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Estudio acerca conductas riesgosas de adultas jóvenes universitarias de origen mexicano

08/07/2008

Ann Arbor, Michigan — En general se cree que los trastornos en la comida son más comunes entre las adolescentes y jóvenes blancas de clase media, pero un número creciente de estudios indica que los desórdenes en la alimentación, particularmente la bulimia nervosa y las comilonas impulsivas son igualmente comunes entre las mujeres de origen mexicano.

Para entender mejor las razones, la Escuela de Enfermería de la Universidad de Michigan y el Colegio de Enfermería e Innovación en el Cuidado de la Salud, de la Universidad Estatal de Arizona han puesto en marcha un estudio de investigación, llamado Creando Posibilidades, que procura conocer y entender la relación entre los factores estresantes, las opiniones acerca de sí mismas y el desorden en la alimentación, y el uso de tabaco y alcohol en las adultas jóvenes, universitarias, de origen mexicano.

La conducta desordenada en la forma en que se come es importante no solo porque compromete gravemente la salud física y emocional sino también porque las mujeres que se comportan de esa manera son más proclives a fumar y a beber alcohol. Tomados en conjunto estas tres conductas riesgosas (el desorden en las comidas, el tabaquismo y el uso de alcohol) contribuyen a las enfermedades cardiacas, la obesidad y la diabetes que afectan en grado desproporcionado a las adultas de origen mexicano.

Las participantes del estudio pueden ser mujer de origen mexicano que tiene su primer contacto con la educación superior, ya sea porque egresaron de la escuela secundaria, o toman cursos de Inglés o se reintegran a la vida educacional tras tener familia. Entre los PRE requisitos se incluye tener entre 18 y 35 años, no estar embarazada y hablar Inglés. El estudio lo conducirán enfermeras y lo financia el Instituto Nacional de Investigación en Enfermería de los Institutos Nacionales de Salud.

Una de las razones principales para el estrés para las jóvenes adultas mexicanas es la transición a la universidad, que es reconocida como un evento importante que puede acarrear dificultades financieras, mayores exigencias y conflictos debido a discriminación y cambios en el apoyo familiar.

La meta del proyecto es conocer cuáles son los factores que causan que estas jóvenes incurran en esos comportamientos insalubres, y el desarrollo de un programa de intervención que ayude a que las universitarias mexicano-estadounidenses se aparten de los comportamientos dañinos y tengan un estilo de vida más saludable.

“Muchos programas actuales se enfocan en las preocupaciones por el peso y la insatisfacción con el cuerpo como las causas principales del desorden en la alimentación”, dijo Karen Farchaus Stein, la investigadora principal en este estudio. “Si bien yo creo que las preocupaciones por el peso y la alimentación desordenada están relacionados estrechamente, ese enfoque realmente no nos ayuda a encarar la esencia del problema. En otras palabras, cuando decimos que las preocupaciones por el peso causan el comportamiento desordenado en la alimentación aún nos queda por delante la cuestión importante de por qué algunas mujeres tienen altos niveles de preocupación por su peso, y otras no”.

Farchaus Stein dijo que, en su trabajo, se enfoca la atención en la opinión que las mujeres tienen de sí mismas y que se extiende más allá de la imagen de sus cuerpos. “Creemos que las mujeres que tienen la oportunidad de desarrollar muchas identidades positivas diferentes tienen menos probabilidades de enfocarse en el peso del cuerpo como un aspecto importante de quiénes son y, por lo tanto, son menos proclives a incurrir en conductas de alimentación desordenadas”, añadió.

El equipo que encabeza Farchaus Stein, y que incluye a la coinvestigadora Antonia Villarruel y la investigadora asistente Lisa Hoyland Domenico bajo la dirección de proyecto de Astrid Benedicto Fishtrom, parte de la idea de que las mexicano-estadounidenses tienen la peculiaridad de estar expuestas a todos los factores estresantes que encaran las adultas jóvenes en este país pero, además, encuentran otros factores estresantes que pueden restringir sus oportunidades para el desarrollo de las identidades positivas.Entre esos factores se cuentan los prejuicios raciales y étnicos, los valores biculturales y los conflictos interpersonales que surgen de sistemas de valores que no armonizan.

Los investigadores buscan para este estudio mujeres de origen mexicano, con edades entre 18 y 35 años, que no estén embarazadas. Las participantes asistirán a seis reuniones, responderán encuestas relacionadas con la salud, y deberán mantener un diario electrónico en el cual anotarán sus comidas, y el uso de alcohol o tabaco.

“Nuestro estudio apunta a la comprensión de las diferencias entre las mexicano-estadounidenses en sus opiniones acerca de sí mismas, y los efectos que estas diferencias individuales tienen en el comienzo y la progresión de los trastornos en la alimentación, y el uso de alcohol y tabaco”, agregó Farchaus Stein.

“Además apuntamos a descubrir las fuentes de las diferencias en esas opiniones y percepciones de sí mismas de manera que puedan desarrollarse intervenciones que promuevan el desarrollo de una colección de identidades rica y diversa, de la salud y del bienestar”, concluyó.

Investigadora principal Karen Farchaus Stein, PhD, RN, FAAN
Coinvestigadoras Antonia Villarruel, PhD, RN, FAAN, Colleen Corte, PhD, RN, Colleen Keller, RN, PhD
Directora de proyecto Astrid Benedicte Fishstrom, LLMSW

Contacto (español): Vivianne Schnitzer
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