ANN ARBOR, Michigan. — El tener un esposo crea siete horas de trabajo doméstico extra por semana para las mujeres, según un estudio de la Universidad de Michigan sobre una muestra nacional representativa de las familias en Estados Unidos.
Para los hombres el panorama es muy diferente: tener una esposa le ahorra a los hombres casi una hora de trabajo doméstico por semana.
Las conclusiones forman parte de un estudio detallado de las tendencias de las labores domésticas sobre la datos de tiempo, a diario, en 2005 tomados del Panel de Estudio de Dinámicas de Ingreso, financiado por el gobierno federal, y que desde 1968 lleva a cabo el Instituto de Investigación Social (ISR por su sigla en inglés) de la Universidad de Michigan.
“Es una pauta bien conocida”, dijo el economista del ISR, Frank Stafford, quien dirige el estudio. “Con el matrimonio todavía ocurre una significativa reasignación de tareas: los hombres tienden a trabajar más afuera de la casa mientras que las mujeres asumen más de la labor doméstica. Por cierto que hay en esto todo tipo de diferencias individuales, pero en general esto es lo que ocurre después del casamiento. Y la situación empeora para las mujeres cuando tienen hijos”.
En términos generales la cantidad de labores domésticas que hacen las mujeres en EEUU ha disminuido considerablemente desde 1976, en tanto que la cantidad de labores domésticas que hacen los hombres ha aumentado, según Stafford. En 1976 las mujeres dedicaban un promedio de 26 horas a las labores domésticas cada semana, comparado con unas 17 horas en 2005. Los hombres hacían labores domésticas durante un promedio de 6 horas por semana en 1976, comparado con unas 13 horas en 2005.
Pero cuando los investigadores observaron lo ocurrido solo en los últimos diez años y compararon cuantas labores domésticas hacían en 1996 los hombres y mujeres solteros, entre 20 y 29 años de edad, y cuántas hacían en 2005 si seguían solteros o si se habían casado, encontraron una pauta un tanto diferente.
Tanto los hombres como las mujeres que se habían casado hacían más labores domésticas que quienes seguían sin casarse, mostró el análisis. “El matrimonio ya no es más la senda para que el hombre haga menos labores domésticas”, señaló Stafford.
Para el estudio los investigadores analizaron los datos de diarios de tiempo, considerados la forma más precisa de evaluar cómo las personas usan su tiempo. Luego complementaron el análisis con datos de cuestionarios en los que preguntaron a hombres y mujeres que recordaran cuánto tiempo pasaban en las labores domésticas básicas en una semana promedio, incluido el tiempo que pasaban cocinando, limpiando y haciendo otras tareas básicas en la casa. Se excluyeron de estas horas “básicas” de labor doméstica las tareas como jardinería, reparaciones en la casa y el lavado del automóvil.
Los investigadores asimismo examinaron la forma en que la edad y el número de hijos, como asimismo el estado civil y la edad, influían en el tiempo dedicado a las tareas domésticas.
Las mujeres veinteañeras y treintañeras, solteras, eran las que dedicaban menos tiempo a las labores domésticas, más o menos 12 horas en una semana promedio, en tanto que las casadas de más de 60 y 70 años de edad eran las que hacían más: unas 21 horas por semana. Los hombres mostraron una pauta diferente. Los hombres mayores hacían más tareas que los hombres más jóvenes, pero los solteros hacían más tareas que los hombres casados en todos los grupos de edad.
Las mujeres casadas y que tenían más de tres hijos dedicaban un promedio de unas 28 horas semanales a las labores domésticas. Los hombres casados, que tenían más de tres hijos, registraron por contraste un promedio de apenas 10 horas semanales de labores domésticas.
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