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Seis nuevos genes indican que la obesidad está en la mente, no en la cintura

15/12/2008

ANN ARBOR, Michigan.— ¿La obesidad es algo que está en su mente?

Una nueva investigación indica que los genes que predisponen a las personas a la obesidad actúan en el cerebro y, quizá, algunas personas simplemente están configuradas para comer en exceso.

Un equipo internacional de investigadores encabezado por la Universidad de Michigan identificó a seis nuevos genes que ayudan a explicar el índice de masa corporal y la obesidad, y todos menos uno de esos genes están vinculados con el cerebro más que con funciones metabólicas como el almacenamiento de grasa y el metabolismo del azúcar.

Además de los seis nuevos genes el estudio confirmó, asimismo, el papel que desempeñan otros dos genes asociados anteriormente con la obesidad, dijo el coinvestigador principal Gonçalo Abecasis, profesor asociado de la Escuela de Salud Pública dela UM. El estudio se publicará en Internet el 14 de diciembre como avance de la publicación impresa en la revista Nature Genetics

Es significativoq ue cinco de los seis genes recién identificados también tengan impacto en la función cerebral porque las conclusiones indican que las personas, simplemente, pueden estar programadas para comer demasiado, indicó la investigadora de post grado de UM, Cristen Willer, autora primera del artículo. El cerebro, añadió, tiene dos funciones principales relacionadas con el peso: el control del apetito y la regulación del balance total de energía de la persona (esto es si usted quema más calorías o conserva más energía).

“Esta investigación nos dice algo acerca de los tipos de medicamentos que uno quisiera desarrollar y cuándo uno quiere que actúen”, dijo Abecasis.

Desafortundamente, la sociedad es a menudo particularmente implacable con la gente que tiene exceso de peso, y se presumen que éstas son personas que pusilánimes o que no tienen disciplina.

“Si usted quiere saber cómo reaccionar a estas personas que son obesas, piense que puede que estén configuradas de manera diferente y uno tiene que respetar eso”, dijo Abecasis.

“Es diferente si uno sabe que el comer demasiado es algo biológico, y que se requiere un grane esfuerzo para superar esa propensión biológica”, dijo Willer. “Esto sugiere, claramente, que algunos bien puede que hayamos nacido con algunos aspectos de la conducta que lleva a comer en exceso”.

Por ejemplo, uno de los genes denominado NEGR1 controla la forma en que está configurado el cerebro a medida que se desarrolla mediante la regulación del crecimiento neuronal, dijo Abecasis.

“En los niños de 5 a 10 años de edad, encontramos que con tres de esos genes los niños ya mostraban un peso mayor aún a esa edad tan joven, y con los otros tres vimos que no tenía efecto sobre los niños”, indicó. “Para esos vimos un efecto sólo en individuos de más edad. Esto apunta a diferentes mecanismos que tienen influencia sobre el peso en edades distintas”.

Otro ejemplo es el gen denominado SH2B1, descubierto por investigadores de la UM que estudiaban ratones, dijo Abecasis. Los investigadores crearon un ratón obeso y luego lo volvieron a su peso normal activando el gen SH2B1 en el cerebro.

El equipo internacional analizó a 32.387 individuos de ancestro europeo de 15 estudios de asociación genética en gran escala. Las conclusiones se confirmaron en más de 50.000 individuos adicionales. Los colaboradores del estudio incluyeron investigadores de las universidades de Oxford y de Cambridge, los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, y el Instituto Broad de Harvard y MIT, como asimismo muchos otros miembros del consorcio Genetic Investigation of Antrhopometric Traits.

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