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El nuevo matrimonio más tarde en la vida: las familias adoptivas hacen más complejo el cuidado

24/06/2008

“Me sentí tan insultada y tan herida. Fue como si (su padre) hubiese conocido alguna chica en un bar y se hubiera casado con ella al día siguiente, y todo lo que ella buscaba era su dinero. Sentí que no me daban ningún crédito, ningún respeto, ningún aprecio, nada. Todavía duele”.

—Mujer vuelta a casar hace 12 años, que cuida a su esposo que padece de Alzheimer, hablando sobre sus hijos adoptivos adultos.

ANN ARBOR, Michigan—Un nuevo matrimonio tarde en la vida complica el cuidado del cónyuge enfermo, según un investigadora de la Universidad de Michigan que conduce uno de los primeros estudios enfocados en los problemas que encaran las personas vueltas a casar que cuidan de su pareja, un segmento creciente de la población anciana de Estados Unidos.

“El cuidado de un cónyuge anciano es extremadamente difícil aún en las mejores circunstancias” dijo Carey Wexler Sherman, investigadora de la Universidad de Michigan. “Cuando se agregan en la mezcla las tensiones y conflictos con la familia adoptiva el estrés puede ser abrumador”.

Con fondos de la Asociación Nacional de Alzheimer, Sherman busca actualmente participantes de todo el país para un estudio de personas que cuidan a su pareja y volvieron a casarse tarde en la vida. La investigadora espera entrevistar a unos 125 hombres y mujeres con la meta de documentar el tipo, nivel y calidad del apoyo social recibido de los hijos adoptivos y otros miembros de la red social, y para evaluar en qué forma volverse a casar tarde en la vida afecta la experiencia de brindar cuidado.

“La investigación realizada en el pasado y la política pública actual se sustentan firmemente en la presunción de que la mayoría de las personas ancianas que desarrollan demencia se encuentran en matrimonios intactos de largo plazo, en los cuales los cónyuges, más a menudo la esposa, y los hijos adultos proporcionan la mayor parte del cuidado“, dijo Sherman, quien trabaja en el Instituto para la Investigación Social de la UM (ISR por su sigla en inglés). “No está claro exactamente en qué forma el volverse a casar tarde en la vida y las relaciones con la familia adoptada afectan la capacidad de la cónyuge para obtener una ayuda significativa al brindar ese cuidado”.

“A veces las parejas vueltas a casar y sus hijos adultos llegan a considerarse mutuamente como ‘familia’, y a veces no”, continuó. “A menudo uno escucha que alguien se refiere a la ‘esposa de mi padre’ o a ‘los hijos de mi esposo’, lo cual puede ser una señal de que una familia no se han integrado realmente. Los sentimientos ambivalentes entre los miembros de una familia pueden expresarse en todo tipo de formas cuando un padre o madre adoptiva necesita ayuda para brindarle cuidado a un anciano”.

Sherman, ella misma hija de padres vueltos a casar, cree que su experiencia personal al igual que su doctorado en psicología familiar y gerontología, le ha ayudado a moldear su enfoque de este difícil asunto. “Cuando mi padre necesito cuidado, yo vi qué complicada puede ser la negociación de las decisiones médicas y del cuidado cuando uno se encuentra en el contexto de una familia adoptada. Yo tuve la suerte de que mi madre adoptiva y yo colaboramos en ese proceso”, añadió. “Pero entre las mujeres ancianas vueltas a casar que yo entrevisté, es común el sentimiento de que no son aceptadas por los hijos adultos de su esposo. Muchas también dicen que reciben poca o ninguna ayuda de sus hijos adoptivos, o que éstos disputan las decisiones u opciones hechas por la persona que da el cuidado”.

En un estudio cualitativo anterior de las personas vueltas a casar tarde en la vida y que cuidan a su cónyuge , que se apoyó en su disertación de doctorado, Sherman exploró las tensiones financieras y los conflictos entre los padres adoptivos y los hijos adoptivos adultos. En un artículo que se publicará en la revista Family Relations, Sherman hizo notar que los hijos adoptivos adultos a menudo se resisten al papel financiero del padre o madre adoptiva, y que llegan tan lejos como hasta “reclamar la propiedad” de los muebles familiares, posesiones y otros objetos cuando su pariente biológico y su pariente adoptivo están fuera de la casa.

“Comúnmente las viejas disputas familiares y financieras vuelven a aparecer cuando el padre o la madre se enferma”, dijo Sherman. “Y el inicio de la demencia en el padre o madre biológica deja al cónyuge encargado del cuidado y a los hijos adoptivos en la ‘línea del frente’ para lidiar con todas las cuestiones no resueltas o contenciosas”.

Por más información o para participar en el estudio, póngase en contacto con la doctora Sherman en el (734) 763-4993 o por correo electrónico en caregiver@isr.umich.edu

Contacto (español): Vivianne Schnitzer
Teléfono: 1-734-763-0368

Contacto (inglés): Diane Swanbrow
Teléfono: (734) 647-4416