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Conversar con pasajeros es igualmente peligroso que usar un teléfono móvil

13/02/2006

ANN ARBOR, Michigan.—Para el conductor de un vehículo, conversar con pasajeros puede ser tan peligroso como usar teléfonos móviles, según una investigación de la Universidad de Michigan difundida hoy, lunes.

El nuevo estudio, realizado por el Instituto para la Investigación del Transporte de la Universidad de Michigan (En Inglés University of Michigan Transportation Research Institute, UMTRI) demuestra que los chóferes que hablan con pasajeros, muestran niveles similares en sus capacidades de conducir un vehículo, que los que utilizan teléfonos móviles. El estudio, no encontró ninguna diferencia estadística en la habilidad para mantenerse dentro de los límites de las líneas o al volante, tanto en los conductores que mantuvieron conversaciones con sus pasajeros, como en los que usaron sus móviles.

“Esto sugiere que desde el punto de vista de conducir, el hablar por teléfono móvil, no es peor que conversar con un pasajero o realizar otra actividad que pueda distraer”, dice James Sayer, uno de los investigadores del UMTRI.

“El uso de teléfonos móviles, mientras se conduce un vehículo, recibe mucha atención en los medios de comunicación, posiblemente porque su popularidad y uso generalizado son relativamente nuevos”, dice Sayer. “Sin embargo, los resultados de nuestro estudio demuestran que muchas otras conductas, como comer, beber, realizar actividades de aseo y tener conversaciones con pasajeros, son también muy dañinas”.

Sayer y sus colegas Joel Devonshire y Carol Flannagan estudiaron los efectos de comportamientos secundarios en la capacidad de conducir en tramos de rutina. Analizaron cientos de videos de 36 motoristas que condujeron automóviles equipados con cámaras que registraron el movimiento del vehículo y el comportamiento del conductor durante cuatro semanas.

Más de un tercio de los videos mostraron a los choferes realizando actividades secundarias. La conversación con otros pasajeros fue la más común (15 por ciento), seguida de las actividades de aseo personal (6.5 por ciento), teléfono móvil (5 por ciento) , comer y beber (2 por ciento).

Mientras que todas las actividades no relacionadas con la conducción del vehículo fueron vinculadas a una conducta más errática en el volante, los investigadores encontraron que otras manifestaciones, como fluctuaciones de velocidad, uso del pedal del acelerador y comportamiento de control visual (mirar en los espejos, mirar a través de la ventanilla, etc.) arrojaron resultados mixtos.

El uso del teléfono móvil no afectó la variación en la velocidad, pero influyó en una disminución de la frecuencia y duración de los controles visuales, fuera del camino y frente al conductor, —lo que puede acarrear consecuencias negativas en el control del ambiente general, advierten. Asimismo, comer y beber, tuvo un efecto mínimo en la capacidad de conducir, excepto por un aumento modesto en variaciones del control del volante y la frecuencia del control visual, como así también el uso más frecuente de los frenos. Se encontraron modelos similares cuando los choferes realizaban tareas de aseo personal, como peinarse.

El estudio también mostró que mujeres y chóferes jóvenes (menores de 30 años) tenían más posibilidades de iniciar actividades secundarias. Las mujeres demostraron tener más tendencias a conversar con pasajeros, pero los hombres tuvieron índices más altos de uso de teléfono móvil y de actividades de aseo personal.

Investigaciones anteriores—que utilizaban simuladores y no condiciones naturales— también sugieren que la habilidad de conducir disminuye cuando los conductores realizan actividades secundarias.

“Hasta ahora, no se ha publicado información que examine los efectos de actividades secundarias en la medición de la capacidad de conducir bajo condiciones naturales—conductores con vehículos instrumentados en sus vidas cotidianas—y pocos han investigado la relativa frecuencia de las actividades secundarias”, dice Sayer. “Sin embargo, hay una creciente preocupación con la distracción del chofer, incluidas leyes del estado y locales que imponen castigos por incurrir en actividades que distraen mientras se conduce un vehículo”, advierte.

“Nuestro estudio mostró que hay relativamente un efecto pequeño en las mediciones de la conducción básica de un vehículo. Los conductores, pueden realizar tareas secundarias cuando sus capacidades de conducción son menos necesitadas y cuando el ambiente del tráfico es menos difícil, basado en el juicio del propio chofer”, finaliza .

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