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Un nuevo tratamiento de radiación focalizada prolongó la vida de pacientes con cáncer al hígado, según estudio de la Universidad de Michigan

28/11/2005

La Radiación Focalizada combinada con Quimioterapia hace progresar el tratamiento para uno de los cánceres de mayor mortalidad.

ANN ARBOR, Mich. — La cirugía es el método más efectivo para tratar tumores que crecen en el hígado. Sin embargo, a la mayoría de los pacientes les quedan muy pocas opciones, porque el tumor crece de una manera que no puede ser extraído.

Investigadores del Centro para el Cáncer de la Universidad de Michigan, han anunciado que un nuevo método para atacar los tumores cancerígenos en el hígado, ha logrado prolongar de manera considerable la vida de los pacientes. En el nuevo tratamiento, la radiación es enfocada en particular al tumor — no hacia la totalidad del hígado — y además se suministra directamente al hígado una quimioterapia que contiene 400 veces más cantidad de drogas que las utilizadas en una terapia convencional. Esta combinación es suministrada con una fuerza intensa que la hace llegar directamente al tumor y limita la exposición del tejido normal a la radiación.

De los 128 pacientes que fueron tratados, la supervivencia media fue de 15,8 meses, bastante más tiempo que otros pacientes con este tipo de tumores sometidos a terapias tradicionales. Los resultados de este estudio aparecerán en la edición del 1 de Diciembre en el Journal of Clinical Oncology.

Los investigadores buscaron específicamente a pacientes con cánceres al conducto hepático, hígado o colon, que se propagó al hígado. Todos ellos tenían en común que no eran candidatos para una cirugía. Los índices de supervivencia promedio para pacientes que padecen este tipo de cáncer son ocho o nueve meses. En el estudio con el nuevo método de radiación, los pacientes con cáncer al hígado vivieron un promedio de 15,2 meses, los que padecían de cáncer al conducto hepático vivieron 13, 3 meses y los pacientes con cáncer al colón, 17,2 meses.

“Los pacientes con cáncer colorrectal con metástasis que participaron en esta prueba clínica, ya no tenían opciones de quimioterapia cuando se integraron al estudio. Estos pacientes podrían haber tenido una expectativa de vida de nueve o quizás doce meses. Tampoco tenían otras opciones de cirugía o tratamientos locales. Por lo tanto, un promedio de supervivencia de 17 meses en este tipo de pacientes es una mejora importante, que definitivamente tiene relevancia clínica”, dice el Dr. Edgar Ben—Josef, uno de los autores del estudio y Profesor Asociado de Oncología Radiológica de la Escuela de Medicina de la Universidad de Michigan.

En el estudio, los pacientes recibieron radiación dos veces al día durante dos semanas, junto a un suministro continuo de quimioterapia con la droga floxuridina. Los pacientes tuvieron un descanso de dos semanas antes de repetir la radiación y quimioterapia por otras dos semanas consecutivas. La quimioterapia fue suministrada a través de un catéter en la arteria que alimenta directamente el hígado. El tratamiento fue desarrollado por Theodore Lawrence, Isadore Lampe, profesor y jefe de Oncología Radiológica y William Ensminger, profesor de Medicina Interna.

Tradicionalmente la radioterapia no ha sido efectiva contra el cáncer al hígado porque este órgano es demasiado sensible para recibir radiación. Para evitar estos daños, los investigadores, en vez de tratar la totalidad del hígado, decidieron focalizar la radiación solamente en el tumor. Los oncólogos diseñaron un tratamiento que se dirige directamente al tumor utilizando técnicas que permiten dirigir el rayo en forma precisa. Esto permite una dosis de radiación más alta y mantiene libre de radiación a la mayor cantidad del tejido normal del hígado.

El resultado fue que menos de un tercio de los pacientes en el estudio sufrieron complicaciones serias después del tratamiento. Los problemas serios más comunes fueron úlceras gastrointestinales superiores o hemorragias, enfermedad al hígado por la radiación y problemas por el catéter.

El hígado tiene dos arterias principales que le suministran sangre, pero en esta quimioterapia sólo fue utilizada una. El tumor vive sólo de una de las dos arterias que suministran sangre al hígado. Con el tratamiento utilizado en este estudio, la quimioterapia fue suministrada directamente a esta arteria, sólo una, por lo que la droga puede llegar al tumor en el hígado.

El hígado, es también donde las drogas de la quimioterapia son procesadas y extraídas de la corriente sanguínea. Al dirigir las drogas directamente al hígado, muy poca cantidad de estas circula en el organismo, lo que permite suministrar dosis más altas.

La mayoría de las veces, los tumores en el hígado se originan cuando hay un cáncer en otra parte del cuerpo y este se propaga. Cáncer primario al hígado, o cáncer que se inicia en el hígado, es uno de los cánceres más graves y con mayores índices de mortalidad. En general, se descubre solo en un estado avanzado porque causa muy pocos síntomas que lo distingan. Se calcula que alrededor de 17. 500 personas serán diagnosticadas con cáncer al hígado o cáncer al conducto hepático este año y alrededor de 15,420 morirán por su causa según la Sociedad Estadounidense para el Cáncer.

Los investigadores continúan perfeccionando el tratamiento, utilizando nuevas técnicas de radiación para suministrar dosis más altas de radiación. Otras investigaciones estudian la función del hígado durante el tratamiento de radiación para poder identificar a los pacientes que sufren de efectos secundarios. Esto puede permitir que la mayoría de los pacientes que toleran dosis más altas, puedan recibirlas.

Otros autores que participaron en el estudio son : Daniel Normolle, Ph.D., asistente de investigación de Oncología Radiológica; Suzette Walker, enfermera práctica; Daniel Tatro, dosimetrista de Oncología Radiológica; Randall K. Ten Haken profesor de Oncología Radiológica ; James Knol, profesor asociado de cirugía; Laura Dawson, M.D., profesora asistente de Oncología Radiológica; y Charlie Pan, lector en Oncología Radiológica.

El estudio fue financiado por los Institutos Nacionales de Salud.

Para más información sobre cáncer, vaya a w o llame a la línea de información sobre el cáncer 800—865—1125.

Referencia: Journal of Clinical Oncology, Vol. 23, ejemplar 34.

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