Minuto de la salud UM: Las novedades sobre salud e investigación médica
Los períodos de estudios más exigentes pueden hacer que los adultos jóvenes abusen de medicamentos
ANN ARBOR, Michigan. — Las presiones para el buen desempeño durante los exámenes y escritos al fin del semestre pueden tener un costo para los estudiantes llevando a que algunos de ellos recurran a sustancias potencialmente dañinas para mantenerse despiertos y alerta.
Estudios recientes muestran que un número creciente de estudiantes de escuela secundaria y de universidad recurren a los estimulantes como medicamentos para el trastorno por déficit de la atención e hiperactividad, y bebidas energéticas que les ayuden a sobrellevar el estrés, particularmente durante la temporada de los exámenes, dice Jennifer Christner, especialista en medicina de adolescentes en el Sistema de Salud de la Universidad de Michigan.
“Los estudios han mostrado que entre el 5 y el 35 por ciento de los estudiantes universitarios usan de manera inapropiada los estimulantes durante los períodos estresantes en la actividad académica. También hay algunas pruebas de que entre el 8 y el 10 por ciento de los estudiantes de escuela secundaria pueden estar usando de forma inadecuada los estimulantes durante esos períodos”, dice.
Aproximadamente el 25 por ciento de los alumnos en las escuelas secundarias y de grado han recibido ofertas de sus amigos para que usen sus medicamentos, anota Christner. Esto hace que los niños sean más susceptibles al uso inapropiado de medicamentos que no se han recetado para ellos, una decisión que puede ser dañina para su salud.
“Nunca es buena idea que se usen los medicamentos de otra persona, ya sean medicamentos de receta o que se venden sin receta”, dice. “Por supuesto, si uno padece el trastorno por déficit de la atención e hiperactividad (ADHD por su sigla en inglés) entonces tiene que usar el estimulante de forma regular y no solo cuando realmente lo necesita en los momentos de más exigencias”.
El uso inapropiado de estimulantes puede conducir a la depresión, la irritabilidad, dolores de estómago y de cabeza. El uso inapropiado grave o el abuso de estos medicamentos pueden tener efectos secundarios muy graves, incluidos hipertensión e infarto cerebral.
La popularidad creciente de las bebidas energéticas también puede ser dañina para la salud del niño, apunta Christner.
“Hay daños cuando alguien toma más de una o dos de esas bebidas por día”, señala. “La cafeína puede causar excesiva excitación, ansiedad, un incremento en el ritmo cardiaco y los efectos secundarios más graves de alta presión arterial, hipertermia e infarto”.
Si bien Christner señala que la ingestión de una bebida energética durante un momento de existencias es, habitualmente, aceptable, hay formas en las cuales una persona puede mantener altos niveles de energía evitando completamente los estimulantes. Para aliviar la ansiedad académica ella recomienda que los estudiantes hagan sus tareas de manera sostenida, en lugar de dejarlo todo para el último momento. También sugiere que se mantenga una rutina de ejercicio regular, una dieta balanceada y el descanso adecuado.
Las familias preocupadas por esto también pueden tomar medidas para impedir que sus niños usen estimulantes en exceso, dice Christner. Los padres y madres pueden desempeñar un papel con sus hijos preguntándoles qué dirían si sus amigos les ofreciesen medicamentos. Los padres también pueden estar atentos a los períodos de exámenes de sus hijos en edad universitaria simplemente llamándolos para preguntar si se encuentran bien.
Christner también aconseja que los miembros de la familia estén atentos a los síntomas de depresión, irritabilidad y otras señales de advertencia del uso de estimulantes.
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