calorías y están fuertemente vinculadas con la obesidad entre los niños.
- Para postre elija budín con bajo contenido de grasas, o rosetas de maíz simples (sin aditivos que aumentan las calorías y la grasa). También puede preparar en la casa una mezcla de frutas secas (avellanas, nueces, etc). que incluyan las favoritas de sus hijos, frutas desecadas, pretzel y cereales. Invite a sus hijos a que inventen sus propias mezclas cada semana.
- Elija la variedad. Pruebe de hacer un sándwich favorito envuelto en una tortilla o pita, o prepare algún vegetal conocido en una nueva sopa cocinada con lentejas, que proveen proteínas. Todos salen ganando cuando usted ofrece una receta nueva para los almuerzos escolares.
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