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Niñas altas, niños bajos: El uso de terapia hormonal para adecuar la altura a las exigencias sociales

25/10/2006

Nota del editor: El uso hormonas en los últimos 50 años en terapias de crecimiento de niños sanos, ilustra la manera de cómo el conocimiento científico continúa siendo creado y practicado para adecuarse a las creencias sociales y políticas dominantes.

ANN ARBOR, Michigan—En la década de los 50 y de los 60 las niñas demasiado altas eran vistas como poco femeninas y menos atractivas a la hora de encontrar maridos, que otras de menor estatura y se las sometía a terapia de estrógeno para detener su crecimiento.

Aunque la terapia de estrógeno para niñas altas es en la actualidad escasamente utilizada, puede ofrecer un entendimiento en las razones del uso de hormonas de crecimiento para aumentar la altura de los niños varones para adecuarse a las normas sociales, que es generalizado, especialmente en niños sanos de estatura baja, según investigadores de la Universidad de Michigan, U—M.

En una revisión histórica publicada en la edición reciente de la revista Archives of Pediatric and Adolescent Medicine, Joyce Lee, la autora principal, del Departamento de Endocrinología Infantil de la U—M, evalúa el uso de estrógeno en los últimos 50 años para ilustrar como el conocimiento científico continúa siendo creado y practicado para adecuarse a las creencias sociales y políticas dominantes.

Desde sus comienzos en la década de los 40, la terapia de estrógeno para reducir la altura se limitaba a niños que se encontraban en riesgo de adquirir demasiada estatura debido a una acromegalia, un desorden hormonal que resulta cuando la glándula pituitaria produce un exceso de la hormona de crecimiento. Poco después, los científicos comenzaron a preguntarse si el mismo tratamiento podría prevenir a niñas sanas, pero altas, de transformarse en adultos altos.

¿Porqué no permitir que niñas altas sanas crezcan y sean adultas altas? Según Lee, en la década de los 50 los padres tenían la preocupación de las consecuencias sociales si sus hijas eran demasiado altas, y entre estas se incluían de que no encontraran ropas adecuadas o empleos, como asistentes de vuelo o bailarina.

La razón más común citada en la literatura científica de la época para detener el crecimiento de niñas altas, era el atractivo social.

“Ya que niñas altas se transforman por lo general en mujeres altas, la mayor preocupación era que las mujeres altas tendrían dificultades adecuándose, sintiéndose cómodas en situaciones sociales y más que nada, encontrando un hombre para casarse” dice Lee, miembro de la Unidad de Investigación y Evaluación de Salud Pediátrica, una división del Pediatría General del Hospital de Niños C.S. Mott de la U—M.

En la década de los 60 y los 70, los investigadores iniciaron una investigación más detallada sobre los efectos de la terapia de estrógeno en el crecimiento de las mujeres, como así también en la salud general. Notaron efectos positivos de la reducción de altura y mejoras en la autoestima y rendimiento escolar. Sin embargo, el tratamiento, tenía un aspecto negativo. Numerosos pacientes padecían de nauseas, dolores de cabeza y aumentaban de peso, y también habían complicaciones más serias, como hipertensión, enfermedad benigna de las mamas y quistes ováricos.

El debate medico sobre sus riesgos y efectividad, combinado con cambios en la cultura social en las décadas de los 70 y los 80, disminuyeron el uso de la terapia de estrógeno para niñas altas. En un sondeo realizado en 1977 por la Sociedad Pediátrica Endocrinológica Wilkins, un 50 por ciento de los que respondieron habían tratado a niñas altas con terapia de estrógeno. En un sondeo realizado en 1999 por la misma institución, sólo un 23 por ciento de los que respondieron habían tratado a niñas altas y sólo un 1 por ciento de ellos las había tratado con terapia de estrógeno.

En el año 2003, la hormona de crecimiento fue aprobada por la Administración de Fármacos y Alimentos de los Estados Unidos para el tratamiento de niños bajos y sanos, con estatura baja idiopática, es decir de causa desconocida. A pesar de que el estrógeno para estatura alta y la hormona de crecimiento para estatura baja son utilizados para alterar la altura en los niños, Lee advierte que hay una diferencia importante en el uso de ambas terapias: El sexo del paciente.

“Mientras que el tratamiento para estatura alta con terapia de estrógeno se centraba casi exclusivamente en niñas, el tratamiento con hormonas de crecimiento para niños sanos y bajos ocurre dos veces más en niños que en niñas”, dice Lee. “El tratamiento con la hormona del crecimiento para niños bajos puede ser considerada el equivalente del Siglo XXI de la terapia de estrógeno para niñas altas, cuando la sociedad aún espera que mujeres altas no liguen o se casen con hombres bajos”.

Lee dice que los estudios del tratamiento con estrógeno, tiene importantes consecuencias para usos en el futuro y la terapia con hormona de crecimiento para modificar la altura de los niños. “Necesitamos entender de que los avances científicos se practican siempre en un contexto social específico, y esas normas y creencias sociales pueden impactar fuertemente el trabajo de clínicos prácticos”.

Junto con Lee, participaron en la investigación Joel D. Howell, M.D., Ph.D., con el Departamento de Medicina Interna de la U—M.

Referencia: Archives of Pediatric and Adolescent Medicine, Octobre 2006, Vol. 160.

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