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Las uvas pueden ayudar con riesgos cardiacos, según un estudio de la UM con animales

29/10/2008

Una investigación muestra que la ingesta de uvas baja la presión sanguínea y las señales de daño del músculo del corazón, y mejora la función cardiaca en ratas de laboratorio

ANN ARBOR.— ¿Es posible que el comer uvas ayude a contrarrestar la alta presión sanguínea relacionada con una dieta con mucha sal? ¿Pueden las uvas calmar otros factores también vinculados con las enfermedades cardiacas tales como la falla del corazón? Un nuevo estudio del Centro Cardiovascular de la Universidad de Michigan así lo indica.

El nuevo estudio, publicado en la edición de octubre de la revista Journal of Gerontología: Biological Sciences proporciona claves muy interesantes sobre el potencial de las uvas para reducir los riesgos cardiovasculares. Se cree que el efecto se debe al alto nivel de fotoquímicos, antioxidantes contenidos naturalmente, en las uvas.

El estudio se llevó a cabo con ratas de laboratorio. Los investigadores señalaron que, si bien los estos resultados del estudio son extremadamente alentadores, se necesita hacer más investigación.

Los investigadores estudiaron el efecto de la ingesta regular de uvas de mesa (una mezcla de uvas verdes, rojas y negras) mezcladas en la dieta de las ratas en forma de polvo, como parte de una dieta con alto o con bajo contenido de sal. Hicieron numerosas comparaciones entre las ratas que consumieron esas dietas y las ratas de control a las que no se les administró polvo de uvas, incluidas algunas que recibieron una dosis moderada de un medicamento común para el tratamiento de la alta presión arterial. Todas las ratas eran de una cepa de investigación que desarrolla alta presión arterial cuando se las alimenta con una dieta salada.

En conjunto, después de 18 semanas, las ratas que recibieron una dieta enriquecida con polvo de uvas mostraron presión arterial más baja, mejor función cardiaca, inflamación reducida en todo el cuerpo y menos señales de daño del músculo del corazón que las ratas que comieron la misma dieta salada pero no recibieron uvas. Las ratas que recibieron el medicamento para la alta presión sanguínea hidracina, junto con una dieta salada, también mostraron presión sanguínea más baja, pero sus corazones no estuvieron protegidos del daño de la misma manera que las ratas en el grupo alimentado con uvas.

Mitchell Seymour, quien encabezó la investigación como parte de su trabajo para el doctorado en ciencias de la nutrición en la Universidad estatal de Michigan dijo: “Estas conclusiones sustentan nuestra teoría de que hay algo en las uvas mismas que tiene un impacto directo sobre el riesgo cardiovascular, más allá del simple efecto de disminución de la presión sanguínea que ya sabíamos que deriva de una dieta rica en frutas y vegetales”.

Seymour administra el Laboratorio de Investigación de Cardioprotección en la UM que dirige el cirujano cardiaco de la UM Steven Bolling.

Bolling, que es profesor de cirugía cardiaca en la Escuela de Medicina de la UM, apuntó que los animales en el estudio estaban en una situación similar a la de millones de personas en Estados Unidos que tienen una alta presión sanguínea relacionada con la dieta y que desarrollan fallas cardiacas con el tiempo debido a la hipertensión prolongada.

“La secuencia cuesta abajo inevitable de hipertensión y falla cardiaca se modificó con la adición de polvo de uva en una dieta con alto contenido de sal”, dijo.

“Aunque hay muchos compuestos naturales en el polvo de uva mismo que pueden tener un efecto lo que nosotros creemos que tiene efecto contra la hipertensión pueden haber sido los flavonoides, ya sea por efecto antioxidante directo, o por efecto indirecto sobre la función celular, o ambos. Estos flavonoides son abundantes en todas las partes de la uva, la piel la pulpa y las semillas, todas las cuales estaban en nuestro polvo”, explicó Bolling.

Tales compuestos químicos naturales ya han mostrado, en otras investigaciones que incluyen estudios previos en la UM, que reducen otra actividad molecular y celular potencialmente dañina en el cuerpo.

Aunque este estudio tuvo apoyo parcial de la Comisión de Uvas de Mesa de California, que proporcionó el polvo de uva, los autores señalan que la comisión no tuvo papel alguno en el diseño, realización o análisis del estudio o en la preparación del artículo para publicación. Seymour asimismo recibe fondos del Instituto Nacional de Corazón, Pulmones y Sangre, parte de los Institutos Nacionales de Salud, mediante una Asignación Nacional de Servicio de Investigación.

“Si bien es cierto que tu mamá te dijo que comieras todas tus frutas y tus verduras, y que aprendemos mucho acerca de lo que las frutas, incluidas las uvas, pueden hacer en este modelo particular de hipertensión y falla cardiaca, no vamos a decirles a los pacientes que boten todas sus píldoras y que coman uvas”, indicó Bolling.

Sin embargo, la investigación sobre las uvas y otras frutas que contienen altos niveles de fotoquímicos antioxidantes sigue mostrando resultados prometedores. Lo mismo ocurre con la investigación del impacto del vino tinto sobre la salud cardiaca, aunque este asunto está lejos de una determinación.

El equipo de la UM señala que es posible que en el futuro se haga una investigación clínica con las uvas, pero ésta no está planificada actualmente.

Mientras tanto, dice Bolling, las personas que deseen bajar su presión sanguínea, reducir el riesgo de falla cardiaca o ayudar a que sus corazones debilitados conserven tanta fortaleza para el bombeo como sea posible deberían seguir el consejo repetido y probado: reduzcan la cantidad de sal en sus comidas y bebidas.

“”Hay, como sabemos, una gran variabilidad, aún quizá genética, en la sensibilidad a la sal como causa de la hipertensión”, señaló. “Algunas personas son muy sensibles a la ingesta de sal, otras lo son de forma moderada, y tal vez haya algunas personas que son resistentes a la sal. Pero en general aconsejamos que la gente se mantenga lejos del exceso en la sal”.

Bolling dijo que la popular dieta DASH, que tiene bajo contenido de sal y algo contenido de frutas y verduras, ha demostrado que reduce la alta presión sanguínea moderada sin medicamentos. La dosis de polvo de uvas de mesa consumida en el estudio fue más o menos equivalente al consumo por una persona de nueve porciones de uva por día. Actualmente se recomienda de cinco a nueve porciones de frutas y vegetales como parte de la dieta DASH.

Las ratas que se usaron en el estudio son de una cepa llamada ratas Dahl, criadas especialmente para que sean susceptibles a la hipertensión inducida por la sal. Esto permitió que los investigadores observaran una muestra uniforme de ratas que debían ser afectadas de la misma manera por su dieta, deforma que los efectos del nivel de sal, polvo de uva e hidrazina pudiesen apreciarse claramente.

A cada grupo de 12 ratas se le alimentó con el mismo peso de comida cada día, y las uvas en polvo fueron el 3 por ciento de la dieta (por peso) para las ratas que recibieron uva como parte de una dieta baja o alta en su contenido de sal. A las ratas que recibieron hidracina se las alimentó, por el agua, con una dosis que antes había mostrado su eficacia en la reducción de la presión sanguínea.

Las ratas en el grupo que tenía una dieta con alto contenido de sal y las del grupo que recibió una dieta con alto contenido de sal e hidracina, desarrollaron con el tiempo alta presión sanguínea, pero tuvieron presión sistólica más baja que las ratas en el grupo de alto contenido de sal que no recibieron uvas.

Los investigadores midieron también la distorsión en el tamaño, el peso y la función del corazón, características de falla cardiaca, ocurrida en el tiempo y encontraron que el grupo que recibió una dieta con alto contenido de sal y uvas tuvo menos cambios que el grupo que recibió alto contenido de sal e hidracina. Los parámetros relacionados con la presión diastólica de la sangre, un factor importante en la falla cardiaca humana, y con el relajamiento del corazón durante la fase diastólica cambiaron también solo en el grupo que recibió una dieta con alto contenido de sal y uvas. Finalmente, las ratas alimentadas con uvas mostraron un mejor rendimiento cardiaco, o más sangre bombeada por unidad de tiempo.

Los investigadores observaron además las señales de inflamación, daño oxidativo y otros indicadores moleculares de estrés cardiaco. Una vez más, las ratas que tuvieron la dieta con alto contenido de sal y uvas mostraron niveles más bajos de estos marcadores que las ratas que recibieron la dosis con alto contenido de sal e hidracina, y aún el grupo que tuvo una dieta de bajo contenido de sal y uvas mostró niveles más bajos que las ratas que recibieron solamente la dieta con bajo contenido de sal.

En resumen, dicen los investigadores, el estudio demuestra que una dieta enriquecida con uvas puede tener efectos amplios en el desarrollo de la hipertensión y los factores de riesgo que le acompañan. Queda por ver, dicen, si estos efectos ocurren también en los humanos.

Referencia: Journal of Gerontology: Biological Sciences, 2008, Vol. 63A, No. 10, octubre 2008

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