Un estudio de la Universidad de Michigan ha encontrado una razón probable: Sentirse emocionalmente cerca de un amigo/a aumenta los niveles de la hormona progesterona, ayudando a impulsar el bienestar y reducir la ansiedad y el estrés.
“Este estudio establece a la progesterona como posible parte de la base neuroendocrina para la vinculación social en los seres humanos”, dijo Stephanie Brown, autora principal de un artículo sobre el hallazgo, publicado en la actual (junio de 2009) l edición revisada por investigadores de la revista Hormones and Behavior.
Una hormona sexual que fluctúa con el ciclo menstrual, la progesterona también está presente en niveles bajos en las mujeres postmenopáusicas y en los hombres. Investigaciones anteriores revelan que mayores niveles de progesterona aumentan el deseo de víncularse con otros, pero el estudio actual es el primero en demuestrar que la vinculación con otros aumenta los niveles de progesterona. El estudio también vincula a estos incrementos con una mayor voluntad de ayudar a otras personas, incluso haciendo sacrificios..
“Es importante encontrar los vínculos entre los mecanismos biológicos con el comportamiento social humano”, dijo Brown, quien es profesora asociada en el Instituto de Investigación Social (IRS, por sus siglas en Inglés) de la UM, y profesora adjunta de medicina interna en la Escuela de Medicina de la UM. Ella también está afiliada al hospital de Asuntos de Veteranos de Ann Arbor. “Estos vínculos nos pueden ayudar a entender por qué la gente que vive en relaciones muy cercanas son más felices, más sanos y viven más que los que están socialmente aislados.”
La progesterona es mucho más fácil de medir que la oxitocina, una hormona vinculada a la confianza, la unión de pareja y las respuesta maternal, en los seres humanos y otros mamíferos. La oxitocina sólo puede medirse con instrumentos invasora en la médula espinal o a través de costosos y complejos métodos de imágenes cerebrales, como la tomografía por emisión de positrones. La progesterona se puede medir a través de simples muestras de saliva y puede estar relacionada con la oxitocina.
En el estudio actual, Brown y sus colegas examinaron la relación entre cercanía interpersonal y progesterona en la saliva en 160 mujeres estudiantes de universidad.
Al inicio del estudio, los investigadores midieron los niveles de progesterona y de la hormona del estrés , cortisol en la saliva de las mujeres, y obtuvo información acerca de sus ciclos menstruales y si utilizaban anticonceptivos hormonales u otros medicamentos con hormonas.
Para el control diario de las variaciones en los niveles de hormonas, todas las sesiones se celebraron entre el mediodía y las 7:00 pm.
Las mujeres fueron asignadas al azar a parejas y se les pidió realizar una tarea para generar sentimientos de cercanía emocional o una tarea emocionalmente neutral.
La tarea para obtener la sensación de proximidad consistió en responder a preguntas como éstas: “Si tuviera la elección de cualquier persona en el mundo, ¿a quién le gustaría invitar a una cena?” Y “¿Cuál es el logro más importante de su vida?”
En la tarea emocionalmente neutra, las mujeres corregireron juntas un texto sobre botánica.
Tras completar las tareas de 20 minutos, las mujeres jugaron con sus parejas un juego cooperativo computarizado de naipes y después se tomaron nuevamente muestras de progesterona y cortisol.
Los niveles de progesterona de las mujeres que habían participado en las tareas emocionalmente neutras tendieron a disminuir, mientras que los niveles de progesterona de las mujeres que participaron en la tarea destinada a obtener la cercanía continúo siendo igual o se elevó.
Los participantes regresaron una semana después, y jugaron el juego computarizado de cartas con sus parejas originales. A continuación, los investigadores midieron su progesterona y cortisol. Los investigadores también examinaron la relación entre los niveles de progesterona y de cuan probable era que los particpantes arriesgaran su vida poara salvar la vida de su pareja.
“Durante la primera fase del estudio, no se encontraron pruebas de una relación entre la progesterona y la voluntad de sacrificarse”, dijo Brown. “Pero una semana más tarde, los nivel aumentado de la progesterona predijo una mayor voluntad de afirmar que se correría el riesgo de vida para ayudar a su pareja”, dijo Brown.
Según Brown, los resultados son consistentes con una nueva teoría de la evolución del altruismo que sostiene que la función hormonal de los lazos sociales permite a las personas a reprimir su propio interés cuando es necesario a fin de promover el bienestar de otra persona, como el cuidado de niños o de familiares o amigos enfermos.
Los resultados también ayudan a explicar por qué los contactos sociales traen consigo beneficios para la salud, como se h documentó por primera vez hace casi 20 años por el sociólogo James House, de la misma universidad
“Muchas de las hormonas implicadas en el comportamiento de unión y de ayuda llevó a una reducción delestrés y la ansiedad en los seres humanos y otros animales. Ahora vemos que el aumento de los niveles de progesterona pueden ser parte de las base fisiológica para estos efectos”.
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