DETROIT—Durante la recesión económica, la economía estadounidense ha ganado empleos que exigen una educación superior, mientras se eliminan millones de empleos que exigen menos educación, según el Segundo informe anual de Michigan Future Inc. y un economista de la Universidad de Michigan, UM, sobre la transición de la economía del estado de Michigan a una economía basada en el conocimiento.
En los primeros 13 meses de la recesión actual, que se inició en diciembre del año 2007, Estados Unidos perdió 3.75 millón empleos en sectores que exigen menos educación, como en las áreas de fabricación, construcción, comercio y servicios, mientras ganó 163,000 empleos en sectores que exigen educación de alto nivel. El número de empleos que exige educación universitaria alcanzó a su punto más alto en Agosto, antes de la caída de Wall Street. "Lo que encontramos es extraordinario”, dijo Lou Glazer, Presidente de Michigan Future Inc. junto al economista de la UM,Donald Grimes. "Las tendencias que incluimos en el informe anterior se han acelerado durante la caida”
Glazer y Grimes advierten que el largo plazo es claro: El crecimiento de empleos en Estados Unidos se concentra en una economía basada en el conocimiento. El empleo en sectores de la economía que exigen menos educación ha crecido en un 16 por ciento desde 1990, mientras que los empleos en el sector de educación superior, han aumentado un 32 por ciento en el mismo periodo. En su informe, los investigadores analizaron información de la Oficina de Estadísticas Laborales desde el año 2001 al 2007 en los 50 estados de EEUU y las 54 áreas metropolitanas con una población de a lo menos un millón de personas y adicionalmente Lansing en Michigan y Madison en Wisconsin.
Encontraron que los lugares más prósperos en el país son las grandes áreas metropolitanas donde se concentran adultos educados en universidades y empleadores con actividades basadas en el conocimiento. Sorprendentemente, las áreas urbanas más grandes no solo tienen la mayor proporción de hogares con un ingreso de 75 mil dólares o más al año, sino que tienen la menor proporción de hogares con ingresos bajo los 25 mil dólares.
"En un mundo plano, donde se puede hacer más trabajo en cualquier parte, muchos predijeron un renacimiento económico en áreas metropolitanas pequeñas y zonas rurales”, dijo Glazer. “El modelo que encontramos, es lo contrario”. En 2007 el estado se ubicó en el trigésimo tercer lugar en ingreso per cápita —comparado con el décimo sexto en 2000—; en el trigésimo cuarto lugar en la proporción de adultos con, por lo menos, un título de bachillerato, y trigésimo sexto en la proporción de industrias sustentadas en el conocimiento. De 2001 a 2007 Michigan se ubicó en el último lugar tanto en el crecimiento del empleo en general como en el crecimiento del empleo en las actividades que requieren una educación superior.
Entre las grandes áreas metropolitanas de Estados Unidos, en 2007 Detroit se ubicó en el vigésimo quinto lugar en ingreso per cápita; trigésimo sexto lugar en nivel alcanzado de estudios universitarios y trigésimo séptimo lugar en industrias sustentadas en el conocimiento. Grand Rapids estuvo aún más atrás: quincuagésimo primer lugar en ingreso per cápita; cuadragésimo cuarto lugar en nivel alcanzado de estudios universitarios, y quincuaquésimo tercer lugar en industrias sustentadas en el conocimiento. La situación es prácticamente la misma para Lansing que mostró un gran retraso con respecto al área comparable de Madison, Wisconsin, en todas las mediciones económicas.
“Lo que distingue más a las áreas exitosas de Michigan es su concentración de talento, éste definido como una combinación de conocimiento, creatividad y espíritu empresarial”, dijo Grimes. “Es simple: en un mundo que se empareja los sitios con las mayores concentraciones de talento ganan. Michigan se ha quedado atras en su apoyo a los activos necesarios para el desarrollo de una economía del conocimiento en la escala necesaria. La construcción de tal economía requerirá largo tiempo y un cambio fundamental. Pero creemos que es la única senda confiable hacia la recuperación de la prosperidad”.
De acuerdo con los investigadores el plan para la vitalidad económica es claro. Michigan debe asignar un valor más alto al aprendizaje y el ímpetu empresarial, debe crear sitios donde los individuos jóvenes y talentosos quieran vivir (es decir, vecindarios urbanos centrales que sean vibrantes), debe asegurar el éxito a largo plazo de su sistema de educación superior con una expansión de la inversión pública; ha de transformar la enseñanza y el aprendizaje para alinearlos con las realidades de un “mundo que se empareja”, y debe desarrollar un nuevo liderazgo del sector privado y el sector público que esté enfocado firmemente en la preparación, retención y atracción del talento, no la recreación de la vieja economía.
Glazer y Grimes advierten que Michigan debe construir una economía del conocimiento diversificada, que se sustente no sólo en la tecnología de la información, las ciencias naturales, la energía alternativa y de la conservación, sino también en las finanzas y seguros, los servicios técnicos y profesionales, y el cuidado de la salud y la educación.
También reconocen que, si bien se encuentran en una gran decadencia, la industria de los vehículos automotores y otras manufacturas seguirán siendo importantes para la economía de Michigan. Sin embargo, el empleo fabril de alta calificación y con buenos sueldos no es ya más la senda a la prosperidad o hacia una clase media más amplia.
“Existe una preocupación generalizada en el sentido de que la decadencia de los empleos fabriles bien remunerados significará que los días de la multitudinaria clase media en Estados Unidos llegan a su fin”, dijo Glazer. “Es mucho más probable que haya un cambio en la naturaleza de los empleos bien remunerados, no una decadencia. El empleo de clase media en el futuro provendrá, principalmente, de las actividades e industrias que requieren una educación superior”.
El informe se divulgó el martes en el Centro Detroit de la UM y se compartió con funcionarios del University Research Corridor, una alianza de la UM, el Estado de Michigan y Wayne State para combinar sus recursos colectivos en la transformación, fortalecimiento y diversificación de la economía de Michigan.
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