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El crecimiento económico ha tenido impacto negativo sobre el progreso de la salud en Suecia durante Siglo XX

17/06/2008

ANN ARBOR, Michigan—El crecimiento económico ha tenido un impacto negativo sobre el avance de la salud en Suecia durante la segunda mitad del siglo XX, lo que contrasta con los efectos positivos observados durante el siglo XIX. Estos resultados recientemente divulgados contradicen la creencia de que las condiciones de la salud mejoran más rápido cuando ocurre un crecimiento económico fuerte, advierte el investigador de la Universidad de Michigan, José A. Tapia Granados. Y aunque el estudio analiza los datos de Suecia, Tapia explica que las conclusiones tienen implicaciones para otros países. De hecho, es muy posible que haya ocurrido una inversión de la relación entre el crecimiento económico y el avance en la salud, como la descrita en Suecia, durante la industrialización de países como Estados Unidos o el Reino Unido.

“Para las naciones con niveles bajos o medios de ingreso y salud de la población es importante determinar si han alcanzado el umbral donde el crecimiento económico ya no promueve mejorías en la salud de la población”, dijo Tapia, científico investigador de la Escuela de Trabajo Social y del Instituto de Relaciones Laborales e Industriales (ILIR). Es coautor del estudio Edward Ionides, profesor de estadística también de la Universidad de Michigan.

En la investigación se estudió el crecimiento económico y el progreso de la salud, medido por la disminución de las tasas de mortalidad y el incremento anual de la esperanza de vida en Suecia a lo largo de los siglos XIX y XX. El crecimiento económico estuvo fuertemente vinculado con el avance de la salud en la primera mitad del siglo XIX, luego la conexión se fue debilitando, dice Tapia, y hacia la mitad del siglo XX el crecimiento económico comenzó a tener un efecto negativo sobre el incremento anual de la esperanza de vida.

La explicación parece ser que el crecimiento económico y la abundancia reducen sustancialmente la mortalidad cuando la mayoría de las muertes se deben a enfermedades infecciosas. Por el contrario, el incremento en la actividad económica tiende a incrementar la mortalidad cuando la mayoría de las muertes se deben a enfermedades cardiovasculares, cáncer y lesiones por accidentes de tránsito, señaló Tapia.

Los autores de la investigación contrastaron los crecimientos anuales del producto interior bruto (PIB) per cápita y de la esperanza de vida en Suecia desde 1800 hasta finales del siglo XX. En la primera mitad del siglo XIX la economía sueca dependía fuertemente de la agricultura y una buena cosecha incrementaba el PIB y reducía intensamente la mortalidad, especialmente en los niños y los mayores de 70 años. Pero durante la segunda mitad del siglo XIX el crecimiento económico dependía ya menos de las cosechas y probablemente como resultado de una capacidad mayor para el almacenamiento de las cosechas abundantes y la capacidad de importación, la mortalidad fue menos dependiente de los rendimientos agrícolas y del crecimiento económico.

El estudio aparece en el número de mayo-junio de la revista Journal of Health Economics.

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