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Los pobres sufren más infecciones crónicas

05/02/2009

ANN ARBOR, Michigan.— A medida que el ingreso de una familia aumenta al doble las probabilidades de que uno de sus niños sufra una infección grave como CMV, herpes o hepatitis A disminuye en hasta el 32 por ciento.

Dos estudios recientes de la Universidad de Michigan demuestran una correlación sorprendentemente firme entre el ingreso y la infección crónica, tanto en adultos como en niños, y que las poblaciones con bajos ingresos sufren tasas mucho más altas de infecciones crónicas y combinación de infecciones que las familias con ingresos mayores.

“Hay pruebas sólidas en la distribución de la enfermedad de acuerdo con los ingresos y la educación”, dijo Allison Aiello, autora principal de uno de los estudios y profesora asistente de epidemiología en la Escuela de Salud Pública de la UM. “Hay un amplio material de investigación que muestra que las personas de status socioeconómico más bajo corren más riesgos de numerosas enfermedades crónicas. En este estudio encontramos que las poblaciones de ingresos más bajos también tienen más probabilidades de estar expuestas a un conjunto de infecciones persistentes”.

Por ejemplo, en el contexto de las seis infecciones medidas, los resultados mostraron que mientras las poblaciones con ingresos más altos pueden haber estado expuestas a una o dos de estas infecciones comunes, las poblaciones con ingresos más bajos, en el mismo rango de edades, puede haber estado expuesta hasta cuatro o cinco de ellas. Esto es un motivo de preocupación dado que la mayoría de estas infecciones persistentes continúan por el resto de la vida y están implicadas en varias enfermedades crónicas, dijo Aiello.

Igualmente hay una gran diferencia en la prevalencia de infección entre un joven en la escuela secundaria y un alumno del cuarto grado, agregó Aiello.

Por ejemplo, entre los adultos en el estudio los resultados muestran:

  • Los individuos sin educación secundaria tienen 50 por ciento, o más, probabilidades de tener una infección adicional comparados con los que tienen un diploma;
  • Las personas con educación post secundaria tienen 50 por ciento menos probabilidades;
  • El bajo ingreso aparece vinculado con probabilidades 33 por ciento más altas de infección adicional;
  • El alto ingreso aparece relacionado con probabilidades un 45 por ciento más bajas en comparación con el grupo de ingresos medios.
  • El estudio que examinó la situación de los niños encontró resultados sorprendentemente similares:
  • Los niños negros, no hispanos, tienen dos veces más probabilidades de estar infectados con H Pylori, y 1,4 veces más probabilidades de estar infectados con HSV-1, en comparación con los niños blancos.
  • Cada año adicional de educación que hayan tenido padres y madres está relacionado con probabilidades aproximadamente un 8 por ciento más bajas de infección de H Pylori, y de aproximadamente 11 por ciento más bajas de infección de HSV-1

A medida que se duplica el ingreso familiar, las probabilidades de que un niño tenga CMV disminuyen un 21 por ciento; de infección con HSV-1 en un 32 por ciento y de hepatitis A en un 29 por ciento.

La investigación indica que la exposición temprana a las infecciones y la inflamación podría ser un importante factor que determine más tarde en la vida la morbilidad y la mortandad, o que puede predisponer a las personas a enfermedades crónicas.

“Las infecciones primarias y sus efectos de largo plazo son motivos de preocupación”, dijo Jennifer Dowd, investigadora principal en el estudio sobre los niños y coautora del estudio sobre los adultos. Dowd completó la investigación como Académica en epidemiología SPH de la cátedra Robert Word Johnson de Salud y Sociedad, en la UM. Dowd es ahora profesora asistente de Epidemiología y Bioestadísticas en Hunter College. La autora principal del artículo es Anna Zajacova, investigadora en el Centro de Estudios de Población, en el Instituto para Investigación Social de la UM, y quien también colaboró en el estudio sobre los niños.

Por ejemplo las investigadoras observaron la bacteria H Pylori, que causa la enfermedad de úlcera péptica; la hepatitis A y B que pueden causar enfermedad del hígado, y el herpes simples 1 y el citomegalovirus (CMV), ambos implicados en la enfermedad cardiovascular, el mal de Alzheimer y otras enfermedades.

El estudio sobre los jóvenes observó a niños mayores de 6 años y la relación de infecciones con el índice de altura para su edad y status socioeconómico con el asma y otras condiciones respiratorias crónicas.

El estudio de adultos observó a personas de entre 17 y 90 años de edad, la prevalencia y combinación de infecciones en grupos de status socioeconómicos más bajos y más altos.

Estos estudios son únicos porque usaron los datos de la Tercera Encuesta Nacional de Salud y Examen de Nutrición, un estudio que es representativo de la población general de Estados Unidos. El próximo paso es una investigación adicional de cuáles son, exactamente, los factores tales como la exposición a estresantes crónicos y mala nutrición que conducen a estas disparidades, dijo Aiello.

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