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ANN ARBOR, Michigan— La instrucción con la “cinta de caminata” a los niños con síndrome de Down, aunque sea por unos pocos minutos cada día, puede ayudarles a que camine de cuatro a cinco meses antes que lo esperado con la terapia física tradicional, y sugiere que los infantes que tienen una instrucción intensa en la correa podrían caminar aún más pronto.
Los infantes con un desarrollo típico aprenden a caminar por sí mismos alrededor de los 12 meses de edad, y esto es casi dos veces más rápido que los bebés con síndrome de Down que, generalmente caminan a los 24 o 28 meses.
Es importante que los infantes caminen porque de la locomoción surgen otras muchas destrezas: las destrezas sociales, las motrices, el avance de la percepción y la cognición espacial, indicó el profesor Dale Ulrich, de la División de Kinesiología en la Universidad de Michigan, y el investigador principal del proyecto de instrucción en la cinta de caminata.
“La clave está en que si logramos que caminen más temprano y mejor entonces podrán explorar su ambiente más temprano, y cuando uno empieza a explorar, aprende acerca del mundo que le rodea,” dijo Ulrich. “El caminar es un factor crítico para el desarrollo en todas las demás áreas”.
En el estudio a 30 infantes se les asignó, al azar, una instrucción de baja intensidad, generalizada, en la correa de caminata, o de alta intensidad e individualizada, brindada en las casas por sus padres y madres. La instrucción se usó como un complemento de la terapia física.
Inicialmente, todos los padres y madres trabajaron con sus infantes en la cinta por ocho minutos diarios, cinco días por semana. Los padres se sentaron en un banquillo a horcajadas de la cinta y sostuvieron al infante mientras el niño daba pasos sobre la correa, dijo Ulrich. Todos los padres comenzaron con la instrucción de baja intensidad pero, después que el niño podía dar 10, 20 y 30 pasos por minuto, se incrementó gradualmente la intensidad para la mitad de los niños, añadió Ulrich.
La instrucción de alta intensidad incluyó el incremento de la velocidad de la correa, el uso de períodos más prolongados, y la adición de pesas livianas en los tobillos, adecuando la intensidad para cada niño. Los resultados indican que los infantes con la instrucción de mayor intensidad de individualizada incrementaron sus pasos mucho más sobre el curso de la instrucción, y alcanzaron la mayoría de los hitos motores a una edad media más temprana. Los resultados también sustentan los resultados de un estudio anterior sobre la instrucción en la correa de caminata divulgado en 2001.
Las máquinas con la correa de caminata cuestan alrededor de 1.200 dólares cada una, y Ulrich dijo que espera que más hospitales y organizaciones de familias con un niño con síndrome de Down alquilen el equipo a las familias.
El síndrome de Dow ocurre en 1 de cada 700 nacimientos, y es una de las pocas discapacidades que causan demoras significativas en todas las áreas del desarrollo, indicó el artículo.
El estudio , “The Effects of Intensity of Treadmill Training on Developmental Outcomes and Stepping in Infants with Down Syndrome,” (Efectos de la intensidad de instrucción en la cinta de caminata sobre los resultados de desarrollo y pasos en los infantes con síndrome de Down) está disponible en: http://www.ptjournal.org/papbyrecent.dtl
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