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El Sueño y comportamiento de los niños mejora después de amigdalectomía

03/04/2006

La hiperactividad, déficit de atención, sueño y trastornos por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDAH) mejoran con o sin apnea del sueño antes de la cirugía

ANN ARBOR, Michigan.—Un riguroso estudio reveló que los niños sometidos a cirugía para extraerles las amígdalas tienen mejor conducta y sueño un año después de la operación, según una investigación de la Universidad de Michigan, publicada en la edición de abril de la revista Pediatrics.

La mitad de los niños que participaron en el estudio que padecían de Trastorno por Déficit de Atención, con o sin hiperactividad, TDAH, antes de la cirugía, un año después no presentaban signos de este trastorno. Otros problemas cognitivos y de conducta también mejoraron.

Al iniciarse el estudio, 78 niños que fueron sometidos a una amigdalectomía tenían más problemas de comportamiento y de sueño, que un grupo de comparación, de 27 niños. Sin embargo, al final del estudio y tras varias pruebas había mínimas diferencias entre los dos grupos.

La información fue reunida a través de rigurosas pruebas sobre respiración y sueño, realizadas durante la noche, y sobre atención y comportamiento, realizadas durante el día. Los resultados confirman observaciones previas sobre un enlace entre problemas respiratorios durante el sueño, como roncar e interrupciones de respiración llamadas apneas, y problemas de conducta durante el día.

Los investigadores advierten que sus resultados aún no prueban causa y efecto y que una amigdalectomía no es generalmente una cura para el TDAH. Sin embargo, aseguran que cada vez hay más pruebas que sugieren que un número importante de niños con déficit de atención, hiperactividad o sueño durante el día—y también problemas respiratorios durante la noche— podrían beneficiarse tanto en la noche como en el día, con una amigdalectomía que en el pasado se realizaba a un millón de niños al año, pero es menos común en las últimas décadas.

La cirugía de extracción de amígdalas y adenoides se realiza a varios cientos de miles de niños al año. Casi la mitad de ellos tienen cirugía debido al tamaño sobredimensionado de sus amígdalas y porque los adenoides les bloquean el flujo de aire a través de la garganta y les impide la habilidad de respirar y también por reiteradas infecciones de oídos y garganta.

“Estos resultados ayudan a confirmar la idea de que los desórdenes respiratorios durante el sueño contribuyen a problemas de conducta” dice uno de los autores principales del estudio, Ronald Chervin, director del Centro de Desórdenes del Sueño de la Universidad de Michigan. “Este es uno de los primeros estudios que documenta utilizando estándares de oro, que todos estos problemas de sueño y conducta tienden a resolverse un año después de haberse extraído amígdalas sobredimensionadas y adenoides”.

Uno de los descubrimientos más importantes fue que 11 de los 22 niños diagnosticados con TDAH—ya no padecían de esa condición médica un año después de la amigdalectomía. Esto significa, que problemas de sueño y respiratorios son sólo una parte del rompecabezas del TDAH, y que la amigdalectomía no es una cura para todos los casos de TDAH, dice Chervin, que es además profesor de neurología en la Escuela de Medicina de la Universidad de Michigan.

Algunos niños, incluso desarrollaron un nuevo TDAH un año después de la cirugía. Chervin dice que esto confirma pruebas anteriores de que el daño causado por desórdenes respiratorios puede ocurrir durante los primeros años de vida, aunque las consecuencias no sean vistas hasta después. Es por ello, que un diagnóstico temprano y tratamiento para desórdenes respiratorios durante el sueño son extremadamente importantes.

Cuando los niños iniciaron el estudio y antes de la cirugía, fueron evaluados por un psiquiatra infantil, como también por sus padres, que llenaron cuestionarios estandarizados. Se evaluó la capacidad de atención y la memoria a corto plazo utilizando una prueba estándar de ordenador y pasaron una noche en el Laboratorio para Desórdenes del Sueño Aldrich de la Universidad de Michigan. Allá se les evaluó los problemas de respiración durante el sueño y también sus niveles de sueño, midiendo cuanto tiempo necesitaban para dormirse en una serie de siestas.

Todas las pruebas fueron repetidas un año después de que los niños tuvieron la amigdalectomía por médicos otorrinolaringólogos de dos hospitales locales. Para los que no tuvieron cirugía (del grupo de comparación), la segunda vuelta de pruebas fue realizada un año después de las iniciales. Los investigadores analizaron los resultados utilizando sofisticados análisis estadísticos .

Entre los niños que iban a ser operados, la mitad de ellos padecía de apnea del sueño obstructiva, ASO, generalmente suave o moderada, en contraste, sólo 1 de los niños del grupo de comparación la padecía. Al final del estudio, sólo un 12 por ciento de los pacientes sometidos a una amigdalectomía tenían ASO, incluido un paciente que no la tenía antes de la operación.

En personas de cualquiera edad, ASO ocurre cuando la respiración se inicia y se interrumpe repetidamente durante la noche, a menudo porque la garganta se ha enangostado y está bloqueada, lo que impide el flujo del aire por las vías respiratorias a los pulmones.

Las personas que padecen apnea del sueño, a menudo roncan o emiten ruidos durante la noche, pero no todas las personas que roncan, padecen de apnea del sueño. Entre un 1 a un 3 por ciento de los niños sufren de ASO, incluidos un buen número de esos niños que roncan regularmente. Amígdalas sobredimensionadas son una causa común para desórdenes del sueño en niños, mientras que obesidad, alergias, reflujo ácido y anormalidades estructurales en la cabeza y cuello también contribuyen a este desorden, tanto en niños como en adultos.

Las interrupciones respiratorias durante el sueño pueden causar al cerebro una forma de “despertar”, a pesar de que la persona afectada no se percate concientemente. Estas interrupciones repetidas afectan un sueño y pueden ser la razón de la conducta diurna. La apnea del sueño se relaciona además con problemas cardiácos y de presión sanguínea y en los niños, con un crecimiento lento.

Los investigadores, también compararon a los pacientes que tenían o no tenían ASO antes de la amigdalectomía. Los niños que no lo tenían antes de la amigdalectomía al igual que los niños con ASO marcaron altos puntajes en pruebas de hiperactividad y tuvieron los mismos resultados de un mejoramiento de conducta después de la operación.

Lo más importante para los padres, dice Chervin y sus colegas, es que si un niño ronca regularmente, o tiene otras señales de problemas respiratorios durante el sueño, podría beneficiarse con una evaluación sobre problemas de sueño y quizás con una amigdalectomía— especialmente si el niño tiene problemas de conducta en su hogar y en la escuela.

“Si tiene un hijo que tiene dificultades de déficit de atención, hiperactividad o sueño durante el día, puede haber algo que se puede hacer por él, si se prueba que tiene un desorden del sueño”, dice Chervin. El diagnóstico de un desorden de sueño no es la solución para todos los niños con TDAH, pero puede ser algo a observar en una minoría importante, especialmente en aquellos niños con síntomas más importantes de desorden de sueño, como la apnea”.

Además de Chervin, entre los autores del estudio se incluyen a Deborah Ruzicka, del Centro para Desórdenes del Sueño; Bruno Giordani, Elise Hodges, James Dillon, del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Michigan ; Robert Weatherly, anteriormente del Departamento de Otorrinolaringología de la Universidad de Michigan, en la actualidad en la Universidad de Kansas; Carole Marcus, del Centro para el Sueño del Hospital Pediátrico de Filadelfia y Kenneth Guire, De la Escuela de Salud Pública de la Universidad de MIchigan.

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