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Un 10% de los estadounidenses padece del Síndrome de Piernas Inquietas

06/03/2006

ANN ARBOR, Michigan—Alrededor de un 10 por ciento de los estadounidenses padecen de un desorden neurológico común, muchas veces sin diagnosticar, que se caracteriza por la necesidad incontrolable, acompañada de dolor, de patear y mover las piernas al intentar dormirse.

Esta condición, conocida con el nombre de Síndrome de Piernas Inquietas (SPI) puede tener efectos negativos progresivos y efectos en la habilidad de los afectados para dormirse y permanecer dormidos, causando fatiga y obligando a sus compañeros de cama a buscar otro lugar para dormir sin interrupciones.

“El síndrome de piernas inquietas es para muchas personas una molestia y no siempre buscan un tratamiento, pero para otros, es debilitador”, dice Raman Malhotra, investigador de Neurología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Michigan. “Para muchos, es muy difícil quedarse dormidos, lo que provoca fatiga y sueño durante el día. Por los pateos y movimientos involuntarios de las piernas, muchas veces los compañeros de cama deben trasladarse a otra, para lograr una noche de sueño”.

Los síntomas de esta enfermedad se presentan generalmente durante la adolescencia y pueden transcurrir años sin diagnóstico y tratamiento, incluso ser objeto de diagnósticos equivocados, dice Malhotra. Los síntomas incluyen sensaciones de adormecimiento, hormigueo, quemazón o pinchazos en las piernas, especialmente al reposar en una cama o estar sentado. Los síntomas se alivian sólo caminando o doblando las piernas, dice.

Entre los efectos a largo plazo del SPI se incluyen sueño durante el día, pérdida de concentración, cambios en el estado de ánimo, depresión y una reducción de la funcionalidad familiar, social y laboral.

Dos tipos de SPI

SPI ocurre con más frecuencia en mujeres, que en hombres, según Malhotra y existen dos tipos de SPI, el Primario y el Secundario.

El Primario, es el más común de los SPI, pero aún se desconocen las causas que lo provocan. En general se transforma en una condición permanente, que empieza con síntomas leves al final de la infancia que empeoran a través del tiempo. El SPI Primario tiene la tendencia de presentarse en varios miembros de una familia, y en general es diagnosticado durante la edad adulta, cuando se inician los problemas de sueño, dice Malhotra.

El SPI Secundario es causado por lo general por otra enfermedad o condición, como anemia, embarazo o neuropatía diabética. También puede ser provocado por el consumo de ciertos tipos de medicamentos. “Muchas mujeres embarazadas padecen de SIP Secundario y además hay algunas enfermedades que causan una mayor predisposición”, dice Malhotra. “Personas con insuficiencia de hierro, como los que tienen una anemia, a menudo padecen de SPI. También personas con neuropatía periférica, un desorden en el sistema nervioso que presenta síntomas de adormecimiento, falta de sensibilidad en las manos y/o pies debido a daños en los nervios — y personas con enfermedades al riñón tienen más probabilidades de padecer SPI”

El consumo de alcohol y cafeína también contribuyen a la severidad de los síntomas en este tipo de SPI.

Desorden del Movimiento Periódico de Extremidades

Según el Instituto del Corazón, Pulmón y Sangre del Instituto Nacional de Salud, la mayoría de las personas diagnosticadas con SPI tienen una condición que lo acompaña, llamada el Desorden del Movimiento Periódico de Extremidades , DMPE, que causa convulsiones en las piernas durante el sueño. DMPE puede causar despertar repetidamente y una reducción en la calidad y duración del sueño. Malhotra dice que alrededor de un 80 por ciento de los pacientes con SPI, también sufren de DMPE.

Tratamiento para el SPI

“Afortunadamente hay numerosos tratamientos disponibles”, dice Malhotra. “En general iniciamos el proceso con tratamientos no médicos, viendo que medicamentos toma el paciente. Si son medicamentos sin receta médica o antidepresivos que sean conocidos por haber causado síntomas de SPI y tratamos de eliminarlos. También vemos si el paciente consume tabaco o alcohol, lo que puede empeorar sus síntomas”.

Malhotra sugiere las siguientes prácticas antes de acostarse, que en general reducen los síntomas de SPI:
• Practicar buenos hábitos de sueño. Dormir siete u ocho horas cada noche.
• Antes de dormir, hacer acopresura, estiramientos y masajes en los músculos de las piernas.
• Practicar técnicas de relajación, como meditación o yoga
• Dormir con calcetas largas
• Utilizar una botella de agua caliente o compresas frías en las áreas de dolor
• Darse una ducha o un baño caliente antes de acostarse
• Evitar o suprimir la cafeína (café, te caliente o cocoa)
• Evitar o reducir el alcohol
• Mantener una dieta sana y hacer ejercicios

“Si estas técnicas no funcionan, hay varios medicamentos disponibles, la mayoría de ellos aumentan los niveles de dopamina, una sustancia química en el cerebro, generalmente relacionada con la felicidad y el placer, similares a los utilizados para tratar la enfermedad de Parkinson”, dice Malhotra.

El tratamiento puede incluir agentes dopaminérgicos (células o fibras nerviosas que utilizan dopamina como neurotransmisor) tales como Levodopa o Sinemet, sedativos, anticonvulsionantes y medicamentos contra el dolor, además de suplementos, como la vitamina E, folato, magnesio y hierro. Los tratamientos son generalmente determinados por la edad del paciente, la severidad de los síntomas, la frecuencia y regularidad de los síntomas, y la presencia de otras enfermedades y si la persona padece de una enfermedad o fallo al riñón.

Related Links:

Sistema de salud de la Universidad de Michigan, SSUM Temas de Salud A–Z: Síndrome de piernas inquietas

Instituto Nacional del Corazón, Pulmón y Sangre: Qué es el SPI?

Fundación SPI

Instituto Nacional para Desórdenes Neurológicos: Información sobre SPI

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