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ANN ARBOR, Michigan— Los padres y las madres prefieren maestros que hagan felices a sus hijos aun más que los que enfatizan los logros académicos, según revela un nuevo estudio de la Universidad de Michigan difundido hoy, lunes.
Cuando piden un maestro o una maestra para su escuela primaria, es más probable que los padres elijan docentes que tienen altas clasificaciones en satisfacción de los estudiantes que maestros que tengan muchos puntos por logros académicos, dijo Brian Jacob, coautor del estudio y director del Centro sobre Política Local, Estatal y Urbana en la Escuela Gerald R. Ford de Política Pública de la UM.
Estas conclusiones, sin embargo, ocultan las diferencias notables que existen entre escuelas. Las familias en escuelas con altos índices de pobreza asignan un gran valor al logro de los estudiantes y parecen indiferentes al informe que haga la dirección sobre la capacidad de una maestra para satisfacer a los estudiantes. Los resultados son al revés en las familias cuyos hijos asisten a escuelas con nivel económico más alto.
Por más información, véase
Ford School of Public Policy
Quarterly Journal of Economics
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Las conclusiones aparecen en la nueva edición de la revista Quarterly Journal of Economics.
“El valor de este estudio es que ayuda a que quienes trabajan en la educación y a quienes toman las decisiones sobre política comprendan mejor cómo los factores tales como la pobreza familiar pueden influenciar lo que los padres buscan en una escuela,” dijo Jacob. “Si bien todas las familias, presumiblemente, desean lo mejor para sus hijos, esto puede significar cosas diferentes dependiendo de la escuela y el contexto del barrio”.
Lars Lefgren, un economista de la Universidad Brigham Young, es el coautor del estudio.
Este estudio es el primer análisis conocido de su tipo que examina las preferencias de los padres usando la información de las solicitudes de las familias para maestros específicos dentro de una escuela. La muestra incluyó a más de 300 maestros desde jardín de infante a sexto grado en un distrito escolar de tamaño mediano en el Oeste de Estados Unidos. Este distrito no tenía un procedimiento formal para que los padres hicieran sus solicitudes, pero las familias podían presentar pedidos a los directores de las escuelas antes que se hiciesen las asignaciones de clases.
Dentro de una misma escuela no hubo diferencias entre familias con más o menos ventajas económicas que solicitaron un maestro o una maestra en términos del valor que los padres y madres dan a la satisfacción del estudiante o al logro académico del estudiante.
Las conclusiones fueron coherentes con un modelo en el cual las familias con ingresos altos y bajos tienen preferencias similares para los estudiantes pero encuentran limitaciones correlacionadas con las características demográficas de la escuela. Los recursos académicos, típicamente, están más limitados en las escuelas con más pobreza, por ejemplo tales escuelas en general tienen alumnos que causan más trastornos, expectativas académicas más bajas, menos recursos financieros y maestros menos experimentados. Las familias en estas escuelas pueden buscar maestros capaces de mejorar los logros académicos aún si esto significa una merma en la satisfacción de los estudiantes, señalaron los investigadores. En las escuelas con ingresos más altos, donde los recursos académicos son más abundantes, el enfoque de un maestro en los logros académicos puede valorarse menos que su capacidad para ayudar a que los estudiantes disfruten de la escuela y del aprendizaje.
El estudio encontró, asimismo, que es menos probable que las familias de bajos ingresos con niños de minorías y un bajo nivel académico pidan maestros específicos, comparados con otros padres.
“Los programas que aumentan el enfoque sobre destrezas básicas o el manejo del aula a costa del disfrute del estudiante u otros logros académicos que no se miden en los exámenes estandarizados tienen más probabilidades de ser poco populares en las escuelas de ingresos más altos,” dijo Jacob, profesor de la cátedra Walter H. Annenberg de Política de Educación, y profesor de Economía en la Escuela Ford.
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