ANN ARBOR, Michigan.—Las plantaciones de café de sombra sustentan a las abejas nativas que ayudan a mantener la salud de algunas de las regiones de mayor biodiversidad en el mundo, según un estudio de un biólogo de la Universidad de Michigan y un colega de la Universidad de California en Berkeley.
El estudio indica que al polinar los árboles nativos en las plantaciones de café de sombra y los tramos adyacentes de foresta, las abejas ayudan a preservar la diversidad genética de los remanentes de población de árboles nativos. El estudio se publica este lunes en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
“Una preocupación en las áreas de agricultura tropical es que el paisaje forestal cada vez más fragmentado aisla las poblaciones de plantas nativas y eventualmente conduce a una menor diversidad genética”, dijo Christopher Dick, profesor asistente de ecología y de biología evolucionaria en la UM. “Pero este estudio demuestra que las abejas nativas especializadas ayudan a realzar la fecundidad y la diversidad genética de los remanentes de árboles nativos, los cuales sirven como reserva para futuras regeneraciones forestales”.
Se calcula que la expansión de los cultivos, las pasturas y la tala forestal destruyen cada año unos 16 millones de hectáreas de foresta tropical. A menudo cultivadas adyacenes a lo que resta de tramos de foresta, las plantaciones de café cubren más de 14 millones de hectáreas de tierra en algunas de las regiones de mayor biodiversidad en el mundo.
Otros estudios anteriores han demostrado que las plantaciones de sombra promueven la biodivesidad ya que proporcionan un refugio para los pájaros migratorios, los murciélagos que no migran y otras criaturas beneficiosas. Las plantaciones de café de sombra también requieren menos fertilizantes, pesticidas y herbicidas sintéticos que los cultivos de café al sol.
En este estudio más reciente Dick, de la UM, y Shalene Jha de la UC en Berkeley investigaron el papel de las abejas nativas que polinizan los áboles nativos en y alrededor de las plantaciones de café de sombra en las tierras altas del sur de Chiapas, en México. En su área de estudio la foresta tropical representa ahora menos del 10 por ciento de la cubierta vegetal de tierra.
Jha y Dick querían determinar el grado en el cual las abejas nativas, que buscan polen y néctar y en el proceso polinizan los árboles, facilitan el flujo de genes en los restos de foresta y las granjas de café de sombra adyacentes.
Los investigadores enfocaron su atención en el Miconia affinis, un pequeño árbol nativo que muchos granjeros permiten que invada las plantaciones de café de sombra porque los árboles ayudan a controlar la erosión del suelo.
El M. affinis, conocido comúnmente como árbol saquiyac, es polinado por un método poco común conocido como polinización al zumbido. A fin de liberar el polen de las flores del árbol, las abejas se sujetan a la flor y vibran sus músculos de vuelo, sacudiéndola para que suelte el polen. Las abejas de miel, no nativas, afrizanizadas, no hacen la polinización de zumbido, pero muchas abejas nativas sí.
“Nuestro enfoque en un árbol polinizado al zumbido nos permitió excluir a las abejas de miel africanizadas y resaltar el papel de las abejas nativas tanto como polinizadores como vectores en el flujo de genes en el mosaico del paisaje del café de sombra”, dijo Jha, posdoctorado en UC Berkeley quien condujo la invsetigación mientras se ganaba su doctorado en la UM.
Jha y Dick combinaron las observaciones de terreno con el análisis genético del parentesco de semillas del Miconia affinis. Encontraron que los árboles que crecen en las plantaciones de café de sombra recibieron polen distribuido por las abejas de dos veces más árboles donantes que los árboles M. affinis que crecían en las remanentes de foresta adyacentes. El número más alto de donanes de polen representa una mayor divesidad genética entre los brotos de los árboles de las plantaciones de sombra.
El análisis de parentesco de semilla reveló que el polen de los árboles de foresta engendraron el 65,1 por ciento de las semillas estudiadas de los árboles M. affinis cultivados en el hábitat del café de sombra. Esa conclusión demuestra que las abejas nativas promueven el flujo de genes entre los remanentes de foresta y las plantaciones de café –sirviendo de puente entre los dos tipos de hábitat—y que los árboles de las plantaciones de sombra sirven como un repositorio de la diversidad genética local del M. affinis, según los autores.
Además Jha y Dick encontraron que las abejas nativas llevaban el polen dos veces más lejos en el hábitat del café de sombra que lo llevado en la foresta. Documentaron viajes de polinización en la plantación de café de casi un kilómetro y medio, que se cuentan entre los viajes de polinización registrados con precisión más largos efectuados por las abejas tropicales nativas.
Jha y Dick dijeron que sus resultados probablemente se aplican a otras plantas polinizadas al zumbido, lo cual representa alrededor del 8 por ciento de las especies de plantas de flor en todo el mundo, comi asimismo a otras plantas nativas cuyos rendimientos de polen y néctar limitados no atraen a las abejas de miel.
La diversidad genética realzada de los árboles en las granjas de sombra podrían proporcionar un repositorio para la futura regeneración de la foresta, ya que las plantaciones de café, típicamente, dejan de producir en menos de un siglo. Dado el potencial, junto con los papeles previamente identificados de la plantación de sombra en la conexión de tramos de hábitat y la protección de la vida silvestre nativa, es importante alentar este estilo tradicional de agricultura, señalaron Jha y Dick.
El proyecto tuvo el apoyo de la Beca Helen Olson Brower en la Universidad de Michigan y de la Fundación Nacional de Ciencia.
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