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En 2008 continuó la disminución gradual del consumo de varias drogas estimulantes entre los adolescentes, se mantienen el nivel para la mayoría de las drogas ilegales

11/12/2008

ANN ARBOR, Michigan.— Los estudiantes de octavo, décimo y décimo segundo grado siguen mostrando una disminución gradual en su uso de ciertas drogas —anfetaminas, metanfetamina, cristales de metanfetamina, cocaína y crack— según la 34 encuesta anual nacional de la serie Monitoring the Future que llevan a cabo los científicos en el Instituto de Investigación Social de la Universidad de Michigan.

“Éstas son, ciertamente, tendencias positivas y la disminución a largo plazo en el uso de metanfetamina, que este año se continuó en el décimo segundo grado, es particularmente importante”, dijo Lloyd Johnston, investigador principal en este estudio. “El uso de esta droga altamente adictiva ha bajado ahora en casi dos tercios entre los adolescentes desde 1999, cuando por primera vez se midió su uso”.

Johnston apunto que todas las drogas que continuaron disminuyendo este año son estimulantes del sistema nervioso central. Esa reducción en el uso ha bajado la proporción de estudiantes que dan cuenta del uso de alguna droga ilícita aparte de la marihuana en pocas cantidades, significativa estadísticamente solo en el décimo grado, donde la prevalencia —esto es el porcentaje que da cuenta de algún uso en los 12 meses anteriores— bajó en 1,7 puntos al 11,3 por ciento. (Las tasas comparables en el octavo y el décimo segundo grado fueron del 7,4 por ciento y el 18,3 por ciento, respectivamente, en 2008).

“El otro lado de la moneda es que muchas otras drogas consideradas en el estudio no muestran señales de disminución este año, aunque varias de ellas han tenido reducciones en el pasado reciente”, agregó Johnston.

Estas drogas incluyen el LSD, otros alucinógenos tomados como clase, específicamente PCP, éxtasis, heroína, narcóticos aparte de la heroína tomados como clase (y específicamente OxyContin y Vicodin), tranquilizantes, sedantes (incluidos los barbitúricos), y tres llamadas “drogas del club”: ketamina, Rohypnol y GHB,

Varias de estas drogas han mostrado una caída considerable en años recientes, incluidos los alucinógenos y las “drogas del club”. Pero otras numerosas drogas se mantienen cerca de sus máximos recientes de uso, en particular los medicamentos de receta, los narcóticos excepto la heroína, específicamente OxyContin y Vicodin, tranquilizantes y sedantes (incluidos barbitúricos). Johnston apuntó que estos medicamentos de receta son todos depresores del sistema nervioso central.

La proporción general de cada grupo de edad que informó el uso de alguna droga ilícita en los 12 meses anteriores de hecho subió este año en los grados 8 y 12, aunque menos de un punto porcentual. Esto se debe a que la marihuana, que tiende a elevar el índice porque es, de lejos, la más usada de las drogas ilícitas, subió en los grados 8 y 12 en 0,6 u 0,7 punto porcentual, respectivamente. (Ninguno de estos cambios es estadísticamente significativo).

“De modo que, en términos generales, este año debería caracterizarse como uno de cambio limitado y más bien modesto”, señaló Johnston.

Drogas cuyo uso ha disminuido

Las drogas de más importancia en las modestas disminuciones del uso de drogas ilícitas este año, aparte de la marihuana, son los varios estimulantes, incluidos anfetaminas, Ritalin (una anfetamina específica), metanfetamina, cristal de metanfetamina, cocaína y crack.

Anfetamina: su uso alcanzó su máximo más reciente a mediados de la década de 1990 entre los estudiantes de grados 8, 10 y 12. Desde entonces, la prevalencia anual ha caído en más de la mitad entre los alumnos de octavo grado al 4,5 por ciento en 2008 y en casi la mitad entre los de décimo grado al 6,4 por ciento. El uso de anfetaminas alcanzó su cima un poco más tarde entre los estudiantes de décimo segundo grado y ha caído desde entonces en alrededor de cuatro décimas al 6,8 por ciento en 2008. Las disminuciones continuaron este año en los grados superiores, con una reducción estadísticamente significativa en un año en el décimo grado.

Ritalin es una anfentamina medicinal de receta que se usa para el tratamiento del trastorno de hiperactividad y deficiencia de la atención. Su uso al margen de la supervisión médica se midió por primera vez en el estudio de 2001; y ese uso ha estado disminuyendo desde entonces con caídas de un tercio o más al nivel de cada grado escolar. Actualmente, del 1,6 al 3,4 por ciento de los estudiantes en esos grados han abusado de Ritalin en los 12 meses previos, y las disminuciones graduales (no significativas) continúan este año en los grados 8 y 12.

Metanfetamina: llamada a menudo “meth”, su uso ha estado disminuyendo desde que se le midió por primera vez en 1999. La prevalencia anual ha disminuido ahora en casi dos tercios en todos los grados comparado con los niveles de 1999. (Las tasas anuales de prevalencia están ahora en el 1,2 por ciento en el octavo y duodécimo grados, y en el 1,5 por ciento en el décimo grado).

Cristal de metanfetamina: alcanzó este año su punto más bajo desde su cima reciente en 2002, y y tuvo en 2008 una prevalencia anual de solo el 1,1 por ciento. Esto ha caído casi dos tercios desde el nivel de 2002 del 3 por ciento. Este año la disminución del 0,6 de punto porcentual fue significativa.
“El hecho de que el uso de meth y meth cristal no haya prendido entre los adolescentes, y el hecho de que están cayendo de manera continua en popularidad son importantes dado el alto potencial de dependencia que tienen estas drogas”, dijo Johnston.

Cocaína: su uso alcanzó una cima reciente entre los adolescentes a finales de la década de 1990, disminuyó por uno o dos años y luego se ha mantenido relativamente estable por algunos años. Sin embargo, en 2008, mostró una caída adicional en los tres grados, aunque ninguno de estos cambios alcanzó un significado estadístico. Las tasas de prevalencia anual actuales del 1,8 por ciento, 3 por ciento y 40 por ciento en los grados 8, 10 y 12 respectivamente, han caído entre un 30 y un 40 por ciento de las alzas alcanzadas a fines de la década de 1990.

Crack: su uso, que también alcanzó su cima reciente a fines de los años 1990 había disminuido anteriormente un poco en los tres grados, pero en este último ano no mostró reducciones adicionales. Sin embargo la prevalencia anual cayó este año en los grados 8 y 12, y de manera significativa en el duodécimo. Ahora está entre el 1,1 por ciento y el 1,6 por ciento en los tres grados; estas tasas han caído entre el 40 y el 50 por ciento de lo que fueron en sus cimas recientes.

Drogas cuyo uso se mantiene

Numerosas drogas ilícitas mostraron poco cambio este año. Sin embargo, muchas se encuentran en tasas muy inferiores a sus niveles más altos recientes. Éstas incluyen LSD, alucinógenos aparte del LSD, éxtasis, heroína y la mayoría de los medicamentos psicoactivos de receta que se usan sin supervisión médica, incluidos los sedantes (barbitúricos), tranquilicantes, narcóticos aparte de la heroína, OxyContin y Vicodin específicamente. (Tanto OxyContin como Vicodin son compuestos narcóticos).

LSD: esta droga que en otros tiempos fue de consumo muy amplio ha mostrado una reducción sustancial entre 2001 y 2005. Desde entonces no ha habido mucho cambio y la prevalencia anual se encuentra ahora entre el 1,3 por ciento y el 2,7 por ciento en los tres grados escolares. Estas tasas han bajado de los niveles máximos recientes en aproximadamente tres cuartas partes. La disponibilidad percibida del LSD ha estado disminuyendo por algunos años; pero también han bajado los riesgos percibidos y el rechazo entre los alumnos de octavo y décimo grado. Los investigadores advierten que, si aumentase la disponibilidad, los jóvenes podrían estar mal equipados para resistir la tentación de usar esta droga. Los riesgos percibidos y el rechazo han probado que son los mayores disuasivos en el uso de muchas drogas, de forma que la reducción en años recientes no es todavía una tendencia positiva.

Otros alucinógenos aparte del LSD: tomados como clase estos muestran una disminución mucho menor en años recientes que el LSD; pero aun así están un tanto por debajo de sus niveles máximos recientes. (La psilocibina, conocida también como “hongos” u “hongos mágicos” es la más usada de estas drogas actualmente). Hubo poco cambio en su uso este año. La prevalencia anual va del 1,6 por ciento en el octavo grado al 5 por ciento en el décimo segundo grado.

Éxtasis, ectasy (MDMA): en general no se la clasifica como un alucinógeno pero se usa, principalmente, por sus propiedades alucinógenas. Su uso entre los adolescentes subió enormemente a fines de los años 1990 y luego cayó también sustancialmente a comienzos de los años 2000 a medida que creció la preocupación por las consecuencias de su uso.

Los niveles más bajos se alcanzaron alrededor de 2005 y hay indicios de que hubo una recuperación. Sin embargo, este año hubo disminuciones del uso en los grados más altos y casi un emparejamiento en el octavo grado; de manera que este año se considera que su uso se ha mantenido.

Los investigadores no descartan la posibilidad de una recuperación del uso de éxtasis, porque la proporción de estudiantes que buscan alto riesgo en el uso de esta droga ha est4ado disminuyendo por los últimos tres a cuatro años en los tres niveles de grado escolar, lo cual probablemente refleja el resultado de lo que hemos llamado “olvido generacional” de los peligros de una determinada droga debido al reemplazo generacional, a medida que nuevos contingentes de estudiantes llegan a la adolescencia y sustituyen a quienes aprendieron algo más sobre las consecuencias del uso. (La misma dinámica puede ser relevante para el LSD). El rechazo de los estudiantes al uso de éxtasis también ha estado disminuyendo en años recientes, en particular entre los de octavo grado.

Medicamentos psicoterapéuticos de receta: Mientras que en la última década ha habido considerables disminuciones en el uso de la mayoría de las drogas ilícitas, no ha ocurrido lo mismo en lo que se refiere a los medicamentos de receta, con la excepción notable de las metanfetaminas. De hecho, un buen número de ellos ha mostrado un aumento sostenido del uso afuera del tratamiento médico legítimo durante la mayor parte de los años 1990. Estos medicamentos incluyen sedantes, tranquilizantes y narcóticos aparte de la heroína (que en su mayoría son analgésicos). Como resultado estos medicamentos se han convertido en una parte relativamente más importante del problema de abuso de drogas en le país. Afortunadamente, en los últimos años ha habido un emparejamiento, o incluso el comienzo de una disminución gradual, en los niveles de uso de la mayoría de ellos.

Sedantes: su uso, del cual sólo se informa en el duodécimo grado, no alcanzó su máximo reciente hasta 2005, cuando la tasa anual de prevalencia llegó al 7,2 por ciento. Actualmente su uso ha bajado modestamente al 5,8 por ciento con una caída de apenas el 0,4 por ciento en 2008.

Tranquilizantes: su uso aumentó notablemente a comienzos de los años 1990, y los incrementos continuaron en 2001 y 2002 en todos los grados escolares. Desde entonces ha habido una reducción gradual del uso en los tres grados, incluida una pequeña disminución adicional este año en el décimo grado, pero las tasas todavía no están muy lejos de las cimas recientes. La prevalencia anual del uso va del 2,4 por ciento en el octavo grado al 6,2 por ciento en el décimo segundo grado.

Narcóticos aparte de la heroína: se informó de ellos sólo en relación con estudiantes del duodécimo grado. Su prevalencia anual en 2008 del 9,1 por ciento fue muy poco inferior a la alcanzada en el año cima más reciente de 2004 (9,5 por ciento). Dos medicamentos específicos en esta clase, OxyContin y Vicodin, tampoco mostraron mucho cambio este año.

OxiContin: su uso se midió por primera vez en 2002. Las cifras de 2008 para los tres grados no son muy diferentes de las que hubo en 2002, y están en el 2,1 por ciento, 3,6 por ciento y 4,7 por ciento en los grados 8,10 y 12 respectivamente.

Vicodin: también se midió por primera vez en 2002. Las tasas de prevalencia anual están muy cerca de sus niveles máximos recientes: 2,9 por ciento, 6,7 por ciento y 9,7 por ciento en los grados 8, 10 y 12 respectivamente en 2008.

Drogas cuyo uso muestra señales de incremento

Ha habido relativamente pocas drogas en esta categoría en años recientes, y no es muy claro cuál sería la candidata de mayor incremento este año, según los investigadores.

Marihuana: su uso ha estado, generalmente, en disminución gradual y sostenida desde 1996 en el caso de los alumnos de octavo grado, y desde alrededor de 2001 en los de clases más avanzadas. Sin embargo los resultados de la encuesta de 2008 indican que esta pauta de disminución sostenida podría acabarse. Los grados 8 y 12 mostraron aumentos modestos de 0,6 y 0,7 punto porcentual respectivamente este año, el segundo año en el cual no disminuyó el uso en el duodécimo grado.

Los alumnos de décimo grado, que en general han mostrado la mayor disminución en el uso de un número de drogas este año, mostraron una continua reducción de 0,6 punto porcentual en el uso de marihuana. (Ninguno de los cambios de 2008 alcanzó el nivel de estadísticamente significativo). Vale la pena notar que el riesgo percibido asociado con el uso regular de marihuana —algo que habitualmente disuade del uso— ha caído en los últimos dos años entre los alumnos de duodécimo grado y en el año pasado ha disminuido (significativamente) entre los de octavo grado. Solo los alumnos de décimo grado mostraron un pequeño incremento adicional de su percepción de los riesgos.

El rechazo de la marihuana sigue siendo relativamente alto en los tres niveles de grado, en tanto que la disponibilidad percibida ha disminuido en años recientes, especialmente en los grados más bajos. La disminución de la disponibilidad no continuó este año ni en el grado 8 ni en el 12.

Medicamentos, sin receta, para tos y resfrío

En el estudio de 2006 se introdujeron preguntas acerca del uso de medicamentos, sin receta, para tos y resfrío tomados con el propósito de intoxicación. La mayoría de los medicamentos consumidos de esta forma contienen el supresor de tos dextrometorfán como ingrediente activo. Las tasas observadas en 2006 fueron bastante altas con prevalencias anuales del 4 por ciento, 5 por ciento y 7 por ciento en los grados 8, 10 y 12 respectivamente.

Si bien la tasa anual de prevalencia es la misma que era en 2006 para los alumnos de décimo grado, los alumnos de octavo y duodécimo grado muestra una disminución de su uso. La prevalencia entre los alumnos de octavo grado ha disminuido en 0,6 punto porcentual y la de los de duodécimo grado en 1,3 puntos porcentuales (una reducción estadísticamente significativa). Así parece que los intentos por disuadir del uso inapropiado de dextrometorfán han resultado un tanto exitosos aunque no completamente.

Esteroides anabólicos

Monitoring the Future detectó un incremento bastante sustancial en el uso de esteroides anabólicos por parte de los varones adolescentes a fines de los años 1990 y los niveles máximos se alcanzaron en 1999 entre los varones de octavo grado, en 2000 en los del décimo grado, y en 2001 y 2002 entre los varones de duodécimo grado. Desde las cimas de aquellos años la tasa de prevalencia anual ha bajado en más de la mitad entre los varones de octavo y décimo grado (al 1,2 y el 1,4 por ciento, respectivamente), y en un tercio entre los de duodécimo grado (al 2,5 por ciento de prevalencia anual en 2008). Si bien las tasas de prevalencia tienden a ser mucho más bajas entre las adolescentes, la tendencia es muy similar.

En los últimos cinco años ha habido un incremento en la proporción de varones en el duodécimo grado —sólo se hizo la pregunta a los alumnos del grado 12— que ven un gran riesgo en el uso de esteroides anabólicos, lo cual puede contribuir a la disminución en el uso. También hubo en 2005 una reducción sustancial en la disponibilidad percibida de estas drogas, muy probablemente debido a la Ley de Control de Anabólicos, de 2004, que puso 32 esteroides más en el Listado III y amplió la autoridad regulatoria y policial de la Dirección de Control de Drogas (DEA por su sigla en inglés) en relación con su venta y posesión.

Johnston apuntó la ironía de que varios estados y escuelas consideren ahora la aplicación de costosos programas para detectar el uso de esteroides anabólicos entre los atletas estudiantiles como una medida disuasiva, justo después que el problema ha disminuido sustancialmente.

Tendencias en el uso de alcohol

El uso de alcohol por parte de los adolescentes ha disminuido considerablemente desde las cimas recientes que se alcanzaron a mediados de los años 1990. De esta forma el alcohol se ha movido de forma paralela con el uso de drogas ilícitas en un grado considerable, señalan los investigadores. La prevalencia en 30 días del uso (esto es el consumo de una bebida alcohólica al menos una vez en los 30 días antes de la encuesta) ha caído en un 40 por ciento entre los alumnos de octavo grado desde su nivel más alto en 1996.

Las disminuciones proporcionales desde las tasas más altas recientes son menores para los estudiantes de más edad, casi un tercio para los de décimo grado y un sexto para los de duodécimo grado. Los grados más avanzados mostraron que este año continuó lo disminución en el uso —pero los investigadores advierten que la reducción que se aprecia en el décimo grado es, probablemente, exagerada porque el proceso de muestras al azar arrojó una pocas escuelas en la muestra de décimo grado de este año que tenían tasas extraordinariamente bajas de uso de alcohol (incluidas dos escuelas con alta proporción de mormones). La prevalencia en treinta días ahora está en el 16 por ciento, el 29 por ciento y el 43 por ciento para los tres grados estudiados.

La mayor disminución a largo plazo del uso de alcohol entre los alumnos de octavo grado puede muy bien reflejar la reducción mayor en la disponibilidad de alcohol de la que dieron cuenta. Si bien ha habido alguna disminución en la disponibilidad de que dan cuenta los alumnos de los grados más avanzados, los de octavo grado han mostrado, de lejos, la mayor reducción. En 1996, el 75 por ciento de los jóvenes creía que podrían conseguir alcohol si querían tenerlo, mientras que para 2008 ese porcentaje ha bajado al 64 por ciento.

La proporción de jóvenes que informaron que se habían embriagado también ha bajado después de una larga disminución lenta, que continuó durante 2008 (aunque el único cambio anual significativo este año ocurrió en el décimo grado y probablemente fue exagerado por la situación de muestra de escuelas que se mencionó anteriormente). Una vez más, la disminución de largo plazo fue más pronunciada entre los alumnos de octavo grado, los adolescentes más jóvenes encuestados. La proporción de jóvenes que dijo que se habían emborrachado en los 30 días antes de la encuesta fue del 5,4 por ciento en la encuesta de 2008, comparado con más del 40 por ciento en 1996 (9,6 por ciento). Las disminuciones proporcionales son mucho más pequeñas para los estudiantes de más edad: por ejemplo el 28 por ciento de los alumnos de duodécimo grado dio cuenta de embriaguez en el mes anterior a la encuesta en 2008, lo cual fue una disminución de aproximadamente un quinto desde la tasa más alta de 1997.

Tendencias del tabaquismo

Las tendencias en el uso de cigarrillos y otros productos de tabaco son materia de un boletín de prensa separado que se divulga simultáneamente con éste. (Está disponible en el sitio de Internet del estudio www.monitoringthefuture.org) . A los efectos de completar éste, se señala aquí que las tasas de uso de tabaco en 30 días siguieron bajando en los grados 10 y 12 en 2008, en grado estadísticamente significativo sólo para el décimo. El tabaquismo de 30 días bajó muy poco en 2008 entre los alumnos de octavo grado (-0,2 punto porcentual), después de una significativa reducción en 2007. el hecho de que los adolescentes que fuman continúan disminuyendo es muy alentador, según los investigadores. En años recientes pareció que la larga merma podía acercarse a su fin.

Fuentes de medicamentos de receta

El continuado uso inapropiado de medicamentos de receta por parte de los jóvenes es causa de preocupación y por ello los investigadores agregaron preguntas a la encuesta de 2007 para determinar en qué forma los estudiantes adquieren esos compuestos. Preguntaron a los estudiantes que habían usado anfetaminas, tranquilizantes o narcóticos, aparte de heroína, en el año anterior cómo habían conseguido las drogas. La fuente mencionada más comúnmente fue la obtención de los compuestos de manera gratuita por medio de un amigo o familiar, seguida de cerca por la venta de drogas por parte de un amigo o familiar. Entre un quinto y un cuarto de los encuestados dijo también que las había tomado de amigos o familiares sin su permiso. Sólo de un quinto a un cuarto de los usuarios de estas drogas dijeron que las habían comprado a un vendedor o un extraño (véase Tabla 14).

“Claramente las redes informales de familiares y amigos desempeñan un papel mayor en la distribución de estos medicamentos de receta a los usuarios jóvenes”, dijo Johnston.

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