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Detectan diferencias de género en reacción a un antidepresivo común

29/08/2008

Las mujeres tienen un 33 por ciento más de probabilidades de experimentar una mejoría con citalopram (Celexa), lo que sugiere una diferencia biológica en la reacción.

ANN ARBOR, Michigan – Es posible que las mujeres con depresión tengan más probabilidades que los hombres de alivio con un fármaco contra la depresión que es barato y de uso común, según revela un estudio nacional. Sin embargo, muchos miembros de uno y otro sexo pueden constatar que les ayuda a aliviar los síntomas de la depresión.

La persistencia de una diferencia de género en reacción a la medicina –incluso después de que los investigadores hayan considerado una gran variedad de factores- sugiere que existe una verdadera diferencia biológica en la forma en que el fármaco incide en las mujeres en comparación con los hombres. Las razones de esa diferencia no están todavía del todo claras, pero hay otros estudios que están examinando las diferencias hormonales que podrían influir.

El estudio involucra a citalopram, un antidepresivo de uso común que se puede conseguir tanto como fármaco genérico o como remedio bajo la marca registrada de Celexa.

Investigadores del Centro de Depresión de la Universidad de Michigan y colegas de todo el país probaron la capacidad del medicamento de ayudar a que los pacientes de depresión logren mejorar o consigan el alivio total de sus síntomas en un estudio de varios años llamado STAR*D.

Las diferencias de género surgieron de un detallado análisis de los datos de 2.876 hombres y mujeres que tenían un claro diagnóstico de depresión importante y que tomaron citalopram durante varias semanas con un aumento progresivo de las dosis.

Al concluir, las mujeres tenían un 33 por ciento de más probabilidades de lograr una cura completa de su depresión, pese al hecho de que al iniciarse el estudio las mujeres sufrían una depresión más profunda que los hombres.

El estudio no mostró diferencias entre hombres y mujeres respecto a los efectos secundarios, la cantidad de tiempo durante el cual los pacientes utilizaron el fármaco o el tiempo que les demoró eliminar los síntomas.

Estas nuevas conclusiones, que representa el mayor y más riguroso análisis que se haya realizado en torno a las diferencias de género en lo que se refiere a la reacción ante un antidepresivo se publican en la revista Journal of Psychiatrick Research.

Elizabeth Young, M.D., profesora y co rectora de psiquiatría en la Escuela de Medicina de U.M. y miembro del Centro de Depresión, es la autora principal del estudio. “Otras investigaciones han sugerido diferencias entre hombres y mujeres en cuanto a la reacción a diversos fármacos contra la depresión, pero las evidencias han sido contrapuestas”, dice. “Este estudio es bastante amplio y pudimos considerar un número suficiente de factores de complicación, pero estamos confiados en que existe una verdadera diferencia. Estos resultados pueden tener connotaciones claras para el tratamiento clínico de la depresión”.

Young y sus colegas, incluyendo a Susan Kornstein, M.D., de la Universidad del Commonwealth de Virginia, y John Rush, M.D., que fuera del Centro Médico de la Universidad Southwestern de Texas, en Dallas, llevaron a cabo un análisis de los datos de hombres y mujeres de entre 18 y 75 años de edad, muchos de los cuales recibían tratamiento de sus médicos personales, pero no de psiquiatras. Todos los pacientes experimentaban depresión desde hacía varios años, con una media de 12 años.

El estudio fue financiado por el Instituto Nacional de Salud Mental. A diferencia de muchas investigaciones anteriores sobre medicamentos contra la depresión patrocinadas por la industria, éste incluyó una muestra del 0mundo real” de gente con depresión grave, y no excluyó a personas con un historial de tendencias suicidas. El estudio no incluyó a gente con trastorno bipolar. Los participantes en el estudio pudieron continuar con la psicoterapia a la que se sometían desde antes de comenzar el estudio, pero no pudieron recibir otros fármacos antidepresivos.

Citalopram es un tipo de medicamentos conocidos como SSRI, que corresponde a las siglas en inglés de inhibidores selectivos reuptake de serotonina. En décadas anteriores se habían advertido diferencias de género en estudios de pacientes que consumían una generación más vieja de medicinas llamadas tricíclicas. En ellos los hombres mostraban una mayor tendencia a responder mejor a dichos medicamentos. Durante más de 15 años, los SSRI han sido la primera opción en el tratamiento de la depresión.

Aunque el actual estudio no examinó las variaciones hormonales entre hombres y mujeres que pudieran explicar la diferencia en la reacción al citalopram, Young y sus colegas indican que en los estudios con animales se ha constatado que el estrógeno modifica los sistemas del cerebro involucrados en la actividad de la serotonina, una sustancia clave del cerebro.

Kornstein está dirigiendo un mayor análisis de los resultados de STAR*D en busca de posibles diferencias entre las mujeres en base a su estado meno
páusico y su uso de hormonas en una terapia de reemplazo. Entre tnato, la investigación de Young como miembro del Instituto de Neurociencias del Comportamiento de U.M. se centra en la interacción de hormonas sexuales y la reacción al estrés en la depresión y otros trastornos anímicos.

En general, las mujeres sufren en mayor medida la depresión que los hombres. Alrededor de un 12 por ciento padece alguna forma de depresión en un año dado en comparación con un 6 por ciento de los hombres. La depresión y otros trastornos anímicos son la causa principal de discapacitación en mujeres menores de 45 años.

Sin embargo, los autores del estudio advierten de que sus conclusiones no significan que el citalopram debiera usarse solamente en mujeres. Los datos básicos del estudio indican que el 24 por ciento de los hombres logró cierta curación con el medicamento en comparación con un 29 por ciento de las mujeres. Esa diferencia en la mejoría aumentó una vez que los investigadores ajustaron otros factores. Pero el hecho es que ayudó a muchos hombres.

Más bien, señalan que STAR*D y otros estudios han demostrado que mucha gente con depresión necesita probar varios tratamientos para encontrar el que les corresponda y que produzca resultados más duraderos.

Es por ello que se ha iniciado un nuevo estudio llamado CO-MED. Young y=2
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sus colegas de U.M. y del país están inscribiendo a gente con depresión para este estudio y evaluarán el impacto de la combinación de diversos medicamentos. Uno de los fármacos en ese estudio es el escitalopram, un pariente de citalopram, pero también incluye otros medicamentos SSRI comunes contra la depresión.

Además de Young, Kornstein y Rush, los autores del estudio también incluyen a Sheila Marcus, del Centro de Depresión de U.M., Madhukar Trivedi y Diane Warden, de UT Southwestern, Anne Harvey, de Via Christi Research, Stephen Wisnieski y G.K. Balasugramani, de la Universidad de Pittsburg, y Maurizio Fava, de la Escuela de Medicina de Harvard.

Referencia: Journal of Psychiatric Research, doi:10.1016/jpsychires.2008.07.002

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